XVII

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Matt

Me desperté después de un rato, fueron como 30 minutos masomenos lo que dormí. Me despertó un estruendo repetitivo, parecían... ¿Balazos? ¿Balazos entrando por mi ventana? ¿Balazos entrand....
¡BALAZOS ENTRANDO POR MI VENTANA! Reaccione después de un rato, el escritorio que estaba abajo de mi ventana ya estaba todo agujeriado por los fuertes balazos. Lo único que tomé fue el poema que había escrito, mi teléfono y mi cartera la cual estaba vacía pero por algún motivo la tomé.

Baje las escaleras y noté que mi padre no estaba.

- Me estoy asustando.

Dije lentamente mientras retrocedía hasta tocar la puerta del cuarto de mi padre.

《En mis pensamientos retumbaba》
Acababa de salir de una situación difícil, de dos situaciones difíciles y ahora entro a otra...
¿Porqué me pasa esto a mi? ¿Porqué?

- ¡Matt agachate!

Esa voz afortunadamente era la de mi padre, no tuve tiempo para voltear a verlo sólo me agaché y me escondi debajo de la mesa del comedor que estaba pegada al cuarto de mi padre.

Más balazos y balazos recaian en mi casa, Estábamos muy alejados de las provincias en guerra ¿Cómo habían descubierto nuestro pequeño escondite? No les debemos nada a ellos y ellos no nos deben nada a nosotros, entonces, ¿Porqué estaban contra nosotros?

Este momento fue traumático para mi, ya había estado en la guerra pero eso fue hace muchísimos años cuando era un niño...

Flash Back 》

- Pero papá ¿Porqué debo quedarme aqui? Yo quiero ir contigo. - Haciendo un puchero le reclamaba a mi padre, no quería estar sólo en una habitación subterránea llena de niños que no conocía y me aterraba ser el único hijo de un padre que no era soldado.

Mi padre estuvo un tiempo en el ejército pero el no quiso llegar al grado de ser nombrado soldado, quería protegernos, a mi y a mi madre, era lo único que él tenía ya que sus dos padres habían muerto y su familia estaba regada por el país.

No quería estar encerrado durante muchos años sabiendo que mi madre y yo estábamos desprotegidos, esa situación le aterraba, por eso decidió quedarse con nosotros, y creo que fue lo mejor. Pero el problema era que los padres de todos estos niños tenían a padres maravillosos, soldados, coroneles, generales etcétera... y mi padre pues... el trabajaba en el campo... escucho algo, Y... lo que esperaba! la burla había comenzado...

- Hey tú, cuatro ojos.

Me volteó y me acomodo los anteojos para poder ver quién me había llamado así.

Era una niña masticando una repugnante goma de mascar y muy mal vestida.

- ¡Quítate! Que no ves que quiero dar justo en el blanco? O qué? Quieres que te dé en tus lentecitos?

- No son lentecitos!

- Ay, ya, ya, tranquilo, tranquilo bebé, no vallas a ir a llorar con tu papi, así tú papi el ¿Qué era? Así! ¡C-O-B-A-R-D-E! Un campesino inútil.

- No soy un bebé, y mi papá no es un inútil!

Mis intentos de gritar eran obscenos, todos ya estaban riéndose y señalandome, me alejé corriendo de allí pero como nos habían encerrado para estar protegidos no había salida, así que mi único refugio era un pequeño rincón que estaba en la orilla izquierda de la habitación.

- Ojalá y mi papi me hubiera llevado con el, no tuviera que haber passadodd pot estopt - Mis lágrimas y la mucosidad en mi nariz no me dejaban hablar bien, ni siquiera para mi mismo.

Nadie es real. [#Wattys2015]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora