La semana había pasado rápido y teníamos que volver. Sin embargo todo había ido re bien. Camila me confesó que se divirtió muchísimo y que mi papá le caía bien.
Mi nena había insistido en que quería ir a verme jugar en la cancha. Yo tenía un poco de miedo de que pasara lo mismo que pasó en Capadocia. Además la cancha no era un buen lugar para una chica como ella. Aunque al final tuve que ceder.
-¡Acá Santi, acá!-gritaba mientras Santiago pateaba la pelota en mi dirección.
Los gritos y silbidos de la gente llenaban el aire. Incluso Cami gritaba desde las gradas. Entonces vi a una persona que esperé que me viera jugando desde hace mucho. Mi papá.
Llevaba la pelota en la delantera. Estaba a punto de patear al arco, cuando Nacho me puso el pie por delante. Caí de cara al piso, hasta había pasto en mi boca.
-¡Eh, gordo gil, tené más cuidado!-le dije mientras él era sancionado con una tarjeta roja.
Nacho se dio la vuelta y me tiró una mirada cargada de rabia. No le di importancia, me daba igual sus caprichos de boludo.
El partido terminó en un tres a uno, con un gol mío. Estaba saludando a los chicos, cuando mi viejo cruzó por la cancha directo hacia mí.
-Saliste igual que yo en esto del fútbol-dijo con una sonrisa.
-Creo que sí-respondí.
Nos dirigimos hacia las gradas en donde Cami nos esperaba sentadita en los viejos y erosionados bancos de cemento.
-Te felicito-me dijo ella mientras se acercaba para darme un beso. Osea, yo estaba totalmente empapado en sudor como para besarla, pero no me importó. Sin embargo, el beso duró un ratito porque tuve que ir a las duchas. No existe ningún chico sobre la tierra que abrace y bese a su novia después de sudar como una bestia.
Cuando terminé de ducharme, los tres nos fuimos a comer algo. Le avisé a mi mamá que no me esperara para comer. No me gustaba dejarla sola, pero hoy estaba en la casa de mi abuela así que al menos estaría con alguien.
A eso de las tres y media, mi viejo se tuvo que ir. Le di las gracias por venir a verme. Entonces sólo quedábamos Cami y yo.
-Nena, dentro de pocas semanas se viene mi cena de egresados, ¿vas a venir conmigo?-le pregunté.
-Obvio, mi héroe. No me lo voy a perder.-Esa era exactamente mi idea: llevar a Camila conmigo a la fiesta, pero no era por el ridículo motivo de que necesitaba ir con alguien. No. Solamente quería que ella estuviese presente ahí, a mi lado.
Volvimos a mi casa juntos. Cami llevaba puesta la campera de mi promo; era gracioso ver cómo le quedaba grande. No entiendo por qué a las chicas les gusta usas camperas buzos que le quedan re grandes. Quizá para ellas sea más cómodo, o algo así.
***
Esa misma tarde, Valentín me mandó una foto de las invitaciones por Whatsapp. Era una tarjeta negra en 3D, de esas que se mueven cuando la girás. Era una idea genial.
Están buenisímas, Valen.
A diferencia de mi nena, mi amigo tardaba mucho en responder.
Sí, viste?, somos los únicos que tienen las tarjetas así. Ni las escuelas más chetitas han podido hacer algo como esto.
Cuando dejé de escribirme con él, me puse a ver una peli con Cami. Incluso habíamos hecho pochoclos en el microondas.
El sonido de la llave encajando en la cerradura nos asustó a los dos. Era mi mamá.
-¡Ay!, chicos, disculpen. No quería molestarlos-dijo. Detrás de ella venía mi abuela.
-No ma, no interrumpiste nada. Bueno, solamente interrumpiste la peli.
Cami se reía.
-Hola, Martincito querido-saludó la abuela dándome besos en la mejilla.
-Hola abu.
La abuela miró a Cami.
-¿Quién es está chica tan bonita?
-Ella es Camila Gólvez, mi novia.
La abuela soltó un grito.
-¡Ay, tan grandecito estás que ya tenés novia! Un gusto querida.-La cara de Cami cambió de color.
-Me alegro de conocerla, señora-dijo ella.
Mi vieja y mi abuela se sumaron a nosotros y terminamos te ver el resto de la película los cuatro juntos. Se sentía demasiado raro el estar con tu novia, tu abuela y tu mamá en una misma habitación. Muy raro.
Momentos después nos fuimos a mi habitación. Tratando de alejarnos de todo; intentando darnos un momento sólo para nosotros.
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1000 Whatsapps y después te amo
Roman d'amourMartín Camper nunca imaginó que él llegaría a ser parte de las personas que se enamoran a través de internet. Cuando conoce a Camila Gólvez, su vida da un giro total, llevándolo a formar una historia de amor con Camila tan, pero tan fuerte que ni el...