Ingrávida Luz

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"La muerte acechará a aquellos que ignoren sus advertencias"Era una frase ambigua y repetitiva, parte de los libros que demostraban la importancia de los muros y la permanencia en ellos solían colocar esa oración en el principio o al final

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"La muerte acechará a aquellos que ignoren sus advertencias"

Era una frase ambigua y repetitiva, parte de los libros que demostraban la importancia de los muros y la permanencia en ellos solían colocar esa oración en el principio o al final. Era poco comprensible para los niños, pero Yixing ya con sus dieciocho años creyó entenderla. Para él era una amenaza bien disfrazada "No deseen salir de los muros o si no morirán"; eso hubiese sido más directo para él.

Esa frase no estuvo en sus pensamientos cuando anunció su ingreso a la academia, para convertirse en un Policía Militar sino la sonrisa de su abuela. Ella estaba orgullosa de aquella decisión y prometió apoyarle en todo momento. Así, poco después de confesar su deseo, y tras una despedida llena de abrazos y besos, partió de Sina al complejo militar de Rose. Aunque todo estuviera rodeado de montañas y bosques, el lugar donde se hospedarían por dos años se mantenía con un aspecto desértico.

La intimidación a los novatos le pareció algo completamente innecesario. Los gritos de su superior no le asustaban, más bien le aturdían. Al momento de tocarle hablar, ese hombre llamado Müller Chris, no pareció tomarle enserio sobre su ideal de volverse Policía Militar y servir al rey. Se burló de él y continuó con el siguiente. Las personas parecían no tener muy en claro las razones que los condujeron allí en primer lugar, pero Yixing se sorprendió al escuchar otros novatos nombrar la Policía como su prioridad. Luego entendió, tras conversar con varios de ellos, que cualquier cosa era mejor a enfrentarse al exterior. Inclusive trabajar como minero el resto de sus vidas. Pensó que nunca encontraría a alguien que no escogiera la Policía como escape a la muerte y la vergüenza, hasta que conoció a Junmyeon.

El muchacho de sonrisa ligera y porte elegante estaba afirmando sus planes a futuro, así como demostrando sus habilidades en combate. Sería útil al rey y haría todo lo posible por generar un cambio positivo en Sina y Rose. Jamás dijo algo al respecto, pero en su determinación parecía estar escondido el deseo de un puesto aun mayor que el de soldado, quizás el de un juez o el mismísimo rey. Yixing admiraba eso y por lo tanto, fue el primero a quien le confesó que sus razones de estar en la academia eran similares. Desde ese momento se volvieron buenos amigos.

Así el primer año inició su natural transcurso; el entrenamiento con equipo de maniobras al amanecer, desayuno, Teoría Titánica, entrenamiento físico, almuerzo, combate cuerpo a cuerpo y la cena. En meses ya muchos iniciados habían renunciado y preferido huir a las minas, sin importarles su reputación. Otros tenían las habilidades suficientes como para permanecer, luchando por uno de los diez mejores puntajes. Yixing no tenía dudas de que Junmyeon sería el mejor, junto con otros dos de sus más recientes amigos; el tranquilo pero sarcástico Jongdae, y el juguetón y pícaro Baekhyun. Más bien dudaba de sí mismo, pues habían demasiados talentos a los que debería superar, como aquel chico de mirada intensa y sonrisa indescifrable que siempre buscaba estar cerca de todos.

—Muchas gracias por advertirme, no sabía que el equipo estaba defectuoso... —dijo Yixing un día mientras sujetaba el cinturón de su equipo de maniobras entre sus dedos.

Take me Home (Hunlay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora