Capítulo 9 "¿Qué pasó con juntas siempre?

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Mi mente estaba repleta de pensamientos sobre Cedric y nuestra cita. Algunas chicas de Hufflepuff me felicitan y me decían lo afortunada que soy, las Slytherin me miraban como siempre, las Gryffindor me miraban coquetas, lo cual es muy gracioso. Sin embargo las Ravenclaw, sobretodo una chica de descendencia asiática me veía con odio. Y lo digo porque siento como me lanza cuchillas con su mirada. Claramente estaba enojada pero no encuentro ningún motivo por el cual ella debería de estar enojada, en todo caso yo debería de enojarme. Sentí como la sangre me empezaba a hervir, pero lo pude controlar. Mis hermanas estaban al final del pasillo esperando a que les contara todo. Estaba tan emocionada y quería contar cada detalle. Como me cargó tomándome de la cintura con sus manos, como susurró las palabras más tiernas que me han dicho en mi vida, como sonrió cuando dije que sí, como su mano tocó mi mejilla.

-¡America!- gritó Katherine impidiéndome seguir soñado despierta.

-Perdón- reí nerviosa.

-Estabas pensando en Cedric ¿Verdad?- preguntó Hanna sonriéndome inocentemente.

-¿Y cómo no iba a pensar en él? Después del numerito que armó en el comedor- dijo Katherine en un tono insultante.

-Eh ¿Y a ti que te pasa? Pensé que ibas a estar feliz por mí.

-Lo que me pasa es que tu siempre estás tratando de llamar la atención.

-Mira quien lo dice, tu eres la que hace toda esta situación una de tus muy famosas discusiones.

-¿De qué hablas? Solo estoy diciendo la verdad.

-Chicas- pude oír la voz de Hanna en el fondo de nuestras voces, pero no me importó.

-Es que solo mírate. Apuesto a que tú le pediste a Cedric que saliera contigo.

-¡¿Qué rayos te pasa?!- le grité- ¡¿Por qué estás diciendo todas estas cosas?!

-Tal vez porque creo que es cierto- mi sangre comenzó a hervir y una planta en el pasillo se prendió en fuego, pero fue apagada inmediatamente por un prefecto de Ravenclaw.

-Bueno si vas a estar así vete- Hanna me suplicaba con la mirada que detuviera todo esto.

-Chicas, por favor.

-No Hanna. Y para ese acto tuyo de niña chiquita-dijo Katherine.

-A Hanna no la metas en tus pleitos, ella no hizo nada- sentía el aumento de la temperatura en mi cuerpo. Un cuadro salió volando.

-Exacto, ella NO HACE NADA. Es una buena para nada, que nunca va a lograr nada en su vida- las lágrimas se asomaban en los ojos de Hanna. Escuché el ruido de mi mano chocar contra la mejilla de mi hermana, todo el pasillo guardó silencio.

-Wow America. Ahora le pegas a tu hermana- dijo Katherine.

-Solo cuando se lo merece.

-Ya me cansé de ti y de tu actitud sabes. Eres toda una Gryffindor, una creída.

-Mira quien lo dice, ustedes los Slytherin denigran a todas las demás casas.

-Solo somos directos, ustedes Gryffindor son como una peste creyéndose héroes, cuando son unos cobardes. Y los Hufflepuff, como tú- señaló a Hanna- son los peores, aparentan ser tan buena gente, pero es solo una apariencia- Hanna se fue corriendo sin mirar atrás.

-¿Cómo te atreves a decirle eso a Hanna?

-Se lo merece, después de todo ella solo es una...

-¡Stupefy!- mi hermana salió volando hasta la pared del otro extremo y en ese momento llegó la Profesora McGonagall.

-Srta. St Clair acompáñeme a la oficina del director- McGonagall apareció de la nada, sin embargo me detuve y caminé a su lado a la oficina de Dumbledore.

-¿Profesora?- no respondió- ¿No va a decirme nada? Acabo de lanzarle un hechizo a mi hermana, una estudiante.

-Exacto, le acaba de lanzar un hechizo a su hermana, usted debe de tener sus razones- sonreí internamente agradeciendo la comprensión de McGonagall- pero me temo que según el reglamento debo de reprenderte con un castigo- suspiró- una semana de detención bastará.

-Ehm... ¿Los domingos también?- la profesora sonrió tiernamente como si supiera porque preguntaba, pero supongo que ya lo sabe.

-No Srta. St. Clair, los domingos no.

Después de eso ninguna de las dos habló hasta que llegamos a una estatua y McGonagall dijo "Sorbete de Limón" y se reveló la entrada a la oficina de Dumbledore.

-La está esperando, solo entra- me sonrió y se alejó por el pasillo.

Suspiré y entré a la oficina. Tosí para anunciar mi llegada, al momento un Fénix apareció y se posó en mi hombro. Nunca había visto uno en mi vida, Dumbledore me esperaba con una taza de té con un olor delicioso y una sonrisa en su cara.

-Srta. St. Clair un gusto verla de nuevo- yo sonreí al anciano barbudo que tenía pinta de que podría ser el mejor abuelo del mundo- siéntese por favor.

-Claro- el solo estaba sonriendo y tomando el té- disculpe Profesor... El Fénix

Dumbledore levantó la mirada y se rió- es mío, pero al ser el Fénix, supongo que le gustas- el Fénix pasó su pico por mi mejilla y no pude detener la sonrisa en mi cara.

-¿Estoy aquí por lo que pasó con mi hermana?

-Si quieres hablar de ello sí, debo decirte que estoy muy orgulloso de que hayas controlado tus poderes.

-Gracias- yo también me sentía orgullosa.

-Pero los poderes de Katherine ya están mostrándose.

-¿Qué? ¿Cómo sabe? ¿Le dijo algo?- comenzaba a preocuparme por mi hermana, puede que me haya peleado con ella, sin embargo no puedo evitar angustiarme.

-En su "discusión" un cuadro se "cayó" de la nada, sospecho que esa fue Katherine. No podemos estar seguros pero no creo que hayas sido tú. Lograste controlarte muy bien America. Aun con el incidente de la planta, supiste controlarte.

-Gracias Profesor.

- Bueno supongo que tienes que ir a dormir, ya es algo tarde.

-Buenas noches Profesor- salí de la oficina y caminé hacia mi sala común, pero oí unos sollozos. Me asomé al baño de los prefectos y ahí estaba Hanna, iba a entrar a ayudarla pero en ese momento llegó ¿Malfoy? En sus manos llevaba un vaso de jugo y se lo dio a Hanna, ella paró de llorar mientras tomaba la bebida y Malfoy se sentó al lado de ella. En algún momento no sé como esos dos terminaron abrazados y dormidos. Por más que me molestara no iba a echar a perder el momento de felicidad de mi hermana. Así que solo me fui de ahí a mi cuarto. Entré silenciosamente para no despertar a nadie, pero al parecer Harry estaba ¿Esperándome?

-Ah, America. Quería saber si estabas bien, por lo de Katherine.

-Pues me serviría un poco de compañía, ya sabes, alguien con quien hablar. Claro, si no es una molestia.

El Linaje RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora