Capítulo 2

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Han pasado varias semanas, la corriente del mar esta altamente peligrosa, tengo nauseas, ganas de lanzarme al mar y desaparecer...




-¿Cómo te llamas?.-Me pregunta una niña de ojos color gris, era muy linda.


Yo estaba más dormida que despierta, pero sin duda, me contentó que alguien quisiera tener una conversación conmigo, digo, porque todos iban asustados rezando por su bienestar.


-Cindy... Cindy Baum, ¿y el tuyo?.


-Coraline Rit, ¿por qué abandonas Alemania para irte a los Estados Unidos? Me parece que eres muy joven, no pareces haber tenido algún tipo de problemas.-Dijo la pequeña


-Asuntos personales Coraline... ¿Y tú?, ¿viajas sola?.-Le pregunté intrigada de saber.


La pequeña bajo su mirada, tomo un respiro, y sus ojos se cristalizaron en cuestión de segundos.


-Viajo sola, mis padres fallecieron hace poco, pero me dejaron las herencias monetarias, sabría que al menos de algo servirían. He decidido irme a los Estados Unidos porque allá tengo una ''pandilla'' de amigas virtuales, ellas me ofrecieron hogar en una de las zonas bajas de ''Washington, DC'', puede sonar algo peligroso, lo sé, pero soy muy astuta.-Asintió.


-¡WOW! magnifico, me sorprende tu madurez, casi diría que eres mas hábil que yo. Bueno, podría yo...¿irme contigo?, es que no conozco los Estados Unidos, solo quiero que alguien me adopte, pero es un tanto difícil tengo 17 años, nadie querría tener una vieja es su familia, mucho menos sin papeles, totalmente ilegal en el país. Digo, yo te ayudaría en lo que hicieras para podernos ayudar mutuamente. ¿Qué dices?.Exprese.


La niña no lo pensó ni un minuto.


-Asombroso, me gusta la idea, así serías como mi hermana mayor, la que jamás tuve. Pero, ¿qué tal si buscamos adopción juntas?, en vez de ir a ese barrio con mi ''pandilla virtual'', podemos hospedarnos en callejones mientras tanto. Yo tengo dolares, mis padres tenían una caja fuerte llena de distintas monedas del mundo. ¿Vez mi mochila?, esta repleta de dinero.-Respondió la pequeña segura de su dichosa propuesta.


Sonaba bien, pero sin embargo, había un problema...¿Estaría bien que confiase en una pequeña con una mochila llena de dinero diciendo que tiene una pandilla virtual?. Bueno eso lo sabría más adelante, no me quedaba de otra que apoyarla.


-Muy bien Coraline, nos apoyaremos, ahora vamos a dormir, esta oscureciendo y mis nauseas no son nada normales.


-Bien hermanita, gracias por ser mi compañera en este viaje, junto a ti me siento segura.-Se dirigió Coraline con una voz muy baja, acomodándose en mi hombro para dormir. Parecía ya tener confianza en mí.


Yo estaba sintiendo que esa pequeña ojos grises, empezaba a ocupar el lugar de mi hermana, esa hermana que en realidad no me quiso nunca, a la vez me dolía saber que podía estar haciendo ella en estos momentos en los que yo estoy en medio de la nada arriesgándome a morir, pero sea lo que sea, ella estaría bien, le quedaba un año más en ese lugar, y quizás cuando saliera, buscaría trabajo o volvería a casa con mi madre. 


Mirar como el sol se ocultaba, ya se había vuelto costumbre, eso era lo único digno de admirar desde esta balsa tan vieja, cuántos no habrán muerto buscando la felicidad o cambiar la vida, cruzando estos mares de una manera tan incorrecta como esta, cuántos...


Y oscureció, todos están durmiendo, excepto el hombre que dirige la balsa para que no nos perdamos, el sostiene una brújula y parece tener años de experiencia en esto.



Desperté... pareciera que hubiese dormido por semanas, quizás si.


-Queridos pasajeros, ya estamos llegando a su destino, déjenme decirles que pocos llegan con vida y ustedes lo han logrado.-Gritaba el hombre que dirigía la balsa, soltando algunas carcajadas.


Sentí un alivio en mi, pero el problema vendría para pasar, había que pagar y yo no tenía absolutamente nada de dolares, Coraline si, pero no creo que ella pueda pagármelo.


-Toma, ten mil dolares, es lo que nos costará pasar a las dos.-Dijo Coraline.


-¿Como sabes?.-Pregunté.


-Solo págalos y di que soy tu hermana, vamos.-Respondió.


Caminamos demasiado, desde la orilla del mar hasta un lugar que tenía un pasadizo estrecho, al final de allí se encontraba por decirlo así ''el paso a los Estados Unidos'', pero antes estaba un viejo un poco enfermo que tenía cara de sicario y sobornador, el era quien cobrara la fianza.



-Tenga señor.-Extendí mi mano con los mil dolares.


Por un momento el corazón se me paralizo. El hombre se quedo mirándome fijamente, era igual  a aquel viejo verde que abuso de mi cuando tenía 14 años. 


-¡SEÑORITA AVANCE!.-Gritó el hombre, haciendo que recapacitara.


-Cindy...¿qué te sucedió?.-Me preguntó Coraline.


-No nada, descuida, solo recordé algo de mi pasado, pero estoy bien pequeña, continuemos, nos espera un largo trayecto por caminar...-Respondí, seguido de eso le tomé la mano y avanzamos.





Cindy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora