-No. No voy a ir -respondí cruzando los brazos molesta, estaba enojada con él.
-No seas caprichosa, y volve a la cama -respondió en mí mismo tono.
-No lo hare.
-Ven, enserio.
-Volveré si tú me respondes una pregunta.
-¿Cuál?
-¿Vos me emborrachaste para acostarte conmigo? -pregunte algo triste.
-Ay linda -suspiro, para luego levantarse y ponerse al frente mío. Nose por que el ya tenía el bóxer negro puesto -Nunca haría eso.
-¿Por qué te acostaste conmigo?
-Ambos quisimos, se enota.
-No quiero que esto se repita.
-No se repetirá -me dio un pico -o cuando tú quieras, tal vez pueda repetirse -agrego pícaro.
-Julián, no me beses, enserio.
-Cállate Oriana, si se perfectamente que te encanta.
-Sos un desubicado.
-Vos Sos hermosa.
-Odio cuando te pones así.
-Yo amo tu culo.
-Te hago otra pregunta.
Si. Soy de esas minas que te cambian de tema en menos de dos segundos.
-¿Qué pasa? -pregunto caminando al baño. Yo me quede en mí mismo lugar.
Lo pensé, una, dos, tres veces pero no estaba segura lo que estaba por preguntar. Entonces me decidí.
Camine al baño que se encontraba la puerta abierta para encontrarme con el lavándose los dientes frente al gran espejo. Nunca había visto un baño tan grande.
-¿Tu usaste cordón? -pregunte algo avergonzaba. El solo dio una pequeña risa, ¿Qué le parecía tan gracioso?
-Obio linda. Vuelve a la cama que me prometiste.
Sin decir más, me senté en el medio de la cama, apoyando mi cuerpo contra el respaldo. Cerré los ojos.
Sentí como el peso de Julián se ponía al frente mío y por eso abrí los ojos, lo notaba preocupado y asustado.
-¿Estas bien? -le pregunte.
-No -respondió seco y sin dejar de mirarme a los ojos.
-¿Qué pasa?
-Mira no quiero que te asustes, ni nada. Esto puede pasar o tal vez no, solo es cuestión del destino.
Me estaba asustando.
-¿Qué pasa Julián?
-Se rompió el cordón -respondió seriamente
