Aprendiendo

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La adolescencia que Sehun pasó fue simple, como la de cualquier quinceañero revoltoso. No era un buscapleitos pero casualmente estos siempre lo encontraban. Defendiendo niños que robaban comida por hambre, hasta ancianos que protestaban el sobre-trabajo impuesto por los guardias. Al final del día Sehun siempre volvía a casa con un brazo sujeto a la opresión ciudadana.

Con sus 18 años recién cumplidos en abril, Sehun estaba listo para ingresar a la academia y comenzar sus entrenamientos. Ya había tenido cientos de charlas y consejos que despertaron su madurez, además del hecho de que no deseaba poner en peligro su sueño de unirse a la Legión de Reconocimiento. Ya no peleaba por cualquier asunto, se mantenía neutro ante el conflicto y los recuerdos de su pasado.

Le tomo un tiempo despedirse de su madre, abrazarla y acariciar su cabello ¿Cuándo se había vuelto el más alto? Ella no dejaba de llorar y Sehun estuvo a punto de hacerlo varias veces, pero sabía que debía mantenerse fuerte tanto por ella como por sí mismo, así que tomó sus pertenencias, sonrió y se alejó de allí sin mirar atrás.

Unas horas de viaje lo dejaron finalmente en su destino. La academia contaba con un amplio espacio, rodeado por montañas y rocas. Parecía un desierto, pero con todos los equipos necesarios para entrenar a las futuras tropas. Sehun quedo sorprendido con el tamaño del lugar y el gran conjunto de novatos que ingresaban ese año. La cantidad de rostros era abrumadora para él, así que solo las ignoró, al menos hasta que se acostumbrara.

Colocándose por primera vez el uniforme de novato, se observó en un reflejo y dejo salir un suspiro de completo alivio

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Colocándose por primera vez el uniforme de novato, se observó en un reflejo y dejo salir un suspiro de completo alivio. Por fin estaba donde pertenecía y no dejaría que nadie se interpusiera en su camino. La sirena sonó indicando que era momento de formarse en el "Patio" de la academia. Habían 10 filas de 15 personas, todas mirando hacia el frente, esperando a que su superior diera un discurso motivacional. Pero en vez de eso, se posicionaba frente a cada novato y gritando les preguntaba su origen y las razones que tuvieron para unirse. Aquel sorpresivo método de intimidación servía completamente ya que muchos dudaban en sus respuestas y ante sus ojos ellos parecían marcados como cobardes.

Cuando fue turno de Sehun, el hombre se quedó mirándolo por unos segundos pero como este no mostro ningún tipo de emoción, dijo en forma de orden "Da la vuelta novato" y él obedeció. Sehun en ningún momento observó a sus compañeros, mantuvo la mirada en el frente y esperó. Suponía que no todos se quedarían y él quería conocer a los que sí lo harían. Ya casi terminaba la inspección de los presentes, algunos fueron ignorados como él, otros fueron regañados por su debilidad; tan solo quedaba un muchacho en la última fila sin ser "intimidado".

— ¿Otra vez aquí? ¿Cuándo te darás por vencido? —rugió su superior, causando algo de curiosidad en el rubio, que miraba de reojo la escena.

— ¡Vendré cuantas veces sea necesario señor! ¡Hasta que me acepten! —respondió ese chico.

— ¡Pues dime una vez más tu objetivo! —todos los presentes esperaban atentos a su respuesta. El muchacho puso el puño derecho sobre su pecho cerca del corazón y el otro tras su espalda, tomó una gran bocanada de aire y miró lleno de determinación a su superior.

Take me Home (Hunlay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora