Al fin

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Ese día volví a despertar me mal. La culpa seguía coroyendo el alma. Y la culpa corría por mi cuerpo.
La enfermera ,que se llamaba Miranda,me dio mi desayuno .
Estaba muy nerviosa y impacientada.
Me comía las uñas(cosa que nunca hago).
Al final el medico entró y yo salté de la emoción.
-Veo qué estas muy impaciente por salir.
-Muchísimo.
-Vale. Vistete . Ya puedes irte.
-Muchas gracias.
Me vestí rápidamente y salí de la habitación. Mis padres estaban trabajando así que no los molestaría. Me iría a casa tranquilamente.
Pero antes..... La culpa volvió a hacer me sentir triste.
Me acerqué al mostrador donde había una mujer regordeta.
-Perdone...
-Dime corazón.
-¿Me puede decir en que habitación esta Kevin Miler.?
-Si .Espera un segundo.
En el rato en que la enfermera buscaba el nombre en el monitor creía que me iba a comer un dedo en vez de las uñas.
-Tercera planta ,habitación 43.
-Gracias.
Yo iba andando por el hospital mirando a la gente. Algunas reían, algunas lloraban, otras estaban sentadas y otras no podían estar quietos.
Mi atención se fijó en un niño que lloraba en un rincón. Me acerqué a él sin dudarlo .
-¿Necesitas ayuda?-le pregunté agachando me junto a él.
-No..-decia él sollozando.
Tenía la cabeza entre las rodillas por lo que no le veía la cara.
-¿Te has hecho daño?
-No....
-¿Y porque lloras?
-Mi hermano a lo mejor se muere....-dijo el chico llorando.
-¿Como se llama tu hermano?-le pregunté abrazandole.
-Kevin... Kevin Miler...-dijo el niño mirándome por fin.
Era el niño que me había dado la carta y el delantal de mi admirador. Me daba pena verlo así.
-Yo voy a verle ahora. ¿Quieres venir?
Él asintió y los dos nos levantamos y caminamos hacia la habitación.
Al abrir la puerta mi corazón empezó a latir descontrolada mente.
Allí . En la camilla. Tan dormido. Tan débil. Y pesar de eso.....tan guapo como siempre.
El niño corrió a abrazar a su hermano mientras yo simplemente lo miraba con tristeza. Todo era culpa mía...
-Te dejo a solas con él...-dijo el niño marchándose.
Yo me acerqué poco a poco a él. A pesar de que parecía estar dormido yo sabía que estaba en un lugar mucho más lejano. Y que que había sufrido un gran dolor.
Me quedé llorando sobre él. En su protector pecho que siempre había estado conmigo en buenos y malos momentos.
Que había estado junto a mí cuando había llorado y reído. Tantos momentos vividos juntos. Tanto tiempo transcurrido entre nosotros.
Le agarré de la mano y la apreté con fuerza junto a mí.
-Por favor.... Por favor...... -le suplicaba. - Te quiero......
Yo lloraba sobre él mientras los dos estábamos cogidos de la mano.
-Katie........- dijo una voz.
Yo abrí los ojos y las lágrimas se mezclaron con una mueca de asombro.
Mi corazón latía a mil por hora en ese momento.

Cartas a KatieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora