From The First Kiss »l.h«

21. "También te quiero, princesa."

Capítulo veintiuno.

Luke's POV.

- Lo siento, Luke.- me dijo Valerie, dudando de sí misma.

- ¿Por qué lo sientes?

- Por todo, lamento haber sido así contigo. En realidad, lo hacia por sentirme bien... -hizo una pausa- lo hacía por venganza.

Me quedé en silencio un momento y mordí mi piercing.

- Valer...

- No, Luke; siento haber sido así contigo, ¿de acuerdo? Estaba tan concentrada en mí, en que me hicieras caso. No pensé en el daño que llegaría a hacerte...

Frotó sus brazos, mirándome directo a los ojos. Estaba a punto de llorar.

- Valerie, no pensé que hicieras las cosas por esa razón... en verdad, lamento haber jugado contigo de esa manera. Proponerte algo como eso no fue mi mejor idea...- me acerqué a ella tomándola por los hombros y la abracé.

- Lo siento mucho, me siento tan culpable.- chilló, llorando contra mi pecho.

- No debes sentirlo. Déjalo de lado y comencemos de nuevo, ¿si? Olvídate del último año y medio. Sólo volvamos a empezar.

Valerie's POV.

Sonreí, sorbiendo mi nariz y acercándome más a Luke. Podía oler perfectamente su loción, y su cercanía me reconfortaba.

- Gracias Luke... te quiero.

- También te quiero, princesa.

Me separé de el, frotando mis ojos.- Te dejaré desempacar, la cena estará lista en unos minutos.

- Desempacaré luego; ¿te molestaría si te ayudo a cocinar?

Mordí el interior de mi mejilla, pensándolo dos veces.- Para nada, vamos abajo.

Luke's POV.

Me sentía bien. Acababa de arreglar todo con Valerie. Podría decirse que mis oportunidades se veían mayores, más de lo que eran hace un mes.

Definitivamente tenía que llamar a los chicos; estaba estúpidamente feliz. Arreglamos dos años de malos tratos en menos de diez minutos. Eso era increíble hasta para mi.

{...}

- Luke eso es azúcar, no sal.- me regañó Valerie, sacudiendo sus manos.

- ¿Y en donde está la sal?

- Te la di hace unos minutos. ¿En donde la dejaste?

- Probablemente en donde debe ir el azúcar.- le mostré mis dientes, provocando que ella riera- ahora te darás cuenta de porque mamá nunca me deja acercarme a su cocina.

- Lo hago, pobre de mamá Liz.

Dudé unos segundos, arrugando mi nariz y quitando harina de mi cara.- ¿Valerie...?

- ¿Uh huh?

- ¿Porque le llamas, ya sabes... "mamá Liz"?

Dejó de mover la cuchara que tenía en las manos y se volvió a verme.- Ella me cuidaba cuando mi mamá tenía trabajo de más o salía de viaje. Quizá no te habías dado cuenta. Tu siempre salías con...

- Mi papá.- finalicé.

- Así es.

- Entonces, ¿por eso le dices así?

- Sí, Luke... ella es mi segunda madre. Por muy raro que suene, cuando nosotros peleábamos y mamá Liz venía, me reconfortaba saber que ella era la persona indicada para contarle lo que me pasaba.