Una semanas más paso... En total dos semanas en que no veo a Julián, pero lo agradezco. Todavía recuerdo las últimas palabras que me dijo que me partió el alma.
Flash back
-Tengo cosas importantes que hacer Oriana
Fin flash back
En fin, estos días no fueron unos de mis mejores, mi rutina a partir del jueves eran dormir, ir a la facultad, ir al gimnasio, comer y vomitar y eso que tenía que bancar los terribles dolores de cabeza que venían cada 20 minutos desde que me despertaba. ¿Qué me pasaba? No lo sé.
-Che, Ori -me llamo Jenny.
Estábamos en el baño de la facultad.
-¿Qué pasa? -respondí lavándome las manos.
-¿Qué te pasa?
-¿Cómo que me pasa?
-Nose, te veo mal.
-¿Qué tengo?
-Vomitas todo el día, ¿No queres ir al médico?
-No, Jenny. Está todo bien.
-¿Tenes problemas alimenticios?
-No boluda.
-Entonces, ¿Por qué vomitas?
Estaba por contestar pero un ataque nuevo de agarro, corrí al primer baño que encontré y vomite.
-Listo. Me canse. Vamos al médico -tomo mi mano y comenzó a arrastrarme.
-¡Jenny, estamos en clases! ¡No podemos salir de la facultad!
-Tenes razón... -me soltó, en eso estábamos en los pasillos que separan las aulas, algunos alumnos y profesores nos miraban como si fuéramos locas -Vamos apenas termine las clases. ¿Me prometes?
-Bueno -conteste de mala gana. No me gusta ir a clínicas y menos a hospitales.
-Vamos que seguramente el profesor nos estará cagando a pedo.
[...]
Acá estábamos las dos, bueno las tres, mi mama vino por que la maldita de Jenny la llamo.
-¿Señorita Sabatini? -me llamo la secretaria.
Estábamos en una clínica.
-Yo -me pare de mi asiento al lado de Jenny.
-Venga.
Comencé a caminar atrás de la señora de unos 50 años, hasta que se detuvo frente a una puerta con muchas manos de colores pintadas.
-Entre. La doctora Magdalena, la espera.
-¿Solo paso?
-Si. Suerte linda.
Entre con miedo, ¿Si era mala? Ay dios.
-Buenos días, señorita Oriana Sabatini, ¿No?
-Si.
-Acóstate ahí cariño -me señalo una camilla con unos aparatos al costado.
Mientras esperaba que la doctora deje de hacer lo que hacía con ese aparato al lado mío, me puse a observar la habitación. Era blanca, atrás de su escritorio estaban pintadas las mismas manos de su puerta.
-Capaz te de frio esto, pero es solo un segundo.
Me levanto la remera hasta los pechos, coloco el gel en el vientre -estaba frio- y con esa máquina comenzó a moverlo sobre mi vientre, mientras que yo venía mi interior por la pantalla de al lado.
-¿Cuántos años tienes?
-19.
-Mira la pantalla -la giro un poco par que yo pueda ver mejor -Esta cosita que está ahí -me señalo una pequeña mancha en la pantalla -Es un pequeño ser.
-¿A qué se refiere? -pregunte asustada.
-Está embarazada.
