Psychopath. © [#1] [Sin editar]

22.

Dallas

—Es increíble, ¿no?—pregunta Heather, observando el cielo.

No respondo.

Sé que diré algo que arruine todo esto, y mejor me quedo callado.

—Dallas...—me dice y le miro.

Sus ojos azules me miran fijamente. No me había dado cuenta de lo mucho que me gustaban. A la luz de la luna brillan, y me doy cuenta de que nunca me cansaría de verlos.

—¿Alguna vez has hecho algo loco?

Si ella supiera las cosas "locas" que he hecho, seguro me odiaría.

Me odiaría a mi mismo también.

—No.—miento.—¿Y tú?

Vuelve a mirar al cielo y sonríe de forma traviesa.

—No, pero lo haré. Y tú estarás ahí para verlo—me informa.

Su voz es melodiosa y dulce, pero traviesa a la vez.

—Suelo ser un chico discreto.—le digo.

Me mira nuevamente y se ríe.

—Sí, por supuesto.

Sé que piensa que le tomo el pelo, pero no es así.

Se acerca más a mí y toma mi mano.

Quiero apartarme, las voces me ordenan que lo haga, sin embargo, permanezco quieto a su lado.

Las estrellas en el cielo parecen tan irreales e inalcanzables. A Heather parecen gustarle, ya que sonríe como si fuese la última vez.

No puedo dejar de mirarla. Mi corazón se acelera cuando ella acaricia el dorso de mi mano y lucho para que pare. No me gusta sentirme así, mi mente y las voces rechazan el cariño, y a mi también me gustaría hacerlo.

Mi cabeza duele, las voces gritan cada vez más fuerte y siento que en cualquier momento explotará. Cierro los ojos con fuerza.

Quiero que paren, que dejen de gritar.

Me confunden y hacen que la ira regrese, como siempre lo hacen.

—He, Dallas.—escucho a Heather, sin embargo su voz parece un susurro con todas esas voces mezcladas.

Me levanto y a miro.

Está asustada.

—¡Callalas!—le ordeno, como si pudiese hacer algo por mí.—¡Callalas!—repito desesperado.

Mi respiración se agita.

Jamás me había pasado algo como esto. No con ellas. No con las voces.

Mis manos van directo a mis oídos y grito.

—Dallas.—chilla.

Siento que algo no me deja respirar, algo como si me estuvieran estrangulando. 

—¡Mírame!—grita.

Mis ojos se posan en los suyos, suplicando que calle las voces.

Está llorando.

Algo que nunca me imagine de ella.

Duele.

Pero duele aún más saber que es por mí.

Sé que me desmayaré en cualquier momento. Mi respiración es irregular y esto, sin duda, es un ataque de pánico.

Las voces hicieron esto.

Heather acaricia mi rostro, sin dejar de mirarme fijamente.

Y cuando menos lo espero, siento sus labios sobre los míos.