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Casa de la infancia de Zoe, 2004.

El resto de tarde y parte de mañana la pasamos riendo y paseando. Cuando estábamos volviendo a mi casa, que era la que se encontraba más cerca; Zayn se atrevió a cogerme la mano. Un escalofrió recorrió todo mi brazo hasta llegar a mi columna vertebral. Cuando no quedaban más de diez minutos, vimos a Victoria con Nate, les saludamos y mí querida mejor amiga dijo algo inapropiado. '' '¿Como lleváis la tarde, parejita?' '' Vale, eso no era; conciencia, piensa un poco más. '' ¿Lo que ha dicho después?'' Sí, eso. '' ¿Lo de que Harry no ha parado de preguntarle cosas sobre ti?'' Exacto.

Tengo que dejar de hablar sola.

No entiendo nada, ¿Por qué Harry estaría preguntando sobre mí? Quizás es un chico curioso y quiere saber más de mi vida, pero me sigue pareciendo extraño. Es verdad que durante las clases no he podido evitar observar como su mirada era exclusivamente para mí, y por consecuencia yo le miraba a él. Mañana hablaría con Victoria para que me dijera con pelos y señales, como suelen decir, todo lo que había sucedido.

(...)

Ahí estaba yo. Sentada en aquellas escaleras del edificio con la música en mis oídos a todo volumen, intentando desviar un poco los miles de pensamientos que invadían mi cabeza.

Ya había pasado un mes desde la primera vez que quede con Zayn y cuando descubrí lo bonitos que eran los ojos de Harry; Victoria me conto que no fue nada del otro mundo, solo un chico curioso interesado en la vida de otra persona. Zayn y yo, yo y Zayn... No somos nada, pero tenemos privilegios. De vez en cuando me da algún que otro pico, quedamos y a veces comemos juntos. Es todo muy raro. Él quiere estar conmigo pero al parecer hay algo o alguien que se lo impide. Aunque pensándolo bien, a mí también me sucede lo mismo. Es como si unos sentimientos ocultos no me dejaran hacer lo que tengo planeado.

La campana ya había dado dos tonos cuando me levante y me dispuse a coger lo necesario para ir a clases, pero algo cayó de mi pequeña taquilla. Al parecer era una carta. Seguro que es de Zayn, que romántico.

Notaba como mis mejillas se humedecían poco a poco. Era precioso. No solo el detalle de ser una carta, si no todo en sí. Está muy claro que iría al banco de siempre a final de clases de dentro de una semana para saber quién es él; para saber quién es mí supuesta 'alma gemela'. Porque sabía muy bien que no podía ser Zayn, era obvio.

¿Cómo podía saber tantas cosas sobre mí? Lo sabía todo, como si me conociera de siempre, como si realmente hubiera sentido lo mismo que yo. Como si realmente fuera mi alma gemela.

(...)

Definitivamente esta ha sido la semana más larga de mi vida. Fui corriendo hasta mi taquilla para dejar mis pertenencias y coger la carta. Estaba nerviosa, muy nerviosa. No me podía imaginar quien podría ser, solo con esas pocas palabras había conseguido que algo se encendiera dentro de mí. Me dirigí al punto acordado pensando en la cara que había puesto Victoria cuando se lo había contado; emocionada, sorprendida, picara, enternecida. Pero sobretodo, curiosa. ¿Era así como me sentía yo? ¿Era simple curiosidad o realmente quería encontrar a mi alma gemela?

Me acerque rápidamente al banco de siempre y tomé asiento. Apoye ambos codos sobre mis piernas, y me quede así; con mi vista puesta en el suelo y mi cabeza en las nubes.

Y él apareció. Baje aun más la mirada para no ver nada más que sus zapatos pisando lentamente el gris pavimento hasta llegar a mí. Pero, ¿Estaba segura de que quería saber quién era el dueño de mis pensamientos durante toda esta semana? No iba a dejar que la inseguridad lo estropeara todo, así que me armé de valor y decidí verle completamente. Y le vi. Nuestros ojos se cruzaron, me saludo y me sonrió. Me sonrió como nadie antes lo había hecho. ¿Y qué creéis que pasó después? Un cosquilleo y mariposas invadieron mi estomago. Apreté los labios y deseé con todas mis fuerzas que se quedaran conmigo.

- No digas nada. Déjame hablar, por favor. - dijo Harry, solo pude asentir. - Se que es una locura, apenas nos conocemos. Bueno, en verdad, yo lo sé todo sobre ti. Me odio a mi mismo por haberme enamorado de ti, porque dije que no volvería a correr el riesgo de que alguien me hiciera daño, pero no lo he podido evitar. Algo en mi me dijo que eras tú, que tú podías ser la persona a la que amaría infinitamente, y mírate, los has conseguido sin hacer nada. Puede que esto que te estoy diciendo, sea un disparate, ¡en realidad es un disparate! Que te diga que estoy enamorado de ti cuando nos conocimos solo hace un mes. El amor no necesita tiempo, o al menos en mi caso. Dame la oportunidad de enamorarte, de que sientas lo que siento yo. - y el silencio regresó.

Solo podía escuchar la melodía que formaban nuestras respiraciones aceleradas. No hable, no le respondí. Solo le cogí de la mano y choque nuestros labios como si de dos piezas de puzzle se trataran.

I'm not the only oneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora