#4: La noche en Capadocia

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Camila agarró mi mano y me arrastró con ella hacia una zona en la que había sillones negros y blancos. Había una pareja sentada en uno de los sillones. Ella me llevó hasta allí y nos sentamos cerca de ellos. Camila me los presentó. La chica se llamaba Julieta. Era rubia y pálida. El chico se llamaba Andrés. Tenía un poco de músculos más que yo.

-Ella es la amiga de la que te hablé-se explicó Camila-. Y él es su novio.

Saludé a los dos. Luego me senté a pedido de Camila.

-¿Quieren que pida unos tragos?-preguntó Julieta-. Pidan lo que quieran, yo le digo a Facu y lo tienen.

Facu debía de ser el barman.

-Yo quiero un vodka con Speed-dijo Andrés.

-Yo algo más suave. Una piña colada-pidió Camila.

Rara vez bebía alcohol. Lo hacía solamente cuando me ofrecían y nada más. Aparte nunca me había puesto "en pedo". Siempre tomaba poco.

-Lo mismo que Cami-dije.

Mi celular sonó. Lo miré y era un nuevo mensaje de Whatsapp. Y era de Camila.

Tenés una carita de aburrido =(

Me parecía tonto el hecho de que no me hable. ¡Si técnicamente estábamos re pegados! Pero me di cuenta de que era una buena manera de decir lo que no se puede decir delante de otros.

Respondí velozmente.

No, solamente estaba pensando en otra cosa.

El celu volvió a sonar una vez más.

Menos mal, ya estaba pensando en que eras un aburrido, jajaja
En qué pensabas?

Julieta volvía con los tragos. Tuvo que traer las piñas coladas primero y después el trago de Andrés.

-¿Y cómo es que se conocieron?-quiso saber la chica refiriéndose a Camila y a mí. Lo preguntó como si ya fuéramos novios.

-Fue re gracioso Gorda, nos chocamos en el pasillo. Pero yo tenía la sensación de que ya nos habíamos visto. Intuición femenina.-Camila me giño un ojo-. ¿Y vos gordita?, ¿dónde conociste a Andrés?

-Fue re romántico. Nos conocimos cuando yo salía de Ballet. Él impidió que un auto me llevara puesta.

Las dos lanzaron un típico "Awww" en las chicas cuando algo les parecía tierno.

Comenzó a sonar uno de los temas del verano. Camila y Julieta se levantaron y nos agarraron a Andrés y a mí. Antes de que nos llevaran a la pista, contesté el mensaje de Camila. No me gustaba dejar con la duda a nadie.

En nada, en taradeces.

Cuando ella lo leyó, una sonrisa se dibujó en su cara.

-Vamos chicos, no sean amargos-insistía Julieta.

Los dos accedimos casi al mismo tiempo. Momentos después estaba bailando con Camila. Yo todavía no terminaba de darme cuenta de que si ella sentía algo por mí o solamente me quería como amigo. De lo que estaba seguro era que yo estaba empezando a sentir cosas por ella. Pero me daba algo de nerviosismo decírselo. Dale Martín, no seas tan inmaduro , me dije a mí mismo. Entonces Camila se asustó y dejó de moverse.

-¿Qué pasa?-pregunté.

-Ese chico me tocó la cola.

Era algo inaudito. El pendejo asqueroso estaba haciéndose el boludo como si nada hubiera pasado. Entonces toqué su hombro. Cuando se dio la vuelta-todo pasó por instinto y enojo-le di un golpe en la nariz. La sangre comenzó a salirle.

-A ella nadie la toca, ¿entendiste?

El chico no se iba a quedar quieto. Así que me la devolvió. Y ahí todo empezó. Los demás también comenzaron a las piñas. Las chicas se tiraban de los pelos. La seguridad llegó e intentó calmar todo, pero eso hizo que empeorara. La mano de Camila resbaló de la mía y la perdí en medio de la masa de gente que se estaban golpeando entre ellos. Sentí un botellazo en la cabeza. Empecé a moverme y a buscar a mi amiga.

-¡Cami, Cami!-gritaba.

La vi agachada cerca de la barra. Tenía un corte en la mano.

-Martín andate, dejame acá nomás.-Pero claro que yo no iba a hacer eso.

-No, venite conmigo.

Le ofrecí mi mano y ella la aceptó.

Atropellamos a unos cuantos mientras salíamos. La policía estaba llegando justo en ese momento. Entramos al auto y nos alejamos de allí antes de que algo peor pasara.

Nos detuvimos debajo de un puente. Le dije que me mostrara su mano. El corte era un poco profundo, así que me saqué la remera y se la puse alrededor de la herida. Después nos fuimos al hospital que estaba más cerca. A Camila le tuvieron que dar seis puntos.

-Gracias Martín, sos un amigo re copado-dijo cuando la acompañaba a su casa. En la entrada, me dio un beso en la mejilla y corrió hasta entrar en su casa.-Mañana te llevo la remera limpia-gritó desde la puerta.

-No te hagas tanto drama-respondí desde la ventanilla.

Llegué a las tres a mi casa. Mi vieja estaba levantada.

-¿Pero qué te paso?, estás todo manchado y no traés remera. ¿Te robaron?-preguntó preocupada.

Le conté que se armó bardo y del corte de Camila

-Pobrecita, espero que se le cure rápido.

Yo también quería lo mismo. Quería que nada malo le pase.

1000 Whatsapps y después te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora