—Vamos, Michael, ya sé tú secreto. Y pienso que todos deben saber lo raro que eres y además de lo demente que estas—dice él haciendo círculos alrededor de su oreja.
—No sé de qué me hablas—digo algo nervioso.
Entonces, de repente saca una gran cantidad de fotos.
—Es hora de que Rachel se entere de con quien ha estado hablando, con quien ha compartido sus secretos, con quien se ha estado besando y a quien ha invitado a su casa—dice él con las fotos en la mano y luego me las tira en la cara.
—¿De dónde las sacaste? —digo nervioso.
—Estaban en el basurero, así que Michael ¿Botando evidencia de acoso? —dice él sarcástico y completamente odioso.
Todos quedaron totalmente paralizados, murmuraban a mi alrededor, mirándome como si fuera un loco y Rachel...
No...no estoy loco.
—¡Nathan que te sucede! —dice ella pausadamente.
—¿Qué es esto? ¿Qué significa esto? —dice aterrada.
—Increíble, Michael. Mira el lado positivo de esto es que...ella volverá a mí—dice él tocándome el hombro mientras quedo paralizado ante su comentario.
—Vamos, aléjate de este loco—dice el dirigiéndose a Rachel y agarrándole fuertemente la muñeca.
—No, que haces, suéltame—dice ella en tono de súplica.
Sin que me diera cuenta mi puño choca en su boca y de repente me devuelve el golpe. Y en un momento que le devuelvo el golpe, le doy otro más dejándolo tirado en el suelo, entonces de la rabia que tengo me arrodillo y doy un golpe tras otro.
Con cada golpe que daba sentía...un desahogo inmenso.
—¡Maldito, buscaste entre la basura como un perro callejero, solo para esto! —le grito al darle otro golpe mientras él se defendía con los brazos.
—¡Arruinaste mi vida! —.
—Tú te la arruinaste solo porque tú estás loco—grita también.
—No estoy loco, no estoy loco...—repetía mientras daba golpes más fuertes, y siento unos brazos rodeándome al alejarme grito a todo pulmón.
—¡Arruinaste mi vida! —.
—Basta Michael—me grita el subdirector mientras me agarra por los brazos.
Logro salir de su agarre y busco con la mirada a Rachel y la encuentro cubriéndose con los brazos,
—Rachel—agarrando su brazo.
—Aléjate de mí—dice ella quitándome la mano.
—Por favor déjame explicarte—.
—Eres un pervertido, tomarme fotos semidesnudas y seguirme a todas partes, no es normal—me responde.
—Pero tú eras consciente de que te tomaba fotos—refuto.
—¿¡Pero semidesnuda!? Pensé que eras un chico normal como cualquiera enamorado de una chica, pero eres...—tragando saliva.
—Un psicópata... Me arrepiento de haberme enamorado de ti...no quiero que me vuelvas a ver nunca más en tu vida—.
—Lo siento, lo siento...—le suplico.
—Solo aléjate—.
Fueron las últimas palabras de Rachel, las más dolorosa que alguien me ha podido decir y lo único que pude decir fue... Lo siento.
~~~~~~~ 3 años después ~~~~~~
Otro día más sin poder dormir, desde aquel día...desde ese día tormentoso...he tenido pesadillas. Desearía que ese momento, no hubiera pasado...pero pasó.
—Michael...ya es hora—me llama mi madre desde la puerta.
—Claro—.
Si, ya es hora de ir al psicólogo. La familia de Rachel se enteró de todo y dijo que no me demandaría por acoso si iba al psicólogo y que me alejara de su hija, por supuesto.
Esta obsesión me hizo perder el control.
Al final admití que necesitaba ayuda, hace 2 años me diagnosticaron trastorno de amor obsesivo-compulsivo y desde ese momento he ido a terapias.
Planeo tener una mejor vida, poder ser normal otra vez. Amar como es debido, como lo hacen todos los demás.
Antes de salir de mi cuarto, recuerdo a ver dejado algo importante sobre la mesa de noche. Me dirijo a la mesa y me encuentro la última foto de Rachel Mist, la última que le tome durante la graduación. Se veía tan hermosa, tan elegante. Me quedo pensando un momento y la guardo en un lugar seguro, por el simple hecho, de que no planeo olvidarla nunca más...
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Obsesiva Perfección
RandomMichael Reid es un chico de 17 años. Tímido, raro, antisocial y misterioso; es así como lo describen sus compañeros de clase. Él esta perdidamente enamorado de Rachel Mist, una porrista de 16 años. Amable, sociable, atractiva y la más popular del in...