reasons ☏ muke

t h i r t e e n

Luke

Sentí algo pesado sobre mi hombro y una respiración chocar contra mi cuello, abrí mis ojos lentamente. Pude diferenciar el cabello rubio de Michael y a él durmiendo junto a mí, tenía lágrimas secas en sus mejillas, traté de moverme lo suficiente para llevar mi mano hacía su rostro para limpiarlas. Él se removió un poco al sentir mi tacto maldiciendo en voz baja que lo dejara dormir otros minutos más, no pude evitar sentir ternura y reír.

—Mikey.—Lo llamé moviendolo suavemente, se veía tan lindo durmiendo. Bueno, de todas formas se ve lindo. El se removió de su lugar levantándose rápidamente.

—Mierda, Luke.—Exclamó mientras se tiraba encima de mí rodeando sus brazos en mi cuerpo. Yo gemí de dolor, aún me encontraba débil. Él se alejó de mí mirándome molesto.—¡¿Sabes el susto que me haz causado cuando me enteré de que estabas en el hospital!?

Él se veía molesto pero aún así notaba como una pequeña sonrisa se estaba formando en sus labios, se veía tan tierno.

—¿Como supiste que estaba aquí? Dudo que lo hayas adivinado.

—El chico moreno que parece asiático, quien te golpeo el otro día.—Dijo entre dientes luciendo molesto al recordar eso. Yo abrí mis ojos impresionado.

—¿Calum te lo dijo?—Pregunté con miedo de que él le informara sobre mi enfermedad o quizás la razón de porque estaba aquí. Calum es quien llamo a la ambulancia cuando me desplomé en el piso, no entendía sus repentinos cambios de humor solo para conseguir algo de popularidad. Él asintió.

—Ese mismo idiota.—Añadió con una sonrisa, provocando que yo riera. Su expresión facial cambio dramáticamente, no pude evitar sentirme nervioso.—Él no quiso contarme la razón.—Suspiré aliviado.—Espero que tu lo hagas.

—Michael yo...—Murmuré debatiendo en sí contarle la verdadera razón o inventar alguna mentira. El doctor apareció en la habitación con una expresión seria, al parecer no traía buenas noticias.

—Necesito hablar con el paciente.—Informó. Michael me miro preocupado tomando mi mano con una sonrisa, yo asentí tratando de decir que estaría bien y él pareció entender.—Luke, lamento informarte que...

—Ya lo sé, no tiene que decírmelo.—Lo interrumpí sonriendo débilmente, él suspiró mirándome con tristeza.

—¿Él lo sabe?

—No

—Piensas contárselo?

—No.

—Luke, él se quedó junto a ti durante horas, nunca se alejó de tu lado. Creo que merece saberlo.—Dijo sonriendo. Yo solo mordí mi labio tratando de no llorar pero me era imposible.

No quería morir, no ahora.