No me gusta despertar en las mañanas, siempre escucho una voz familiar en cabeza que me repite una y otra vez lo que ya sé, lo que no quiero recordar, tener sentimientos es una mierda y más aún si no puedes dejar de soñar, no poder dejar todo atrás. He dejado tantas cosas atrás que no puedo contarlas con mis dedos, tengo tantas heridas abiertas que no se como puedo caminar en las calurosas tardes sin sentir la sangre caer.
Las estaciones comienzan a morir, los sueños se fueron volando dejando tras de sí semillas esperando crecer, no las he regado y tengo miedo de hacerlo, no quiero volver a soñar, porque si otra voz se me hace familiar, estaré perdido otra vez, como ya lo estuve y ahora que encontré el camino la nostalgia me tira mordiscos, pero solo hay hielo esta vez, el sol lo convertirá en agua algún día, cuando las semillas comiencen a florecer a media noche, mi eterna noche.
