Hogar

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La mañana que precedía aquel día, que vio más de sesenta amaneceres similares, no podía encontrar comparación directa a nada. Tras la ventana del pequeño cuarto no se asomó ningún vestigio de sol, o se permitió acariciar por el cielo vestido de aves viajeras. No, aquella mañana mantenía un inusual color gris y desprendía un fresco olor a tierra mojada. Pequeñas gotas golpeteaban sobre el empañado vidrio, acrecentando cualquier superstición que aseguraba su presencia sólo cuando algo debía cambiar y renovarse.

Parecía una despedida, una clara señal que el día de graduarse había llegado.

La torpeza ansiosa de unos dedos tratando de abotonar su uniforme sin insignia eran apaciguados por otros que desbordaban calma

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La torpeza ansiosa de unos dedos tratando de abotonar su uniforme sin insignia eran apaciguados por otros que desbordaban calma. Ni la lluvia ni el lodo espeso, serían impedimento para que los novatos se presentaran en el escenario de ceremonias, el cual fue montado con anticipación en una parte lejana a los campos de entrenamiento. Aun si el tiempo pudiese jugarles en contra, definitivamente todos los novatos se presentarían.

Habiendo transcurrido los meses acordados de recuperación, y tras varios entrenamientos finales desperdiciados, Yixing cumplía la simple tarea de colocarse sus botas color cobrizo, luego de claro, haber ayudado a Sehun con su uniforme. Aún sin tener la intención, ese cuarto había sido testigo de la recuperación de ambos y una nueva casualidad apareció en el momento que el temporal espesó poco después que Sehun entrase a despertarle.

Sin ápice de preocupación por ello, Yixing se dirigió hasta la salida y extendió su mano para que esta, comprobara la intensidad y velocidad con la que caían las gotas. Sonrió ante el cosquilleo húmedo entre sus dedos, caminando unos cuantos pasos más, bajando los tres escalones que tenía en frente hasta adentrarse por completo en la lluvia.

—Vamos Yixing, llegaremos tarde —indicó Sehun, que a pesar de no querer interrumpir su pequeño momento y así apreciar un poco más esa mirada llena de paz; no debía olvidar que todos sus demás compañeros aguardaban en el lugar indicado por su superior.

Yixing asintió sonriente para comenzar a trotar, deseando correr a toda velocidad sin permitirse el gusto debido al suelo tan resbaloso. Aun así sus botas se salpicaban con cada paso y no pudo evitar pensar que siendo niños, tal día se hubiese visto desperdiciado por tratar de permanecer limpios. Así que sin pensarlo mucho, dio un ligero empujón a Sehun que desató carcajadas y un juego por ver cual terminaría con la cara llena de lodo. Sin darse cuenta por las bromas llegaron a su destino, calmando sus agitadas respiraciones.

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Take me Home (Hunlay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora