C-12: Mirando a la nada

103 7 0
                                    

Desperté agitada, como si hubiese pasado por una convulsión. ¿Dónde estoy?.-Me pregunté.


Intenté levantarme de la camilla, pero mis piernas estaban cansadas, como si hubiese corrido mil kilómetros,  vi por la ventana, de inmediato capté que seguía en el hospital, solo que con un ambiente distinto, un poco mas tenso. Era imposible, ya podía levantarme sin necesidad de ayuda, mis piernas habían vuelto a funcionar, la medicina era una gloria, no cabía dudas. Solo tengo pocos recuerdos de mí, ¿estaba empezando a sufrir de alzheimer?, no se que paso antes, antes de despertar, creo que mi mente había tenido un fuerte encuentro con una golpisa. Solo recuerdo que la enferma que había entrado por mi, a cambiar mis medicamentos, era muy antipática y poco tratable. Pero sea lo que sea que haya sucedido, luego de insultarle, no supe más de mi. 


Me detuve un largo tiempo, a mirar por la ventana, contemplar el anochecer, mirar a la nada, pero sin duda pensando en todo lo que me sucedía, un par de lágrimas nunca estaban demás. Quería cambiar y superarme, pero cada que lo intentaba me sucedía algo malo. No es justo, ¿por qué allá afuera si hay personas que les sale todo bien?, ellas también cometen errores, si, como yo, pero... ¿soy tan torpe así?


*Se abrió la puerta del cuarto*


-¿Quién esta ahí?.-Cuestioné.


Nadie respondía, comencé a perder la calma y las funciones de mis piernas, ya no eran como hace segundos, no me podía mover, entre en un estado de desesperación, todo me angustiaba, estaba muy tensa.


-Calma, soy yo, Lillie, tu compañera de clase, o al menos eso considero yo.-Exclamó Lillie. Jamás pensé que sería ella, ¿cómo supo qué estaba aquí?


-Hola Lillie, que sorpresa tenerte por acá. Solté un par de risas.  Que sorpresa, ¿cómo supiste que estaba aquí?.-Recité.


-Eso es lo de menos, querida Cindy... Cuando tu me salvaste a mi aquel día en la escuela, te lo agradezco a montones, sin pedir nada a cambio, por supuesto. No me quedo de otras que agradecértelo con una visita, me enteré que estabas mal, y que te hospitalizaron aquí, no te preguntes quien me lo dijo, jamás hallarás la respuesta de ello. Estoy segura de que te recuperarás pronto, eres fuerte. Leí tu historial en la dirección de la escuela, eres Alemana, pero dices ser que eres de los Estados Unidos, que curioso.La escuela jamás te delatará  con las autoridades, o eso creo yo, nuestra escuela es la mas honrada y pulcra con sus alumnos.-Expuso Lillie. 


Era obvio que me estaba siguiendo, intentando averiguar todo lo que había dentro de mi  vida, sea lo que sea, no podía entenderlo.


-Cada vez me sorprendes mas, no solo por tu agilidad de encontrar lo que quieres, me gustaría ser como tu, poder encontrarme a mi misma, eso quiero. No importa, lo que si importa es que estamos reunidas en mi triste cuarto de hospital.-Dije. Mirándola a sus ojos negros sin fondo alguno.


-Tienes mucho miedo a cosas que no deberías temerles, tienes que superarte, solo debes seguir yendo a las clases con nuestra profesora, y por supuesto, nosotras, tus fieles compañeras de salón,  que por cierto, el resto de las chicas te mandan un fuerte abrazo y sus mejores deseos de recuperación, ellas no pudieron venir ya que estaban en asuntos de brujerí... disculpa, tengo que irme. Nos vemos en la próxima, no olvides ir al clases.-Dijo Lillie. Saliendo de inmediato por la puerta.

Cindy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora