CAPÍTULO 10

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-Esto es un sable, es el arma tradicional de Letvian y está hecho de aminium. Es mucho más fuerte que el hierro o el acero pero más liviano._Le explicaba Jenna a Aryana. -Es un arma fácil de usar, pero letal.

Aryana observa la vara plateada, igual a la que Jeremain llevaba el día que llegó a la tierra.

-¿Cómo funciona?

Jenna le da el sable. -Repite conmigo "Odar". -La chica obedece y ante su sorpresa se expande y en cada extremo aparece una filosa navaja.

-¡Wow! -Exclama la joven.

-Te puedo asegurar que no hay nada que el aminium no corte y usa esto también, le da un brazalete hecho del mismo material. Ella se lo coloca en la mano.

-"Nazgar" -Enuncia Jenna y Aryana repite la palabra apareciendo un escudo.

-¡Sorprendente! Esto es.... ¿Cómo....?

-Creo que Jeremain te mencionó que las palabras sagradas son usadas con los objetos que han sido sellados con magia.

-Sí lo hizo. Vaya, es.... increíble

-Debes aprender a usar el sable. Así que hoy practicaremos. Alain era muy hábil con su uso, aprenderás rápido.

Por alguna razón le molestaba que la compararan con la reina, reencarnación o no, ella no era esa persona.

Estuvieron toda la tarde practicando, en unas cuantas horas llegó a dominarlo casi a la perfección.

-Suficiente, ve con los otros, mañana continuaremos.

Arayana se acercó a la puerta cuando su corazón empezó a latir con rapidez, el aire le faltó. Las imágenes empezaron a llegar. Una aldea era atacada, sus habitantes masacrados, las chozas quemadas, escuchaba el llanto y las lamentaciones, no hubo sobrevivientes. Vio los cadáveres de los niños con sus madres, los ancianos, todos apilados en un mar de sangre. El lugar apestaba a muerte.

-Aryana ¿Qué sucede? -Jenna estaba junto a ella.

Cuando la visión terminó, su cuerpo temblaba y su respiración acelerada.

-¿Una visión?

-Sí, debemos ir a ayudar, los matarán.

-¿A quiénes? ¿Acaso atacarán la ciudad?

-No, creo que es otra aldea.

-¿Te refieres a los nativos?

-Sí, ha sido horrible. Tenemos que ir, llegarán al amanecer no quedará ningún sobreviviente.

-No podemos sin autorización del Concilio.

-Por favor Jenna, llévame con ellos.

La mujer asiente con un movimiento de su cabeza, y ambas se alejan con dirección al edificio que a Aryana le había dado la impresión de Catedral. Son recibidas por dos escoltas.

-Necesitamos hablar con Fallon, es importante. _Les indica Jenna.

Uno de ellos, las conduce hasta una habitación, tocaron antes de entrar.

-Adelante. -Se escuchó de adentro.

Ambas ingresaron, encontrando al anciano acomodando unos libros.

-¿Qué es tan urgente? -Inquiere con la vista clavada en ellas.

-Mi señor Fallon. -Habla Jenna.
-Aryana ha tenido una premoción.

-¿Qué viste?

Aryana cuenta con detalles su visión, el anciano no la interrumpe hasta el final.

-Es una pena lo que va a suceder, pero no podemos intervenir.

-¿Cómo? -Responde Aryana sin acabar de creer lo escuchado.

-Sería enviar a nuestros hombres a una muerte segura, debemos resguardar la ciudad.

-Es gente inocente, vi niños morir, ¿Acaso ellos no cuentan?

-Es lamentable, pero son tiempos de guerra, siempre hay pérdidas.

-Nosotros trajimos la guerra a su mundo, lo menos que podemos hacer es brindarles nuestra protección.

-He dicho. -Contesta Fallon molesto y mirándola de forma severa, dando por terminada la conversación.

-No, usted no....

-Vamos Aryana, es hora de irnos.

-Pero.... ¿Cómo puede?

El anciano la ignora y sigue con su tarea de acomodo de libros.

Salen del edificio del Concilio y Aryana es apenas consciente de lo que acaba de ocurrir.

-Lo lamento.-Le dice Jenna con sinceridad, pero ella sale corriendo, para su alivio, Jenny le da su espacio. Necesitaba apoyo y sabía donde encontrarlo. Llegó a la cocina, al entrar todos la miraron.

-¿Qué sucede? -Consultó Chace notando que algo no estaba bien.

-Necesito su ayuda.-Respondió la joven acercándose a ellos.

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Hola me gustaría saber que tal les está pareciendo la historia. Si les gusta aprecio me apoyen con sus votos.
Saludos.

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