- miré esas hermosas rosas que estaban allá y me pregunté ¿se alegrará si le regalo unas? - el moreno sonrió.
- ¿que le hiciste a mis rosas? ¿donde están? - preguntó Rachel al ver que sus rosas no estaban en el lugar donde las había dejado ayer.
- tranquila, están detrás del sofá, mis rosas están mejores.
- Steven déjame en paz ¿quieres? No tengo humor para bromistas así, y llévate tus rosas que me traen mala vibra - contestó Rachel abriendo la puerta para que Steven saliera.
- quieras o no vas as ser mía - dijo Steven dándole un beso en la comisura de sus labios.
Rachel cerró la puerta y se limpió los labios. Eso era lo único que le faltaba. Cerró la puerta de un golpe y se sentó en la silla de su escritorio, miró las rosas sobre su escritorio, se levantó y las tiró al cesto de basura para después volver a poner las rosas que Kevin le había regalado. No se sentía lo suficientemente bien como para trabajar, de pronto sintió un fuerte asco. Se levantó y corrió al baño para vomitar. Después de vomitar se levantó fon dificultad y se lavó la boca con agua del lavamanos. Tomó una servilleta de papel y se secó la cara.
Llamó a Alex por teléfono y él apareció en la oficina a los pocos segundos.
- ¡Por Dios! ¿que te pasó? - preguntó al ver lo pálida que Rachel estaba.
- no me siento bien - solo habló y volvió a correr al baño. El vómito no la dejaba tranquila, Alex corrió al baño para auxiliarla. Rachel sintió que todo le daba vueltas.
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La rubia se despertó en su habitación, sola. Supuso que Alex la había traído de regreso, lo bueno era que no tenía que trabajar. Se sentía mejor de lo que estaba, recordó lo ocurrido y su piel se erizo de solo pensarlo; tener un hijo de Marco no le convendría en estos momentos. Ella debía terminar con su venganza, quizás engañar a Marco que tendría un hijo de él la llevaría al matrimonio con él y al estar casada con él lo despreciaría aún más. Esa si era una buena idea pero no lo era, ella tenía a su lado un hombre que si la amaba.
Se metió a bañar lo que la hizo sentir mejor. Se pusó la pijama porque no tendría motivo para salir, Kevin no le había hablado en todo el día. Tomó su móvil y se acostó sobre la cama al mismo tiempo que marcaba el número de Kevin pero no obtuvo resultados. Se cansó de marcarle y decidió dormir. No pudo descansar lo que quería porque por su mente seguía presente aquella duda de estar embarazada. Sabía que su deber era decirle a Kevin, tenia miedo de decirle. No quería lastimarlo pegó debia decirle, contarle todo sobre su venganza así la entendería.
- será mejor que le diga.
Se levantó de la cama y justo cuando estaba buscando que ponerse el timbre de la puerta sonó. Cerró el closet y se dirigió a abrir la puerta, al abrirla se encontró con la persona que necesitaba hablar. Quiso sonreír pero lo que hizo fue una mueca, la culpabilidad se hizo presente al igual que el miedo. Se hizo a un lado otra dejarlo pasar, el quizo besarla pero ella volteó su rostro provocando que Kevin besara su mejilla.
- necesito hablar contigo - argumentó la rubia.
- ¿que pasa?
- es algo muy serio - Kevin se sentó al igual que Rachel. - Kevin, tu sabes lo que yo sentía por Marco. Yo lo amaba con toda mi alma, no me importaba si él no me quería con tan sólo su sonrisa mi mundo se alegraba pero todo eso acabo aquel día cuando me gritó que no me quería ni me amaría nunca en su vida. Yo me dispuse a vengarme de él provocandolo para que sintiera alguna atracción por mi - Kevin escuchaba atento pero incómodo porque no le gustaba hablar sobre esto. - así fue, conforme pasaba el tiempo y yo provocaba más a Marco, él se estaba volviendo loco por mi hasta el día antes en que te mintiera diciendo que me había robado. - la rubia no pudo contener sus lágrimas las cuales comenzaron a caer por sus rojas mejillas.
- ¿me metiste con algo tan grave? - la mandíbula de Kevin se tensó.
- yo no quería hacerlo pero la venganza me cegó y... - Rachel volvió a callar, no tenía las palabras adecuadas para decirle.
- ¿te acostaste con Marco? - Kevin se levantó del sofá con su respiración cortada de la rabia que sentía.
Rachel asintió.
- no lo puedo creer - Kevin miró a Rachel con una mirada diferente a la que solía mirarla. Sus ojos sólo representaban odio, Rachel retrocedió al ver como su cuerpo temblaba. - yo te entregué todo de mi, y tú simplemente te olvidaste que unas horas antes me habías dicho que si querías ser mi novia. Soy un estúpido - el alemán se acercó a Rachel y la tomó de sus muñecas apretandolas.
La furia de Kevin se estaba saliendo de control. En un abrir y cerrar de ojos Rachel se encontraba en el suelo por el fuerte golpe que Kevin le había provocado. Rachel lloraba desconzolada, el golpe la había dejado un poco aturdida pero eso no le bastó a Kevin pues él la tomó del cabello y la levantó, ella se agarró del brazo de Kevin, sin embargo Kevin volvió volvió a golpearla.
- ¡déjame! - pedía ella pero Kevin no la soltaba.
La rubia sintió un puñetazo en su estómago que casi la deja sin aire. Se agarró su abdomen mientras estaba en el suelo.
- así como fuiste de él serás mía - Rachel miró a Kevin y se levantó del suelo para correr por ayuda pero le fue inútil porque Kevin la tomó del tobillo provocando que cayera de boca al piso.
La jaló hasta ponerse encima de ella. El miedo volvió a invadir a Rachel, forcejeaba para salirse de Kevin pero todo le fue en vano. Kevin rasgó la pijama de Rachel dejándola en panties las cuales no duraron nada. El alemán se sacó la ropa quedando desnudo de igual manera.
- por favor, no lo hagas - volvió a pedir la rubia pero él no la escuchó y se adentró en ella de un solo golpe.
N/A:
HELLOO SWEETIES!
No me regañen por no escribir rápido ni mucho menos por lo que escribí pero yo no soy dueña de mi mente. Mis dedos sólo escriben lo que mi mente proporciona, anyways. Espero que hayan disfrutado el capitulo!
Diganme lo que opinan.
Nos leemos pronto
Las amo
Dios me las bendiga
Pd: BESOS DE CHOCOLATE POR PARTE DE MARCO, KEVIN Y SU BELLÍSIMA ESCRITORA!
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Vendetta | Marco Reus | | EDITANDO |
FanfictionSe arrepentirá de todos sus desprecios porque así como me estoy sintiendo yo en estos momentos así lo haré que se sienta. No descansaré hasta que me diga que me necesita, pondré en juego todas mis cartas y si salgo perdiendo no me iré con las manos...