Capítulo 4

203 11 1
                                    

Extraño mi pasado, extraño pelear con mi hermana, gritarle a mi madre cuando no me dejaba salir con mis amigas, extraño toda mi vida de antes, me miro y solo a mi al rededor tengo a personas que ni siquiera sabía de su existencia. Acabo de conocer a un chico que dice llamarse ''Peter'' la verdad, no tengo ni la menor idea de quien sea, pero ahora mismo lo estoy siguiendo a su hogar, dice que tiene un lugar para mi.


Lindas calles las de New York, aunque me gustan mas las de Alemania, eran mas acogedoras, no habitaban tantas personas.

-¿Tienes miedo?.-Dijo él, acercándose a mi rostro casi a un centímetro de mi.

No sabía que contestarle, parecía un poco extraño estar caminando con una mochila, dentro de ella mi vieja ropa, dinero (quizás hasta ilegal), a solo algunas horas de haber perdido a Coraline la única compañera que tuve durante ese tétrico viaje. Este es mi momento de cambiar mi vida, me dije a mi misma respirando hondo. Debo ser fuerte, fingir demasiadas cosas y emprender un nuevo camino, creo que puedo trabajar, ¡SÍ!, pediré trabajo para poder pagar mis estudios en el último año de la escuela que me falta por terminar. Ok ok, muy bien, dejare de pensar esas cosas, veré a donde me lleva este maniático y como dije antes, fingiré.

-No, para nada, me siento completamente dichosa de cumplir mi sueño de estar aquí en los Estados Unidos, siempre había querido esto.-Le contesté.

-Solo quería decirte que esto te resultara sospechoso, debemos pasar por este estrecho camino y así llegar al lugar donde vivo, no vayas a tener miedo, estará todo bien.-Peter observando al suelo, parecía ocultar algo.

Todo se empezó a tornar gris, mi coeficiente mental me decía ''NO'' mientras que yo mi corazón decía ''SI, VE CON EL POR ESTE ESTRECHO CAMINO'' , estaba confundida, solía sucederme cuando extraños intentaban socializar conmigo, de echo, creo que eso fue lo que me incito a salir ese ese día, el día de mi violación, no debí desobedecer a mi madre, cometí un error grave que casi me costo toda la felicidad que antes poseía de niña. Estaba en otro de estos momentos en los que la decisión se hace compleja, casi imposible de decidir por una en especifico, opté por tomar la correcta creo.

-Ningún problema, vamos.-Contesté afirmando con mi cabeza. Se venía lo peor, o lo mejor quizás, solo pensé eso por un segundo.

 Fue un trecho bien largo, finalmente estamos en una calle cerrada, tiene forma de circulo, las personas que habitan aquí solo poseen motocicletas oxidadas casi imposibles de montar, estas personas llevan aspectos tristes, casi depresivos me atrevería a pensar, bueno, Peter no parece nada depresivo, pero tal vez las personas que lo rodeen son distintas, ¿no?, todo es posible en esta vida.


Nos dirigimos a su hogar, el abrió la puerta en silencio y me dijo que me sintiera como en casa. Al principio todo estaba bien, los muebles eran limpios, se notaba un ambiente silencioso, sin bichos raros que habitasen el piso de madera que tenía un aspecto de viejo, pero sin embargo, estaba bien cuidado. Yo era una persona detallista y observadora, en todos los aspectos, a cualquier momentos y en toda situación, observe que había un chico que se escondía detrás de la mesa del comedor, este tenía un aspecto de  esquizofrenico.

-Para un momento, ¿quién es ese?.-Dije señándolo.

El chico se escondió mas aún, parecía temerme. Pero en cuestión de instantes una voz salió del comedor.

-No..No..No.. No me temas...

-¡BASTA! ¿quién es el? Peter, respondeme ya, estoy asustándome, llamaré a la policía.-Grite a Peter.

-Es Dick, será tu compañero de cuarto, calmate no posee de ninguna enfermedad, solo bromea, aquí vivimos 3 personas, mi novia, Dick y yo, ahora seremos 4 contigo.-Expuso.

Me encontraba en una situación de asombro, no parecía creíble todo lo que estaba viviendo, mi mente daba giros, mi corazón latía a millón sin parar, estaba sudando, tenía una apariencia apestosa, mi cara estaba demacrada en su totalidad. ¿Qué tan mal sería tener un compañero de cuarto?, además, parece estar guapo.

  Aquel salió del comedor dirigiéndose hacia mi, no podía creer lo que estaba viendo, era el chico perfecto ante mis ojos, cualquier chica como yo (una diabla, en la cama, en todos lados), querría tenerlo a su lado. Su apariencia física era indescriptible, tenía un ''afro'' pero era castaño claro su cabello, tirando a un rubio por así decirlo. 

-Mucho gusto, soy Dick, jamás te haría daño hahaha, noté en tus ojos el brillo  que destellaban al verme, podría asegurarte que pensaste que era un psicópata, ¿cierto?.-Me dijo.  

Entre en nervios, no podría creerlo...

-Para nada, al contrario, tienes una apariencia perfecta...-Respondí tartamudeando.

-Sígueme, no le hagas caso a Peter haha, yo seré tu acompañante de cuarto. Pero a todas estas, ¿y tú como te llamas?.-Preguntó.

-Cindy...Cindy Baum... Soy residenciada ilegal aquí, no soy de este país.-Dije.

Dick, me observo por un momento, me analizo de pie a cabeza, parecía uno de esos robots de las películas cuando tienen al malo en la mira, bueno algo así sucedió, me dio un poco de temor su actitud.

-¿De Alemania?, ¿no?.-Me preguntó con intriga.

-Ahmmm. Si, eres un muy buen adivino.-Contesté.

Nos dirigimos a la habitación dejando atrás a Peter, el ambiente estaba tenso, casi imposible de sentirme agradada del nuevo hospedaje.

¡EN DONDE ME HE METIDO! grite por dentro paralizándome de miedo, el cuarto tenía una apariencia un tanto paranormal, habían dibujos extraños con rayas por todas partes. Estaba claro que me gustaba hacer dibujos algo similares a estos que estaba observando, pero los que habían aquí, tenían algo detrás de ellos.

-¿Te pasa algo Cindy?,  estas sudando, ¿qué tienes?.-Preguntaba una y otra vez Dick.

-¡¡¡No me gustaría quedarme aquí creo que debería irme!!!

Salí corriendo de la habitación, todo parecía un laberinto, como si hubiese consumido LSD, alucinaba voces, gritos en mi interior, donde estoy, que rayos estoy haciendo con mi miserable vida, no puede estar pasando nada, repetía mil veces dentro de mí.

-¡CÁLMATE! nadie va a ningún lado, tu vienes conmigo.-Gritó Dick halandome hacia el, seguido de eso besándome.

Fue el mejor beso de mi vida, Dick tenía algo psicópata que me volvía loca, que sacaba de mis cabales la cordura, la poca que poseía... Fue amor a primera vista al verlo, algo que no ocasiono Peter, pero sí Dick en tan solo segundos. 

-¡¿Por qué lo hiciste?!.-Grité. Sin embargo en mi rostro podía sentir que se notaba lo mucho que me encantó.

Dick miró al suelo, con pena, no podía verme directo a la cara, tenía vergüenza ajena.

-Discúlpame, ¿podríamos volver a la habitación?, quiero contarte un poco de mí, pero claro, solo si quieres, después de lo que paso creo saber la respuesta.-Dijo.

-Vamos, ya ni modo.-Respondí enojada.

Mi historia es así. Hace años me...-Rompió en llantos Dick, apoyándose en mi hombro...








Cindy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora