Superior

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Habiendo trascurrido el primer año y gran parte del segundo, luego de tanto esfuerzo impuesto por los novatos restantes; aquellos que estuvieron desde el primer día derramando sangre y lágrimas para así poder graduarse, solo tenían un desafío más que enfrentar.

A más de dos kilómetros de la academia, daba comienzo un bosque que serviría para finalmente entrenar con el equipo de maniobras tridimensionales. Este dispositivo que contaba con seis partes tales como: arneses, ganchos, cables, cilindros de gas comprimido, ventiladores y espadas de acero endurecido; formaban en conjunto una compleja ingeniería que permitía la movilidad y ataque certero a través de la propulsión y tracción. Dominarlo conllevaba un arduo trabajo físico, más complejo que el simulador al que estaban tan acostumbrados.

En ese frondoso paisaje que les presentaban, se colocaron gran variedad de figuras que simulaban las distintas dimensiones que podía tener un titán, todas en lugares elegidos aleatoriamente. Así cada estudiante, con la ayuda del equipo de maniobras, se desplazaría a través de los árboles buscando estas figuras. En eso consistía la primera parte de su entrenamiento, simple reconocimiento de la zona.

Durante un periodo de tres semanas se les observó individualmente y el resultado de cada mejoría o fracaso era crucial, tanto para su puntuación final como su lugar en las tropas, que podrían o no llegar a escoger.

Esas semanas de trabajo físico constante, lograron disminuir aún más la cantidad de novatos que avanzarían a la siguiente instancia, ya sea por lamentables decesos o por fallas en su salud mental. Para que las últimas pruebas físicas se dieran de manera justa, sin favoritismos o lástima, el superior que les entrenó durante esos dos años sería reemplazado por un soldado experimentado de la Legión de Reconocimiento quien les evaluaría asegurando imparcialidad.

Cuando llegó el día de la segunda instancia evaluativa los novatos restantes se dirigieron al compacto almacén en donde yacía cada equipo de maniobras, uno por uno elegía aquel que utilizaron durante esas tres semanas de entrenamiento. Ya solo quedaba, Yixing, Luhan, Kyungsoo y Jongin como los últimos para equiparse.

- ¿Por qué no llega todavía? -cuestionó Luhan preocupado.

-Cuando nos fuimos seguía colocándose su uniforme -respondió Jongin-. Anoche se desveló por estar entrenando innecesariamente -añadió fastidiado, dedicando una rápida mirada acusativa a Yixing. Desde que se volvieron más cercanos, su amigo había adoptado algunas malas costumbres del mayor y eso no le gustaba.

Yixing inclinó la cabeza, ignorando a Jongin para poder calmar al más alterado de los cuatro quien estaba enfocado solo en la tardanza de Sehun

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Yixing inclinó la cabeza, ignorando a Jongin para poder calmar al más alterado de los cuatro quien estaba enfocado solo en la tardanza de Sehun.

- Tranquilo Luhan, concéntrate en ajustar correctamente tu equipo.

-Ustedes deberían adelantarse, yo esperaré un poco más.

-De acuerdo -dijo Kyungsoo.

-Iremos lento para que nos alcancen -finalizó Jongin, excluyendo indirectamente de esa invitación al mayor.

Take me Home (Hunlay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora