Capitulo XII: Lo que fácil llega fácil se va

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Capitulo XII: Lo que fácil llega fácil se va.

El auto detuvo su marcha, primero en casa de Eben; el chófer le pidió al moreno  que descendiera del vehículo y este lo hizo amablemente. Se despidió con un beso de su novio y observó al auto alejárse.
Comenzó a caminar en dirección a la mansión, su padre y madre le abrieron la puerta antes de que Eben sacara la llave de su bolsillo.
- Hay visita- Dijo el hombre con un déje de curiosidad y felicidad, se notaba quería ser el primero en recibir a su hijo.
La pareja les dejo solos y subieron a su respectiva habitación, aunque no sin antes ofrecer una sonrísa a las personas que ahora ocupaban la estancia.
Eben giró su cuello tratando de identificar a la figura que posaba cortésmente en el sillón. Cuando logró descifrar de quien se trataba, lanzó su maleta a algun lugar de la estancia sin importarte la nada y corrió en dirección al místico personaje que posaba en él sillón. Cuando el invitada observó a Eben acercarse rápidamente intento levantarse pero el moreno ya estaba con sus fuertes brazos oprimiendole.
- Wow, ¿Y eso?- inquirió el invitado felizmente, aunque parecía que se esperaba otra clase de recibimiento.
- ¿Acaso no puedo recibir así a mi mejor amigo? - le respondió Eben a Thom
- Creo que sí - Titubeo el rubio con una sonrisa en él rostro-.Y, bueno, ¿Como te fue con tu amigo?- dijo intentando disimular alguno que otro sentimiento.
-Novio - interrumpió Eben con él entusiasmo de una colegiala enamorada.
- ¿Cómo dices que dijiste? - Interrogo atónito el otro.
- Me pidió ser su novio mientras estábamos en aquel viaje.
Thomas observo con detenimiento a Eben, sintiendo que una parte de él se rompía, pero, con fuerte e hipócrita expresión formó una sonrisa y, abriendo los brazos, rodeo a Eben con fingido cariño.
-Felicidades - Parloteó.
- Mucha gracias - respondió el moreno sintiendo fría y poco agradable aquella muestra de afecto.

"No te preocupes, mi amor, yo aléjare de tí a aquel que te quiera hacer daño; hay uno que lo hará, y no lo permitiré" pensó Thom mientras recarbaga su barbilla sobre el hombro de Eben.

Faltaba una semana para que iniciará el mes de octubre, lo cual creaba en Eben una hermosa sonrisa de alegría, puesto que ese era su mes favorito; y el mes de octubre de ese año comenzó trayendo buenas nuevas a Eben ya qué su mejor amigo comenzaba a comportarse mas amable y comprensivo con Collin, el novio de Eben, el cual no tardo mucho en hacerle notar a Eben sus inquietudes y extrañaras hacia el repentino cambio de humor y actitud del rubio amigo del moreno. Pero Collin no fue el único en mostrar sus inquietudes, también lo hizo la chica regordeta de nombre Cintia, la cual también le había mencionado sobre los notables cambios de Thom para con Collin y también para con ella.
Eben sentía que su vida comenzaba a tener esperanza de nuevo, que todo ahora podría salir bien, pero, como dice el dicho: "Lo bueno dura poco". Y era precisamente eso lo que mantenía alerta a Eben, aunque con mucho esfuerzo el tratara de ocultarlo, solo por la simple idea de que atraería malas vibras.

15 de Octubre.
El frío otoñal era notable en él ambiente, calaba hasta los huesos del moreno Eben que estaba sentado frente a su novio en una de las tantas bancas adosadas a la pared, ambos hablaban de la trivialidad y la vida, aunque su poco interesante conversación se vio interrumpída por un guapo chico rubio que venia repartiendo aluna clase de invitación a tan solo unos pocos seleccionados que estaban sentados en las bancas. Cuando llego hasta la adorable pareja, sonrió con alegría y júbilo, extendió dos de las invitaciones y ambas persiana tomaron una.
- Ya sabes las reglas y lo demás, Eb- dijo el rubio.
Sin quitar la sonrisa ni desaparecer su júbilo, giró el rubio, colocándose frente al novio de su amigo y parloteó:
- Eben te explicara todo, dijo y después se retiro, repartiendo mas invitaciones a unos cuantos afortunados.
La pareja observó con detalle las invitaciones.
"Estás cordialmente momificado a la V fiesta anual de la familia Wayland. La cual será celebrada en él salón del pueblo el 31 de octubre. Esta tendrá un inicio y un fin de: la primer hora del día hasta la última hora del día -Eben rió por él mal chiste de introducción -. Nota: Es fiesta de disfraces (ya sabes la regla del disfraz). SIN INVITACIÓN NO ENTRAS."
Ambos finalizaron de leer la carta, Collin fue el primero en hablar.
- Me parece bien, podemos ir a comprar los trajes esta semana.
Eben dirigió su mirada hacia Collin, le miraba eufórico, como si Collin le hubiese propuesto ahogar gatitos en un pozo.
- ¿Qué pasa? - cuestiono Collin con un poco de miedo.
Eben se relajo un poco antes de hablar.
- La ley del disfraz es que tú debes crearlo con tus manos- contesto Eben de manera tranquila.
- ¿Por qué te gusta tanto el Hallowen? - Collin sintió como si el mundo se paralizaba durante un segundo y comprendió que no debió hacer esa pregunta.
Eben lo observó a los ojos, sus ojos se habían vuelto huecos y sin alma.
- cuando yo era chico, mas bien, cuando no tenia dinero - aclaro Eben- . Mi madre me habló de un día en él que no eras tú, eras alguien más, cuando la fecha de tal día llegó yo me vestí de un vampiro y me di cuenta de qué, ciertamente, por un momento no era yo. Ya no tenia errores, ya no era pobre, ya no luchaba por sobrevivir, solo vivía. En esa noche, nadie podía decirte nada, porque no eras tú, por una noche morías, dejaras descansar a tu cuerpo y alma y te convertías en alguien más- contesto Eben lentamente y tratando de darse a entender a su novio.
El silencio reino unos segundos, pero Collin retomó la palabra.
- Haré un vestuario con mis manos - Pronunció, tal vez hacia el vacío Eben que se encontraba frente a él.
- Me parece bien - respondió un Eben mas animado.
Ambos entraron a clases, las cuales no tardaron mucho en finalizar.
Cuando por fin salieron de aquel rostisadero llamado aula emprendieron su camino a casa, fue cuestión de tiempo para que Eben tuviera la iniciativa.
- Y... ¿Que sucedió con tu amigo, Dylan?- dijo sintiéndose extraño y entrometido.
- Consiguió una novia y pasa con ella cada segundo del día.- respondió Collin encogiéndose de hombros, tal vez un poco indiferente.
Apenas comenzaban con su caminata que consistía en avanzar a la cada de Eben, cuando de pronto un auto oscuro con vidrios tintados detuvo su marcha frente ellos. Un hombre alto, viejo y un poco desdeñoso de traje oscuro descendió del vehículo y observó al moreno; Eben lo reconoció: el chofer se su padre, Clemente.
- Señorito Eben- dijo el hombre- necesito suba al vehículo ahora, su padre precisa de usted- el conductor se veía apresurado y un poco molesto.
- S-si, claro...- Eben tenia en cuenta que sí su padre había enviado a alguien para recogerle de manera tan abrupta y sin precio aviso, sucedió algo importante.
El moreno se despidió con un beso casual pero lindo de su novio y entró al auto.

Dejó deslizar su mochila por el suelo y camino directo a la estancia donde sus padres ya habían tomado asiento, ambos dirigieron una mirada seriamente fraternal. Su hermana estaba sentada también, en él sofá dispuesto frente a sus padres. Eben tomó asiento  junto a su hermana.
- Chicos - dijo el hombre, su voz era fraternal-, hace no mucho acordamos que cualquier situación que pudiera llegar a afectar el núcleo familiar debía tratarse con la familia, por ello les debo hablar sobre algo- parecía que el hombre no lograba acomodar las ideas que salían de su boca, por lo cual era algo confuso comprenderle-. » Me ofrecieron la oportunidad de abrir una nueva empresa en otro país, esta empresa tendrá más colaboradores , pero, esta vez... Bueno... La mudanza no será solo de un año o un ciclo escolar, me refiero a que, bueno, podrían regresar cuando tengan trabajo ¿No?, pero... La situación es que...
La mujer de bello rostro y pómulos definidos le interrumpió.
- Lo que su padre quiere decir - convino la mujer con voz parsimonica - es que... La mudanza no será temporal, ya no volveríamos.
- Exacto- continuó el hombre-. Y por esa razón quería su opinión, ya qué se que ustedes dos, especialmente uno, han creado nuevas vidas, han iniciado desde cero y no me siento capaz de tomar una decisión que no les haría un bien,Sentimentalmente hablando, así que, les pregunto aunque creo conocer bien su respuesta... ¿Quieren ustedes mudarse?. No me respondan ahora, piénsenlo bien.
» Pueden retirarse - finalizó el hombre.

Ambos chicos subieron las escaleras con una sonrisa leve, al fin y al cabo la conversación no fue tan dura como creyeron.
- ¿Conozco tu respuesta? - preguntó el moreno a Clara.
La chica se veía decidía a responder pero su tono de piel se torno de un color verde pálido, el cual solo resaltaba sus cabellos de fuego. Clara subió rápidamente los últimos escalones y logró, con mucha suerte, entrar en el cuarto de baño justo cuando por su boca explotó una gran cantidad de comida disuelta y a medio digerir. Sus cabellos de fuego caían en cascada y  le escondían el rostro, su moreno hermano los recogió con cuidado, colocandoselos detrás de la nuca.
- Clary, ¿T-te encuentras bien?- inquirió preocupado el muchacho; su hermana no sé enfermaba con facilidad.
La chica dirigió sus ojos hacia su hermano, su miraba estaba desecha, le miraba con preocupación, con dolor, como si se sintiera decepcionada de si misma... Ella siempre era la joven honesta y responsable, pero eso se desmoronó cuando de su boca salieron tan solo tres palabras, tres palabras que podían crear y destruir mundos, tres palabras con mas poder que el dedo de un Monarca. Tres palabras:
- Eben, estoy embarazada.

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Hola :3
Hace tiempo que no escribía, hace poco ingrese de nuevo aquí... Y ver los votos, los comentarios y el crecimiento de esta novela me dio la inspiración y esperanza faltante, espero les guste. Pronto, lo prometo, subiré mas :3
Gracias. Los amo, mis corazones heteromosexuales. ❤🌹

Cuando la vida te lleva la contaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora