Capítulo 9

90 9 2
                                    

Mañana voy a la escuela, tengo mucho dolor de cabeza, creo que fue por la visión que tuve ayer. Dick me comentó que me aceptaron.

Son las 8:00 a.m. Evidentemente me quede dormida, entro a la primera clase a las 9:00 a.m. No falta mucho para entrar, y la escuela queda algo retirada de donde vivo, así que debo apurarme.

De camino a la escuela, miraba de reojo a Dick, me gustaba esa alocada sonrisa que sobresalía en el cuando charlábamos uno con el otro sin parar de hacerlo.

-¿Cómo te sientes hoy?, ¿estás feliz?.-Preguntó.

-¿Debería de estarlo?, no creo, hoy es el primer día de escuela y ya siento que me irá de pésimas.-Afirmé como si fuese cierto lo dicho.

-Cindy, cindy... No se puede ir por esta vida siento tan negativa, te han pasado muchas cosas deprimentes, lo tengo en cuenta, pero al final del camino siempre habrá una luz que te hará brillar, capaz y seas el centro de atención de la clase, digo, quien no se enamoraría de ti, casi rubia, alta, hermosa en pocas palabras si se puede decir...-Relataba Dick.

Hemos llegado por fin, evadí la conversación con Dick, seguido de eso cerré la puerta casi que en sus narices y baje del automóvil.

-¡Chao! Suerte en tu día...-Se oía a lo lejos los gritos a toda fuerza desde el auto.

Ella debe ser la nueva... Ella será la nueva pero humillada... Hay que darle la bienvenida como se les da a todas... ¿Qué tal si es nerd?...

Yo comencé a escuchar murmullos sobre mi, pero no les preste la suficiente atención, por desgracia en la escuela que cursaba habían más personas de habla española que inglesa. Evidentemente no sabía si las ''indirectas, muy directas'', eran conmigo, tenía una confusión grave en mi mente, no tenía las ideas claras, solo se que los pensamientos en mí estaban altamente alterados y desordenados.

-¡Que comience el recorrido!, hagan las filas por favor chica.-Gritaba una mujer de contextura casi vieja. Estaba segura que era la profesora.

-¿Y tú qué?,tarada. Ubícate en la fila-Expresaba una de las alumnas dirigiéndose a mi.

Yo me ubiqué en la fila, solo eramos 4 alumnas incluyéndome, quizás era una clase aparte, como en las películas, que se reunían ciertas personas en un pequeño salón y hacían experimentos, que se yo, al fin y al cabo estaba detrás de mi la alumna que me insultó. Nunca había tenido miedo de nadie, siempre había sido ''valiente'', ''guerrera'', pero esta vez comenzaba a adquirir miedos extraños, como si las 3 chicas tuvieran un don de brujería.

Nos dirigíamos mediante un largo camino subterráneo a la famosa aula de clase tan esperada por ver, por mí, porque ellas ya la conocían previamente.

-Hemos llegado, tomen sus respectivos asientos.-Anunció la profesora.

Tu no vas a tomar mi puesto, apártate.-Me empujó. La misma chica que me había insultado.

Nada de peleas chicas, todas a sus puestos dije.

Me senté en la esquina del salón, aunque no había mucho espacio, era muy pequeño, saque mi cuaderno y comencé a escribir la fecha, el título, el cual era ''El lado oscuro de las estrellas''. Presentía que algo malo venía, pero nada fuera de lo normal hasta los momentos. En ese momento entro una llamada en mi móvil, era Dick, pero al momento de contestarle se callo por completo la señal. Así que abrí la siguiente interrogante a todas: ¿Aquí no hay señal?. Giraron todas la vista hacia mi, como si interrumpiese algún tipo de ritual sobrenatural con mi pregunta.

-No hay, ni habrá jamás.-Menciono Lillie, una de las alumnas, la  silenciosa de todas.

Bueno ya sin más dilataciones, vamos con  el tema. *Comenzó a dictar sin parar la profesora*.

Pareciera como si hubiese escrito por años, se notaba que cuando estuve internada no use para nada un lápiz, aunque recordándolo bien, eran más las veces que no hacia las cosas, que las veces que si las hacia. No me gustaba esta escuela, era la más reconocida de New York, pero a mi no me convencía para nada la enseñanza, aunque si Dick me inscribió aquí y opto por esta, tuvo sus motivos. Ya eran las 11:15 a.m, y estaba agobiada de tanto contenido. De camino por el túnel hacía la ''luz'', (me refiero a salir a la luz, porque abajo no había nada de ventanas ni nada, era especie de algo aislado del mundo), me encontré con un animal muerto, este tenía forma de un perro, hedía, y tenía un color algo viejo, como si se tornase pronto a un proceso de descomposición, parecía extraño, nadie lo había limpiado, ¿será que la señora de limpieza no llegaba a estos bajos?, quien sabe, seguí mi camino tratando de eliminar lo que acabo de ver.

La vida de los adolescentes básicamente se basaba en fingir, me la pase en todo el recreo observando cada forma de ser de los alumnos que constituían la escuela, eran raros, si, pero eso no les quitaba la dignidad como personas jóvenes. Estábamos destinados a la soledad por momentos, y a la depresión. Era inevitable no sentirse mal cuando no tenías alguien apoyándote, cuando tus padres habían dejado esa ausencia y un vacío en ti hace mucho tiempo, en el momento en que te detienes y te hundes solo, sin nadie que te rescate de ello. Tengo 17 años si, pero aun sigo estancada en esta etapa de mi vida que me consume cada segundo.

-Ya salimos de clase, por ser tu nueva, nos dieron el resto del día, puedes decidir por ti misma si irte o quedarte.-Lillie me comentó. 

-Gracias por tomarte la molestia en notificármelo, oye Lillie... Sabes que no se, pero tengo una duda que me inquieta mucho, ¿por qué estamos en el sótano?, ¿por qué había un perro muerto en el pasillo?.-Se lo tenía que consultar.

Bajo su mirada mientras comenzaba a sudar por las manos.

-¿Estás bien?, ¿te llevo a enfermería? ¡¡Lillie!!

Vi como ante mis ojos ella callo, pegando su cabeza contra el asfalto viejo que estaba un poco cuarteado, derramo un par de gotas de sangre por su frente, pero antes de caer en coma completamente me dijo unas palabras...

<Solo tienes que saber cuidarte, de todas, en especial de la profesora>, seguido de eso, Lillie no volvió a soltar una palabra más.

Llegaron hacia donde estábamos ella y yo, las enfermeras de la escuela, una de ellas era mi madre, estaba alucinando de una manera tan lunática casi que pensaba que me estaba volviendo loca en ese lugar. Observé como se llevaron a la pobre Lillie, ella estaba derramando mucha sangre, me preocupe de a momento, pensé que perdería la vida por el simple hecho de yo hacerle una pregunta tan sencilla como esa. Ese lugar tenía algo, ocultaba cosas que nadie sabía, pero yo tenía que descubrirlo, aunque no era mi prioridad.













Cindy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora