1 mes y cuarto pasaron desde la última vez que lo vi a Julián. Uff, ¡Que rápido pasa el tiempo por dios!
Nunca volvimos a vernos, hablar o cruzar. Simplemente finjo no recordarlo.
Estaba saliendo de la universidad, cuando me llega un mensaje de un número desconocido. Me detuve para leerlo.
Número desconocido
Hola, Oriana. ¿Cómo estás? Espero que bien. Quiero que nos volvamos a ver, ¿Te espero en Time?
Yo:
¿Quién sos?
Número desconocido:
Julián. Julián serrano amor.
Yo:
Te veo allá en 10 minutos.
Julián:
Okok.
Como time -Una confitería, bue, es la única en donde van todos los millonarios, allí un café te sale algo como $100 -Estas a la vuelta de mi facultad, fui caminando.
Al llegar me encuentro otra vez con él. Seguía hermoso como siempre, no cambio nada en este tiempo. Estaba afuera del local, sentado en una de las elegantes mesas del lugar.
-Hola Julián -dije parándome al frente. El solo desvió la miraba de su celular para mirarme solo a mí.
-Hola hermosa -se paró para que nuestros cuerpos estén casi pegados. Me dio un beso en el cachete -Ven -tomo mi manas para luego arrastrarme hacia su auto que se encontraba en el estacionamiento al lado del local.
-¿A dónde vamos?
-A mi casa.
-¿A qué?
-Prefiero estar allá, no me siento muy seguro acá.
Claro, como es famoso, obviamente le molesta los lugares con demasiada gente, en cambio en un boliche no.
Subimos a su mercedes -El me abrió la puerta para que yo entrara como todo caballero -Y comenzó a conducir hacia su casa del country.
Ninguno hablo en el camino, pero llegamos a la casa, después de estacionar el auto en el garaje.
Tomo mi mano y me obligo a entrar. Estaba vacía la casa, se notaba por la gran soledad en el ambiente.
Apenas cerró la puerta, tomo mi cintura para acercarme lo más que pudo a mí para luego comenzar a besarme.
-Extrañaba mucho besarte, hermosa -dijo entre beso y beso.
-Yo también a ti.
Woo, no podía creer que dije eso. Por una parte muy chiquito si lo extrañe pero más extrañe sus labios.
-Vamos arriba.
-No creo que sea el momento.
-¿Por qué? Toca esto -tomo mi mano para colocarla en su erección -Tú me pones así con solo mirarte.
-No debemos Julián.
-No me importa Oriana, vamos, enserio te digo.
-Bueno. Vamos.
Tomo mi mano y comenzamos a caminar o mejor dicho correr por las escaleras hasta que llegamos a su habitación.
Me tiro brutalmente a la cama, sin piedad. Sabía que esta noche volvería a pasar lo que paso la otra vez.