Sonrisa

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Con pesar tocó sus labios con la punta de los dedos, preguntándose el porqué de ese peculiar sabor hasta que Sehun comenzó a mover su cabeza y a hacer pequeñas expresiones, casi como si estuviera adolorido. El mayor le miró unos instantes y se sorprendió al notar como brotaba una pequeña lágrima.

—Sehun-ah... —murmuró, intentando separarlo de la evidente pesadilla que le atormentaba—. Sehun-ah, despierta...

Fatigoso, quien era llamado despertó y observó con ojos vidriosos a quien tenía en frente.

— ¿Yixing...?

—Pues claro, ¿quién más te dice así? —contra preguntó el mayor con una sonrisa.

—Estás bien... —susurró levantando la mirada, así la pequeña gota alojada en su mejilla resbaló hasta mojar su perfil.

—Estoy entero, eso es lo que importa...

—Qué alivio... —suspiró el más joven, permitiendo que Yixing acariciara esa zona húmeda para así secarla, sintiendo como el dolor en su pecho, ese peso insoportable que cargaba gradualmente se desvaneciera—. Gracias...

Por fin experimentó alivio después de lo que parecía una eterna angustia. Y seguramente la felicidad plena se hubiese reflejado en su rostro, de no ser por el agotamiento físico y mental que padecía. Este le impidió permanecer despierto mucho tiempo, pero en esos destellos de conciencia que le quedaban se acomodó aún más cerca del mayor uniendo nuevamente sus frentes. Sus acciones no buscaban tener motivos, sino un efecto, la permanencia de una conocida calma que esperaba fuese eterna.

Así liberó un hondo suspiro, quedándose profundamente dormido.

En otro contexto Yixing pudo haberse preocupado o sorprendido por su extraño comportamiento, sin embargo no lo hizo, habían pasado suficientes cosas como para justificar ese comportamiento. Se limitó a observar sus humedecidas pestañas que debido a la cercanía y la luz del día, se distorsionaban hasta parecer brillantes joyas; cerró los ojos y trató de impregnar su memoria con ese pequeño momento.

 Se limitó a observar sus humedecidas pestañas que debido a la cercanía y la luz del día, se distorsionaban hasta parecer brillantes joyas; cerró los ojos y trató de impregnar su memoria con ese pequeño momento

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Ambos durmieron con tranquilidad por tres horas en las que nada les molestó o interrumpió. Quizás en algún momento una enfermera entró para verificar cómo se encontraban, y Luhan probablemente haya pasado para regañar a Sehun, pero no lo notaron. Durmieron y durmieron hasta que sus cuerpos adoloridos les recordaron que debían despertar para tomar sus medicinas.

La condición de Yixing parecía favorable según quienes le atendían. Sufría de jaquecas y nauseas que le impedían elevar mucho la cabeza pero se veían justificadas por la contusión recibida. La recuperación mínima que le aconsejaron fue de dos meses y Sehun palideció. Si él pensaba que dos semanas eran algo terrible, ya solo podía imaginarse lo que el tres años mayor sentía en ese momento. Sin embargo Yixing no dijo nada y permitió que los profesionales le aconsejasen y tratasen como ellos vieran conveniente. Horas después, se permitieron las visitas frecuentes y Luhan no dudaba en aparecer para llevarles comida o algo de beber, ya que Sehun no pensaba moverse del cuarto a menos que fuera completamente necesario. Las conversaciones entre los tres amigos se mantenían por un largo tiempo, hasta que Luhan debía ir a "atender otros asuntos" y les dejaba solos.

Take me Home (Hunlay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora