Capitulo IV: ¿Con dinero baila el perro?

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Sus dedos tamborileaban rítmicamente contra el volante del automóvil, mientras que de su boca se escuchaba un intento de seguir la canción que se escuchaba en la radio: It's my life de Bon Jovi.
No pensaba en nada excepto en los típicos pensamientos del primer día de clases: preocupaciones, ansiedades, ilusiones, etc. Collin se acomodo el cabello, el cual evitaba la visión de su ojo derecho; la canción seguía su ritmo, al igual que sus pensamientos, los cuales divagaban de una cosas hacia otra, comida, autos, películas y terminando con Eben, el hijo de los dos famosos empresarios, ¿Que?, no entendía como sus pensamientos terminaron en ese niño rico, pero al principio no los aparto de su mente. Hace una semana, en las noticias, habia salido un rumor sobre la presunta homosexualidad de ese personaje, Eben, el rumor se confirmó dos días después cuando el y sus padres dieron una conferencia de prensa en la que se aclaraba y se aceptaba la homosexualidad del chico, al terminar la entrevista una foto del joven futuro empresario apareció en la televisión, por unos instantes a Collin le pareció atractivo.
¿Que tal si en verdad era atractivo? ¿Sería alguien divertido? ¿Él le parecería atractivo al futuro empresario?, no pensó más en eso, ¿Por que no evitó llegar a esos pensamientos cuando apenas estaban iniciando?. Puff, daba igual, sólo debía dejar de pensar en eso, más, como el destino lo odiaba, la canción acabó y las voces de los locutores se escucharon:
- ¿Ya has oído quien regresa aqui?- preguntó uno de los locutores.
- No, ¿quien? - respondió e interrogó el otro con falsa curiosidad.
- Eben - respondió.
- ¿El hijo de los empresarios? - volvió a interrogar el otro.
- No, el hijo de la señora que vende tamales en la puerta de este edificio- bromeó el primero-, claro que el hijo de los empresarios.
- Pues los homosexuales de esa escuela tendrán suerte...
La radio fue apagada por el morocho, había olvidado los pensamientos, pero la vida real seguía su curso.

(...)

Su dedo índice recorrió el inició de la tercer lista de nombres que revisaba en los pocos minutos de haber llegado, su dedo se deslizaba lentamente buscando su nombre entre los tantos que estaban escritos ahí, sus ojos leían cuidadosamente los nombres, empezó a descender más rápido para poder hallarse, bajo tres nombres más y rápidamente subió dos, y ahí, para su mala fortuna se encontraba ese nombre, el mismo que había aparecido ya varias veces en la radio, periódicos, revistas y noticias:

"Eben B. Bradley Matthews"

Prestó más atención en la persona que en dos detalles:
1. Dylan se había percatado de su presencia y empezó a caminar hacia el, llegando y comenzando una conversación no correspondida mientras buscaba su nombre en la lista.
2. El segundo nombre de Eben era el único que estaba abreviado, aunque con dinero, todo era posible.

¿Enserio había terminado en el mismo grupo que la persona que menos quería ver? ¿Como podría odiarlo tanto la vida? ¿Que había...

- Aquí estoy yo... Y aquí estas tu - Dijo alguien a su lado.
- ¿Que? -Respondió después de aterrizar de nuevo en la realidad.
-Ah - el chico a su lado le dirigió una mirada de pocos amigos, aunque segundos después le dedicó una amistosa sonrisa- Que nos tocó en el mismo grupo, soquete.
- Que bien- respondió el morocho sin emoción, la había perdido toda al leer el nombre de Eben.

(...)

Los murmullos, ruidos, risas y sonidos reinaban en aquel espacioso lugar lleno de butacas, las cuales, junto con el escritorio, hacían que este pareciera más reducido. Las personas estaban enroscadas en sus pláticas, se hablaba desde lo más irónico y estupido hasta lo más utópico e interesante. Nadie parecía querer terminar con esas pláticas.
- Silencio, jovenes- demandó un hombre de baja estatura, con poco cabello y una enorme barriga- haré el pase lista.
Los nombres fueron saliendo de la boca del viejo hombre, todos respondian, al escuchar su nombre, con un "presente" o un "aquí". Collin, que hasta ese momento se había pasado hablando con Dylan, ahora estaba dirigiendo su mirada hacia todas partes, observando a su alrededor, notando caras conocidas y desconocidas, una que le atrajo más la atención fue la de un chico rubio y de colores azules como el cielo, su cara denotaba preocupación, leve, pero preocupación, parecía estar completamente centrado en sus pensamientos ya que, no notó la mirada del morocho. El rubio parecia estar sólo, había unas cuantas butacas vacías a su alrededor, como si nadie quisiera estar cerca de el porque tendría rabia con SIDA y una horrible infección en el estomago, pero por la ropa de etiqueta que traía y la mochila de piel que estaba debajo suyo hacia denotar una buena higiene y una buena calidad económica de parte de sus progenitores, no le dio mucha importancia y siguió observando a todos, cuando su mente recordó haber visto antes a ese chico, pero con una chica, ¿Donde estaría esa chica?, parecía tener siempre una sonrisa en el rostro.
Cuando el nombre de Eben salió de los labios del ya viejo catedrático no obtuvo respuesta, Collin, instintivamente, al igual que muchos otros, dirigió su mirada por todo el salón por segunda vez, sin encontrar el rostro que ya conocía gracias a las noticias; trató de darle la menor importancia al asunto, pero en todo el día su mente divagó en el joven moreno futuro empresario.

(...)

Para el segundo día los murmullos y ruidos habían disminuido, como si de un día para otro las personas se conocieron como realmente son y decidieron enfadarse o simplemente no dirigirse la palabra. Eso a Collin no le importó mucho, ya que el seguía teniendo una interesante conversación con Dylan, la cual fue interrumpida cuando el gordo y semicalvo catedrático del día anterior entró al salón y exigió silencio. No tardó mucho en empezar a pasar lista, Collin, disimuladamente observó al rubio ojiazul, el cual seguía enfrascado en sus pensamientos, con la misma cara de preocupación, aunque ahora era más notable. El semicalvo catedrático mencionó el nombre de Eben, y de nueva cuenta no obtuvo repuesta, eso inquieto un poco a Collin, ¿Que habrá pasado con el?, fue una de las preguntas que se hizo. El hombre mayor esperó unos segundos, dirigiendo su mirada hacia todos los presentes, eso a Collin le pareció injusto, ya que varias personas no habían respondido y el catedrático sólo las había evitado. Cuando el viejo hombre iba a continuar, unos golpes, que se oyeron de lo más fino -lo cual dio a entender a todos que no era un estudiante quien estaba al otro lado de la puerta- interrumpieron la clase. El catedrático, de mala gana, se dirigió y abrió la puerta, dirigió unas palabras con el joven de no más de treinta años, el cual vestía de traje, y los dos pasaron dentro del reducido y a la vez amplio espacio, estuvieron unos minutos hablando, Collin hacia lo posible por entender lo que decian, en repetidas ocasiones escuchó el nombre Eben, adjunto a la izquierda el adjetivo señorito, por lo demás, entendio que el hombre, el cual le parecía atractivo y en algunas ocasiones le sonrio, era el asistente de la madre de Eben, cuando terminaron de charlar esos dos hombres, el catedrático preguntó quien conocía a Eben, para la sorpresa del morocho, el rubio ojiazul se levantó de su asiento y se dirigió al lugar donde estaban los dos hombres, lo cual permitio que Collin se diera que cuenta que había sido la única persona que había mantenido su mirada fija en el asistente, ya que todos, hasta Dylan, estaban hablando animadamente con otras personas, a pesar de eso, Collin siguió prestando toda su atención a lo que el trio decía, y eso gracias a que estaba posicionado en la primera ilera. Después de unos cuantos minutos más, el ojiazul se retiró con una sonrisa en el rostro, el cual Collin creyó muy lindo.
Los dos hombres se despidieron y se agradecieron mutuamente, ¿Razon? desconocida, uno salió por la puerta y, para mala suerte de los presentes- o al menos de Collin-, no fue el hombre semicalvo y regordete.
- Bien - Habló el catedrático, interrumpiendo toda conversacion- continuemos.

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Hola¡!!!!!!¡!!¡!!!!!!!!
Creó que estas 1351 palabras compensan el casi mes de ausencia, no¿?
No¡! Estaré tratando de subir más capítulos por los no subidos. Les pido una disculpa pero decai horriblemente, no diré que ya estoy mejor, pero ya no estoy tan mal, esperó les guste este capítulo, me costo mucho escribirlo ya que son dos que subiría antes de remodelar la novela ( lo que pensaba antes de conocer a Eben, la amistad de Dylan y los dos días sin Eben). Dirán ¡!Pero a pesar de estar mal podrías haber escrito un capítulo! Si, pero no, por que a mi me gusta transmitirles mi estado de humor, que cuando lean un capítulo se sientan felices, contentos, con una sonrisa. En el capítulo anterior, estaba muy decaído, por eso lo hize. Pero bueno, ahora estoy con más ideas y más que decir y escribirrrrrr. Y perdonen mis faltas de ortografía, a pesar de revisarlo como tres veces siempre se me escapa algo, por cierto, en el capítulo anterior o ante anterior puse que se decía Colín, esta mal, es Colin, sin el acento
Los amooo Corazones heteromosexuales

Cuando la vida te lleva la contaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora