Cuando salimos, la nieve me encegueció por unos segundos. Pero me acostumbré. Cami también parecía un poco mareada por el brillante color blanco. La agarré de la mano y caminamos juntos. Iríamos a pedir un taxi para ir a pasear al shopping. Papá me había dejado algo de plata, así que pensé que podríamos ir a comprar algo.
-¿Y en qué trabaja tu papá, Martín?-preguntó Camila dentro del vehículo.
-Es gerente administrativo-respondí.
Cuando paramos frente al lugar le pagué al taxista y bajamos. Cami me volvió a agarrar la mano. A pesar de que ya habíamos desayunado me dio un hambre terrible al sentir el olor a café, chocolate y tortitas que venían de los locales. Le dije a mi nena que si quería que recorriera, que en unos minutos nos veíamos en el cine. Tuve que hacer esto porque podría pensar que soy bastante insaciable. No quería que me viera de esa forma.
Ella accedió y la vi alejarse. Se detuvo un par de metros a contemplar las vidrieras de zapatos y vestidos. Algo de esperarse en cualquier chica cuando va al shopping.
Me compré un chocolate caliente y una factura. Después fui a comprar un regalo para mi vieja, para mi viejo, para Cami e incluso para Valentín. Se lo debía porque cuando él se fue a Misiones me trajo un skateboard. Claro que mi amigo no recordó que no me gusta andar mucho en patineta, pero fue un lindo gesto.
***
Mientras estaba en uno de los locales escuché el sonido de un nuevo mensaje de Whatsapp. Ahora que Camila y yo éramos novios siempre tenía mi red activada porque nos comunicábamos de esa forma. Era tonto, sí, pero era nuestra costumbre por más loca que fuera.
Ya estoy en el cine, mi héroe. Avisame cuando llegues =*
Pagué y salí. Le respondí a Cami.
Voy en camino, mi nena.
No tardó en responder. Típico en ella.
Ok, querés que vaya comprando las entradas?
No, no te hagas problema, las compro yo
Estaba llegando al cine. Y allí, parada junto a la entrada estaba mi nena. Tan hermosa como siempre.
-¿Qué es eso?-preguntó mirando las bolsas en mis manos.
Le entregué su regalo. Era una remera blanca con frases escritas. Incluso en el local te agregaban la frase que querías. Así que pedí que escribieran "sos mi mundo, sos mi todo". No era muy bueno para escribir algo mejor, pero los dos sabíamos lo que representaban esas palabras. Y no importaba si estaban grabadas en una remera de algodón o si las escribíamos en una hoja de papel. Lo más importante es que esos pequeños gestos demostraban nuestro amor.
-Awww, ¡sos un dulce!-dijo abalanzándose encima mío cuando leyó mis palabras. Sus labios buscaron los míos. Nos besamos durante varios minutos hasta que decidimos entrar al cine. Después de todo, para eso habíamos venido.
En la cartelera se mostraban varias películas. Había de diferentes géneros. Entre las pelis había una romántica. Aunque odiaba esas cosas de romance-a pesar de estar enamorado-estaba dispuesto a ir a verla si Cami lo pedía. Pero me dijo que fuéramos a ver una de terror. Me quedé sorprendido por su elección.
-Pensé que ibas a elegir la romántica-le dije mientras caminábamos a la sala de exhibición. Ella rió.
-No, hoy no. «Lo dulce puede empalagarte».
-Esa es mi frase, copiona.-Reí y entramos a la sala.
Nos sentamos en una de las filas delanteras. La gente empezaba a llenar la sala poco a poco. Comenzaron a pasar los estrenos de otras películas. Entonces, después de varios tráilers, empezó la peli.
El celular vibró en mi bolsillo. Se supone que no se deben usar celulares en el cine, pero ¿quién sigue esa regla? Además estaba en vibrador, por lo que el teclado no iba a hacer ruido.
Tengo miedo.
Era un Whatsapp de Cami.
Yo estoy con vos.
Y agarré su mano. Sus dedos tibios enganchándose con los míos.
Ves que si sos mi héroe?
Había transcurrido media hora, y en esos treinta minutos Camila había gritado por lo terrorífico de la película. Había que admitir que te llegabas a cagar del susto. Así que en todo momento tuve que soportar que mi nena me apretara la pierna para calmar su miedo.
Después de que acabara la peli, salimos del cine y compramos chocolates. Esa era la gran debilidad de Cami. También le compramos para mi viejo.
Mientras estábamos comprando, el celular volvió a vibrar..
No hay chocolate en el mundo para comparar tu dulzura, jajaja.
Sí, eran las palabras más cursis de la historia. Pero aun así no me importaba.
Awww, sos mi nenita dulce y hermosa.
***
Llegábamos al hotel, cuando la veo, cruzando la calle. Mi tía Natalia. Agarro la mano de Camila y cruzamos rápido la entrada. Me doy la vuelta para ver si nos vio, pero entonces noto que la tía resbala y cae sobre la nieve. No sé si ir a ayudarla o reírme. Aunque si la ayudaba no me iba a dejar en paz. Además no le dolió, la nieve amortiguó el golpe.
-¡Malo!, no ayudaste a tu tía-dijo Cami, pero yo sabía que estaba matándose de la risa por dentro.
-Ella va a estar bien-le dije entre risas.
***
Estábamos en nuestra habitación. Mi papá aún no llegaba, así que estábamos solos. Cami se acercó a mí y nos besamos. Su calor pasaba de sus labios a los míos. Y sus manos tocaban mi pecho.
-Te amo, mi héroe-dice.
Le respondí a través de Whatsapp, sé que es raro pero eso ya se convirtió como en nuestro propio lenguaje.
Y yo te súper amo, mi nenita.
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1000 Whatsapps y después te amo
RomanceMartín Camper nunca imaginó que él llegaría a ser parte de las personas que se enamoran a través de internet. Cuando conoce a Camila Gólvez, su vida da un giro total, llevándolo a formar una historia de amor con Camila tan, pero tan fuerte que ni el...