-Es imposible porque yo he estado viviendo con mi hijo... ¡Le secuestraron!- pero cuando vio que su madre apartaba la mirada, ella cerró la boca.
-Escucha, Alice- empezó su madre- cuando tuvisteis el accidente, Nick se ahogó dentro del coche. Es verdad que tú sacaste a Dylan pero cuando las ambulancias llegaron, el pequeño estaba muerto. Quería darte la noticia yo misma pero, cuando estuve a punto de entrar, estabas preguntando sobre tu hijo y...- parecía que estaba a punto de derrumbarse- no pude hacerlo. Un día, estaba yendo a tu habitación del hospital cuando oí que estabas hablando con alguien. Escuché que decías el nombre de Dylan y supe enseguida que algo no iba bien. Luego me contaron que le veías, hablabas con él. Me sugirieron internarte en el psiquiátrico donde trabajo para tenerte controlada pero creía que todo se arreglaría. El problema es que empeorabas. A veces, estabas dando vueltas, con los brazos así- y le mostró sus propios brazos, como si sostuviera a alguien-. Decidí llevarte a mi casa, pero sin ningún resultado. Muchas veces, estabas dando vueltas en la madrugada, intentando hacer callar a un niño que ya no existía.
-¡ESTÁS MINTIENDO! ¿Y CUANDO LE SECUESTRARON, QUÉ?- gritó Alice. Intentó zafarse de su madre, pero Lucy cogió fuertemente a la hija.
-Cuando te marchaste- prosiguió, como si no pasara nada-, rezaba cada noche para que alguien tuviera más valor que yo y que te preguntaran con quién hablabas. Pero por lo que parece ser cuando vine a verte antes de que te marcharas a escondidas, la gente creía que de verdad tenías a Dylan. Preguntando por ti, me dijeron que a veces ibas al parque infantil y que mirabas a un niño fijamente y ellos creyeron que era tu hijo. Aun no puedo creerme que nadie se diera cuenta. Todas las cosas que tenías en la casa de Maine que pertenecían a Dylan las compraste allí. Después empezaron a aparecer las noticias de los secuestros y te obsesionaste hasta tal punto, que tu mente creyó que le habían secuestrado. Incluso lo de la furgoneta, aunque fue una verdadera coincidencia que el color fuera el mismo. Fue tu locura de creer que él vivía, que te impulsó a ir a hablar con la secuestradora e irte hasta el Portland Head. Cuando imprimí lo último que hiciste y vi el faro, supe que allí te dirigirías. Llamé al propietario del faro sin saber que tú ya estarías en su casa. Le dije que intentara retenerte, pero al final lograste llegar hasta allí. Por lo que se filtró en las noticias, la culpable tenía una copia de la llave del faro. La consiguió haciéndose pasar por una restauradora- intentó acariciarle la mejilla, pero ella la esquivó-. Al descubrir el paradero de los niños, la policía pasó por alto todo lo que habías hecho. Has estado todo este tiempo sola, cariño -Te lo estás inventando- Alice rebuscó en la mochila que estaba abandonada en una esquina y sacó un pequeño álbum-. Mira- dijo, señalando a las fotos tomadas después de llegar a Maine-, en todas las fotos salimos los dos. ¿Es que no le ves?- preguntó. Pero Lucy solo observaba a una mujer dando la mano al aire, haciendo muecas en la cámara... y nadie más. Por eso, decidió sacar el móvil de su hija e hizo fotos de las fotografías que Alice sostenía en las manos. Luego, se las enseñó. Vio la cara de pánico de la mujer, que rápidamente se convirtió en una mirada de ira y enfado. Supo que no habría solución posible. Cuando le enseñaron las pruebas que le habían hecho en el cerebro y le explicaron que había algunas zonas afectadas, creía que lo podría solucionar. Ante todo, solo pensaba en proteger a su hija pero, ¿cómo protegerla de sí misma? Cuando vio que Alice forcejeaba, le administró el sedante que tenía escondido en el bolsillo de su bata.
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Desaparecido
Mystery / ThrillerLa desgracia vuelve a casa de Alice la madrugada del 2 de julio cuando su hijo de cinco años es secuestrado. Después de perder a su marido en un accidente de coche un año y medio antes, no quiere volver a experimentar el sentimiento de pérdida. Por...