Capítulo 3.

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"III.-) Llámalo magia, llámalo verdad.
Lo llamas magia, pero estoy contigo.
Y sí parece roto, roto en dos.
Sigue llámandolo magia, pero estaré contigo."

Capítulo 3

Despertó ese día con unos rasguñitos en el brazo provenientes de un gato que conocía muy bien.
Yato era el gatito que había rescatado años anteriores, y se había quedado ahí.
Abrazó al gato y bostezó, hoy le tocaba explorar ese castillo que para ella era completamente igual.
Junto a Mikaela.
Una fuerza superior le impulsó a decirle que lo había extrañado el día anterior, y aún se daba azotes mentales por eso.
Simplemente, no quería que Mika sintiera que ella lo necesitaba.
Era bastante ya depender de su papá, aunque lo quería, él la inhibía demasiado.
No necesitaba un cuidador más en la lista.
Se sentó en la cama, abrazando sus piernas.

- Yuichiro... Tú también estás vivo?

Su corazón se aceleró.
Los sentimientos no cesaban, demostrando que los vampiros también sienten.
Igual que los humanos.
Desde pequeña había estado estancada en la idea de que Yuichiro y ella harían buena pareja.
Demonios, llegó a amarlo hasta su última fibra.
Si lo viera, los sentimientos renacerían?
Bostezó de nuevo, con Yato a su lado.

- Tú también crees que soy una idiota?

La sonrisita de satisfacción de Arami apareció al ver al gato acurrucarse a su lado.

- Shinya. -Llamó a su arma- Ayúdame a levantar.

La vocecita dentro suyo rió; Shinya reía cada vez más fuerte y Arami se unió a la risa.

- No seas cruel, Shinya, tu pobre ama tiene huesos de gelatina.

Shinya rió más fuerte, una risa infantil, proveniente de una bella niña de doce años.
Quizá el retrato más fiel de ella a esa edad.
Su demonio era carismático, llevaba tres años con ella y no se arrepentía.
Era lo más cercano a una hermana que tenía.
Shinya no se quejaba, le llegó a doler, sin embargo, el echo de tener que tomar su cuerpo alguna vez algún día.
Arami se levantó, yendo al baño después de escoger una falda tableada blanca y su camisa con chaqueta.
Mikaela, sin embargo, estaba dirigiéndose a verla, cuando May apareció.
Que quién era May?
Pues, una vampira de más o menos su edad, rubia y con ojos verdosos.
La cuestión era que se habían echo "amigos".
May, al parecer, malinterpretó todo eso.

- Mika! A dónde vas?

Los rizos rubios rebotaban de aquí a allá y Mika tuvo esa sensación de querer huir.

- Iré a ver a Ar... La señorita Mae.

May frunció el ceño.

- La ibas a llamar por su nombre de pila? Quién es?

- Una vieja amiga.

Quizá fue el momento de estupidez más grande de Mika, pues el bien sabía que a May le jodía el echo de oír de amigas de más antigüedad que ella.
Y, alabad a Alá, Arami apareció con un bello gatito en manos, y pareció sorprenderse en demasía al ver a May.
May la rastreó de pies a cabeza, y Mika quiso huir de nuevo.
Arami se le acercó, no sin antes dejar el gatito libre en el suelo.
Yato no tardó en aferrarse a Mika, mientras el escrutinio a la pobre Arami continuaba.

- Soy May. -Dijo al final- Y tú?

"Un gusto.", "Un placer." Y demás palabras quedaban descartadas.

- Arami Mae.

Claro, "Si ella no me habla con cortesía, yo no lo haré." Era un principio básico en la semicastaña.
Y ahí estaba May, registrando todo su ser y luego el de Arami, buscando un punto digno de comparación.
Claro que no había, la belleza e inteligencia de Arami sobrepasaba la de May sin esfuerzo. O eso era lo que Mika pensaba.
Pero al parecer May si encontró punto de comparación, pues se aferró al brazo de Mika, mirando a Arami como si fuera la nada absoluta.
Era todo lo contrario.

Owari No Seraph - Live and Die.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora