Luna Llena

Mito y realidad

El niño de cabello castaño cayó al suelo tras el golpe. El hombre frente a él le gritaba. Bunny intentó empujarle y alejarle del pequeño de ojos ambarinos, pero lo único que logró fue que su mano le atravesara. Corrió hacia el niño.

_¡Mi primogénito no puede ser un inútil! ¡Eres la vergüenza de la raza,Dasan!

_¡Yo no soy débil!

_Lo eres ¿dónde se ha visto un licántropo interesado más en los libros que en la pelea? No permitiré que nadie en la manada dude de mi. Te convertiré en un guerrero.

Las imágenes se sucedieron ante los ojos de Bunny una tras otra. Golpes,peleas... Aquello era demasiado cruel. De repente se encontró en un cuarto. Dasan fumaba completamente desnudo sobre el sillón mientras la joven se vestía a toda prisa diciendo que no entendía como aquello podía haber pasado. Él le hacía caso omiso con la mirada clavada en el techo. Ella era la Sem'ya de otro lobo, pero había conseguido que se acostaran. ¿Cuan fuerte era el vínculo en realidad? Dasan jamás había experimentado lo que era el amor. Su pecho estaba vacío y a pesar de ello deseaba encontrarle a toda costa. Todos los jóvenes de su edad comenzaban a encontrar a su pareja destinada pero él no. Se sentía demasiado diferente. No sentía que perteneciera a aquella manada.

Otro cambio de escenario. El hombre del principio volvió a aparecer, pero esta vez cuando fue a golpearle,Dasan se defendió. Ambos se transformaron en lobos y comenzaron a pelear salvajemente. Incluso en algún momento llegaron a arrancarse carne a mordiscos. Pronto el lobo castaño tomó la delantera, propinando acertadas dentelladas a su rival hasta que clavó los dientes en su cuello con toda la fuerza de sus mandíbulas. El viejo lobo se desplomó,chorreando sangre.

_Estar...orgulloso ahora...

Dasan volvió a tomar su forma humana.

_No necesito tu orgullo, padre.

Le dio la espalda y avanzó. Iba a escribir su futuro solo.Pero cuando se volvió a mirar vio a muchos de los lobos siguiéndole.

_No quiero que lo hagáis. Sois libres de ir a donde queráis

_Por ello decidimos seguirte a ti

_Tu nos has dado nuestra libertad,Dasan.

Bunny sonrió al reconocer a un joven Yoki y al niño de su lado. Taima parecía tan modosito. Dasan sonrió. ¿Qué era aquella sensación? La atesoró en el interior de su pecho como si fuera un regalo.

Las imágenes volvieron a correr frente a su ojos. Sonrisas,familia,el encuentro de Kenai, risas,amor... Y de repente dolor y rabia. Muerte. Sangre y... ¿nieve?

Bunny se miró los pies. Recordaba aquel día. Empezó a caminar hacia la zona de árboles. Vio al lobo abalanzarse sobre el niño. Se vio a si mismo desde la perspectiva de Dasan al cerrar los ojos y sintió su amor,su necesidad,como su soledad se disipaba completamente, el olor de su piel. El punto de vista cambió. Volvía a estar en su cuerpo de hacía diez años. Las manos de Dasan le acariciaban tan placenteramente que creyó morir. Sus labios se unieron a los suyos en una dulce y apasionado beso que continuó mientras él le desnudaba. Recordó el frío de la nieve sobre su trasero, como se había puesto duro por primera vez bajo aquel cuerpo de pecado y las caricias de sus cálidas manos. Le entraron ganas de llorar.

_Dasan ¿cómo termina la historia? Dímelo.

_¿La historia...?

_¿Qué ocurre cuando el licántropo llora?

***

Yoki se despertó con los aullidos. No eran licántropos. Se levantó de la cama y bajó las escaleras. La luna llena brillaba en el cielo y avanzó hacia donde el cuerpo de Bunny descansaba. La tradición decía que para llegar al paraíso la luna debía bañarlo dos días con su luz. Al alcanzar el lugar se encontró a cuatro lobos,sentados y observando el cuerpo. Levantaron un instante la cabeza al oírle llegar, pero volvieron a clavar rápidamente la vista en él. Jamás había visto que los lobos se comportaran así. Se sentó entre ellos a esperar,intentado descubrir que era lo que observaban con tanta atención. Los rayos de la luna se posaron suavemente sobre el rostro de Bunny y fue capaz de ver varias líneas de color azulado sobre su rostro que se perdían bajo la túnica.