Cartas a Katie

Kevin adorable

Sigo pensando en Max todo el rato. Salvo esta tarde cuando Kevin me invitó a su casa. Yo no sabía para qué ,pero parecía tan ilusionado que no pude decirle qué no.
Esa tarde fui a casa de Kevin que estaba algo lejos de la mía y su madre abrió la puerta.
-Pasa Katie. -me dijo amablemente la madre de Kevin.
Pasé al salón y un perrito fue corriendo hacia mí y empezó a lamerme.
-!!Mimi!-gritó Kevin agarrando a el descontrolado perrito.-Deja a Katie.
-¿Quien es este?-pregunté yo acariciando al chiuaua.
-Es Mimi. La adoptamos ayer.
-Es una mónada.
Kevin lo agarró y lo pusó al lado de su cara poniendo cara adorable.
-Los dos sois una mónada.-rectificé.
Él sonrió y puso a Mimi en su cama. Pero ella enseguida volvió a mis rodillas .
-Le caes mejor que su propio dueño.-bromeó Kevin .
-Pero tú le caes bien a todo el mundo.-dije yo animándolo.
-No. A Max el nuevo no. -dijo enfadado.
Me puse colorada al oír el nombre de Max y su imagen paso por mi cabeza haciéndome sonreír. Pero me di cuenta de que qué estaba con mi mejor amigo Kevin y su perrita Mimi y no con el guapísimo Max.
-Es un enemigo de la infancia. Seguro que cuando yo me fui de Canadá el tomó el poder.
-¿Que?-pregunté yo saliendo de mis pensamientos.-¿Tu también eres de Canadá?
-Si casi toda mi familia esta allí. Y la de Mimi tan bien.
La perrita ladró y se acurrucó en mi regazo.
Kevin era de Canadá. Eso complicaba las cosas. Aunque yo sigo pensando que mi admirador es Max. Porque en la carta ponían cosas que me dijo Max. Las cuáles son maravillosas.
Ay... Otra vez estoy pensando en Max...
-Algún día te llevaré allí. Es un pueblo maravilloso. Y muy bonito.
¿Querras ir?
-Claro que sí. Sera genial pasar algunos días en Canadá.
-Sobretodo si lo pasamos juntos.-dijo Kevin mirándome a los ojos.
Nunca me había fijado pero eran tab azules y hermosos.
Seguimos miradonos durante unos minutos que me parecieron siglos.
Pero me gustaron.