¿Hetero, homosexual o bisexsual?

Gatitos

Ronna

Salí al patio trasero donde habían algunos rosales y árboles de mandarinas ácidas. Bajo cada árbol hay un banco de piedra como para tres personas.

Me senté en uno de ellos, desde ahí se veía la ventana de Alid con la persiana hechada.

No lo esperaba de ese tipo de chicos, quizá sólo es su novia...

Sería peor.

Pero no puedo estar celosa si hace casi nada que lo conozco. Es más, ni siquiera le e visto a la cara.

Escuché unos ruiditos, como gatitos. Me hizo interrumpir mis pensamientos. Comencé a buscar por la cercanía de los maullidos y di con dos bombos de basura orgánicos.

Rodeándolos, encontré entre ellos una caja medio abierta con tres gatitos casi recien nacidos. Sus ojos no estaban abiertos, lucían hambrientos.

Cojí la caja a toda prisa y la llevé a casa. Mi madre ya estaba despierta de su siesta, le enseñe la caja y le dije como los encontré.

Les dio mucha pena y busqué por internet cómo darles de comer.

Decía que leche de vaca rebajada con agua y unos polvos de gato que no teníamos para espesar, así que usé unos cereales de trigo que tenia para desayunar.

Con dos jeringas que suelo usar para técnicas de pintura en mi escuela, les dimos de comer a dos y yo luego al último.

Cuando comieron se quedaron dormidos sobre unas camisetas de algodón viejas.

-Mamá- la llame en voz baja. Me contesto con un "Hm?" -Estos gatitos no tienen familia. ¿Podemos quedarnoslos?

-Solo un macho, son más baratos de castrar y se quedan mas en casa, además aquí solo te permiten una mascota por residente. Tendremos que buscarle casa a los otros dos.

Comprendí la situación y miré si eran machos o hembras. Habían dos machos: uno negro y otro con manchas. La hembra era blanca.

-Me quedaré a este y le llamaré... Alid.