Eran las una y media de la tarde, recordaba esos detalles como si fueran vitales.
Su sonrisa, sus ojos marrones, su cabello castaño y morado.
Nunca olvidaría el día en el que chocó con ella por primera vez.
Fue corriendo por unos pasillos de la ciudad de Sanguinem, tenía bastante comida recién obtenida y una sonrisa en su blanquecino rostro.
De tanto correr, no vió a una niña que estaba del lado opuesto, hablando consigo misma al parecer.
Lo único que logró escuchar antes del desastre de colisión fue:- Mamá me detesta.
Ocurrió lo esperado y chocaron, cayendo el rubio encima de ella y desplazando la comida que traía por el suelo.
Ella se sobaba la cabeza con insistencia, pero no lloró.
Él, sin embargo, tomó su mano para levantarla.
El niño se paralizó, era una niña en realidad bella, sus facciones finas, sus rojos labios carnosos y sus ojos marrones eran un espectáculo mejor que cualquier obra de cualquier artista.
La niña se levantó, haciendo una reverencia.- Enserio, perdón, no vi por dónde iba. -Se excusaba, roja de la vergüenza.-
- Tranquila, no interesa.
Ella negó rotundamente, ayudándole a recoger la comida.
Sus ojos marrones se clavaron en los celestes de él, parpadeando varias veces.- Soy Mikaela Hyakuya. -Habló primero.- Un placer.
Ella asintió y sonrió, pasándole un bote de arroz.
- Arami Mae. Supongo que también es un placer, aunque haya botado toda tu comida.
Mika sonrió, sosteniendo el arroz.
- Ya te dije que no importa.
- Gracias, perdón y adiós.
Ella volteó, pero Mika la nombró, acto que hizo que vuelva a voltear.
- Toma ésto. -Dijo, pasándole un pote lleno de fresas.-
- No hace falta, Mika-kun.
Que lindo sonaba.
Mikaela negó y colocó el pote entre los brazos de Arami.- Es un regalo.
- Porqué?
- Porque me caes bien.
Arami asintió, mientras se despedía de nuevo y volteaba.
El segundo encuentro fue solo días después, en la repartición de alimentos.
Fue con Yu, ambos entraron a ese gran comedor con molestia.
Fue ahí que Mika la vió, hablaba con Lacus, un noble, con una gran sonrisa en el rostro.
Tenía entre sus manos una gran cantidad de fresas en un pote, mientras, detrás de ella, estaba un hombre mayor con sonrisa pacífica.
El hombre vestía como noble, solo que sin una capa.
Mikaela lo vió mejor, en realidad se parecía demasiado a Arami, acaso era su padre?
Eso era ridículo.
Mientras Yu recogía la comida, Mika miraba con insistencia cada sonrisa de Arami.
Era tan tierno ver como fruncía la nariz de esa manera, sólo para sonreír.
Aquél hoyuelo en su mejilla izquierda.
Yu llegó, mientras miraba a Mika con extrañeza.
Dirigió su mirada hacia la misma dirección y sonrió, idiotizado.- La conozco. -Susurró Yu.-
- Qué?
- Recuerdas de que te hablé de aquella linda niña llamada Arami?
Mika la vió de nuevo, nunca pensó en que podrían ser la misma persona.
Eso significaba que Yu gustaba de ella?- Hace cuánto la conociste? -Preguntó sin pensar Mika.-
- Hace dos semanas, después de la extracción de sangre. Es muy amable, me dió unos caramelos que eran suyos para reponerme y que no bajara mi azúcar.
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Owari No Seraph - Live and Die.
FanfictionCuándo empiezas a darte cuenta de que todo se rompe a tú alrededor? Un amigo, un demonio, un amor imposible, la familia. Dónde quedará todo eso? En lo más recóndito de nuestra alma, aquel amor que nos hizo palpitar y vivir, que ahora se marchita...