Nada Es Para Siempre

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Rachel miró desde su escritorio hacia el cristal que le permitía ver el estadio Signal Iduna Park. Recordaba aquellos tiempos en que solía ver jugar a Mario, y le entraba una sensación de adrenalina. Tenía más de dos años que no se paraba en el estadio pues desde que Mario se fue a Múnich lo único que hacía era trabajar ya que no tenía ninguna razón por la cual ir a ver los partidos. Se levantó de su escritorio y se pegó al cristal y logró ver mucha gente entrar al estadio, la Bundesliga había comenzado hace una semana y hoy era el segundo partido del Borrusia Dortmund.

- Rachel! - gritó Alex sacandola de sus pensamientos.

- Alex, me asustas.

- lo siento, me dijo Steven que te necesita en su oficina - Rachel asintió y salió después que Alex saliera.

Subió al asensor y apretó el piso 50, ella trabajaba en el piso 48. Espero gasta que las puertas se abrieran y se arreglo la falda para estar presentable. Steven era su jefe, ella estaba mucho más abajo de él aunque sabía que Steven era un bueno para nada. No hacía nada pero eso si estaba mandando a todo el mundo porque era el jefe. Entró a la oficina, Steven sonrió y la miró de pies a cabeza para después levantarse de su asiento y encaminarse a ella.

- luces hermosa hoy - Steven pasó un de sus dedos por el brazo de Rachel.

- ni se te ocurra volver a tocarme porque voy a decirle a George - respondió ella quitando la mano de Steven de su cuerpo.

- no te creerán porque no eres nadie Rachel, ni Reus te quiere.

Rachel no pensó dos veces para soltarle una bofetada. Él solo sonrió y negó.

- estúpido - dijo antes de salir de la oficina.

Entró a su oficina y lo primero que cayó fueron sus lágrimas. Todo mundo sabía lo que Marco había dicho aquella noche, pesar de que ya pasó casi un mes nadie lograba olvidarlo ¿como lo harían? Por ser la amiga de Mario todo mundo la traía en boca de todos y ahora más ya que la revista más popular de Dortmund había sacado todo un artículo se aquellas palabras. Tomó el teléfono de su oficina y llamó a Alex, el era su secretario quien llegó a los pocos minutos.

- dime Rachel - dijo en cuanto llegó.

- me tengo que ir a casa, me agendas todo lo que me resta por hacer para mañana.

Alex asintió y ella tomó sus cosas para salir de la oficina. Salió del edificio y tomó un taxi para que la llevara a su apartamento. Llegó y se dio un baño rápido para no tardar mucho.

Se vistió con un short negro de mezclilla, la jersey del BVB con el número y nombre de Marco Reus. Se puso unos Toms negros y amarró su cabello en una coleta alta, estaba lista para el partido. Tomó otro taxi para ir al estadio, por suerte tenía el gafete que Mario le había regalado por su cumpleaños para entrar y salir del estadio a la hora que quisiera, en uno de los lugares más cerca del banco del BVB.

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- ¿no eres tú la chica que Marco rechazó? - le preguntó una mujer de unos 26 años muy voluptuosa al mismo tiempo que reía.

- no cariño, Marco no me rechazó sólo quería llamar un poco la atención.

- que tonta eres, Marco jamás te hará caso - respondió la castaña.

- ¿tienes teléfono? - la castaña asintió.

- ¿se lo darás a Marco?

- no mi amor, lo quiero para avisarte cuando Marco y yo estemos juntos así te darás cuenta que estabas equivocada.

La castaña renegó miles de veces. El partido estaba en su segundo tiempo, iban ganando por 2-0. Marco en estos momentos estaba siendo cambiado para ir al banco, Rachel cuando miró que Marco se acercaba al banco lo saludo de lejos y le aventó un beso. Marco sólo negó y sonrió, aun no podía olvidar aquella escena en el parque pero no podía hacer otra cosa porque sabía lo que ella quería y él no estaba pata relaciones.

El partido terminó 4-0. Todo el mundo se fue y Rachel se quedó en el pasillo esperando a que Marco saliera pies ya habían salido todos los jugadores menos él. Rachel no sabía si entrar o no, pero al final decidió entrar; todo el mundo ya se había ido menos él, inclusive hasta los de seguridad.

- Marco - dijo conforme caminaba entre el vestidor pero nadie le respondía.

Caminó más a fondo hasta llegar a los baños, entró a estos y comenzó a escuchar la voz de Marco. Dio unos pasos más para ver lo que menos quería, miró aquella escena impactada aunque no era de mucha sorpresa. Sus ojos una vez más volvieron a inundarse de lágrimas al ver a Marco teniendo sexo con una pelinegra. Trató de no hacer ruido pero para su mala suerte chocó contra la puerta de las regaderas al querer salir corriendo. Marco la miró y se levantó rápido de encima de aquella mujer, trató de tocar a Rachel pero ella se alejó.

- Rachel ¿que haces aquí? - preguntó Marco molesto, más molesta estaba Rachel aunque no se lo hacía notar.

- vine a verte jugar y quería que pasáramos la noche juntos - Rachel sabía cómo jugar bien sus cartas pues al decir eso el semblante de Marco cambio totalmente.

- ¿en serio? Enton...

- no pero y no, tendré que pasar la noche sola pues al parecer ya me ganaron la invitación - Marco trató de decir algo pero Rachel se dio la media vuelta con una sonrisa victoriosa y salió de los vestidores.

Al salir del estadio de ella cayó toda esa manta que la llenaba de fuerza y coraje para decirle todo lo que le había dicho. Sus lágrimas volvieron a caer una vez más y por lo mismo. De tanto llorar sus lágrimas se iban agotando, pronto estaría seca por dentro. Escuchó unos pasos salir del estadio y supuso que eran de Marco, se limpió rápido las lágrimas y tomó una postura decente.

- creo que necesitarás ser fuerte para soportar a Marco - comentó aquel joven que llegó a su lado.

- descuida, ya pasará, nada es para siempre.

- ¿quieres que te lleve a tu casa? - preguntó el hasta ahora desconocido.

- ni siquiera te conozco, puedes ser un secuestrador o violador - ambos rieron de su respuesta.

- soy Kevin Kampl y tú debes ser Rachel, todo mundo te conoce.

- si, no digas porque - se apresuró a decir.

- eres hermosa, no entiendo como Marco no puede darse cuenta de eso - comentó Kevin haciendo sonrojar a Rachel como no lo hacían hace un par de años.

- nadie sabe lo que tiene.

- hasta que lo ve perdido - completó la frase - se arrepentirá después, ya lo verás - Kevin pasó una mano por el hombro de Rachel apresar de que se acababan de conocer. Al parecer ambos habían tenían una química mutua, quizás ambos tenían los mismo problemas.

N/A:

Hallo Sweeties!

Disculpen la tardanza pero la escuela y comentarios negativos me tienen loca! Pero aquí estoy con ustedes una vez más... gracias por estar aquí y apoyarme no saben lo maravilloso que es poder confiar con ustedes

Las amo

Dios las bendiga

Pd: BESOS DE CHOCOLATE POR PARTE DE MARCO Y SU BELLÍSIMA ESCRITORA!

Nos leemos pronto

Vendetta | Marco Reus | | EDITANDO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora