Tiene Que Pagar Por Esto

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Conforme la puerta se abrió Rachel se tiró a los brazos del castaño. Lo abrazó y al mismo tiempo comenzó a llorar. El castaño le devolvió el abrazo, cerró la puerta y acarició el corto cabello de la rubia.

- Rach ¿que te pasa, linda? - preguntó el castaño de la manera mas tierna.

- todo me pasa, Mario. Mi venganza no me ayudó en nada, al contrario me acabo - Rachel no podía controlarse.

- tranquila ¿como que te destruyó?

- si, Mario, la venganza destruyó mu vida. Quise darme una oportunidad con Kevin y el mismo día, me acosté con Marco - dijo Rachel. La vergüenza se había apoderado de ella.

- ¿que hiciste que? Te dije que no lo hicieras - Mario se levantó del sofá y fue por un vaso de agua para ofrecerlo a Rachel.

- lo sé. Cuando se lo dije a Kevin, él reaccionó muy diferente a como siempre lo hacía - Rachel se quitó los lentes de sol, dejando así a la vista los golpes que Kevin le había ocasionado.

- ¿te golpeó? - Mario tocó un moretón pero ella se alejó por el dolor. - ese hombre es un cobarde - Mario apretó su mano en un puño.

- eso no es todo - los ojos azules de Rachel se volvieron a llenarse de lágrimas de solo recordar ese horroroso momento. - él... Él abusó de mi - Rachel tomó su rostro en sus manos y lo escondió entre ellas. Una vez más se volvía a sentir sucia, de sólo recordar esas caricias forzadas se sentía débil.

- calma, calma - Mario la abrazó tratando de calmarla pero era imposible. Estaba muy alterada. - ese desgraciado tiene que pagar por esto - comentó Mario.

Mario sentía rabia. Rachel era una hermana para él y verla así de destrozada lo hacía sentir impotente porque no podía hacer nada para hacerla olvidar ese horrible momento. Rachel seguía llorando en el pecho de Mario, él solo la acariciaba hasta que poco a poco se fue quedado dormida.

- ¿quieres salir a comer? - preguntó Mario cuando Rachel bajó de la recámara. Ya estaba más recuperada aunque no del todo. Vestía un pantalón de mezclilla, una blusa blanca de tirantes olgada, unos converse blancos y su corto cabello rubio suelto.

- no quiero - pronunció con un tono casi audible.

- Rach, anda trae tus cosas y vamos a salir - el castaño casi la obligó para salir de la casa.

Rachel tomó su móvil y bajó a la sala de estar donde estaba Mario. Antes de salir de casa se puso sus lentes de sol, los cuales le ayudaban a cubrir el moretón que tenía en el ojo. Mario le abrió la puerta de su auto para después cerrarla y subirse al auto.

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- necesitas comer algo, solo te la has pasado jugando con la comida - la rubia sólo lo miró y agachó su cabeza.

- no tengo apetito - contestó.

- lo pediré para llevar si no lo quieres, quizás más tarde te de hambre.

Mario pidió la comida de Rachel para llevar y después se dirigió a pagar dejando a Rachel sola en la mesa. La rubia cerró los ojos y em su cabeza aparecían las imágenes de aquella noche. Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas y todo su cuerpo comenzó a temblar. Tapó su rostro con vas manos tratando de ocultar el miedo pero le era imposible.

- ¡déjame! - gritó al sentir unos brazos que rodearon su cuerpo.

- tranquila, Rachel, soy Mario - ella se volteó y escondió su cara en el cuello del castaño.

- llévame a casa, por favor.

El castaño la llevó al auto para regresar a casa. Rachel se percató que todo el mundo la miraba y hablaban cosas de ella como si estuviese loca. Durante todo el viaje nadie dijo nada, Mario se mantenía con la mirada al frente no quería hablarle a Rachel sobre lo ocurrido porque sabía que ella no quería hablar. Su mirada perdida en el camino lo decía todo, estaba cansada, dolida y sobre todo lastimada. Rachel estaba perdida en sus pensamientos, sentía vergüenza por ella misma. Sentía la mirada de todos aquellos del restaurante pero mas podía sentir la mirada de Kevin que aún estaba en su mente; esa mirada de odio jamás la podría sacar de su cabeza.

Al llegar a casa Rachel se bajó del auto sin decir palabra alguna, no quería hablar con nadie sólo quería llegar a su recámara y llorar.

- Ra... - Mario intentó hablar pero Rachel no pudo más.

- ¡yo te dije que no quería ir! Todos me miraban como loca! - gritó al mismo tiempo que corría a su recámara.

- Rachel! Espera - el castaño corrió pero a pesar de ser un atleta Rachel fue más ágil que él para llegar a su recámara.

Mario tocó y tocó para que Rachel le abriera la puerta pero ella solo le decía que se fuera. Conociendo a Rachel, él decidió dejar de intentar y mejor se fue.

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Rachel salió de la recámara al escuchar la puerta principal cerrarse. Al parecer Mario había salido de casa, estar con Mario le había tanto bien; él era un hermano para ella, lo quería mucho. Entró a la cocina donde encontró una pequeña nota en la nevera.

"Rachel, fui a entrenar... vuelvo dentro de unas horas

Atte: Mario"

Estaba punto de subir de nueva a su recámara pero su estómago rugió muy fuerte dándole a saber que moría de hambre. Abrió la nevera y sacó el galón se leche para servirse en un vaso, tomó un pan de la panera para después sentarse en uno de los taburetes de la barra. El hambre se le fue al recordar que no tenía nada, por culpa de Kevin había perdido su trabajo y la poca dignidad de mujer que tenía. Se levantó de aquel taburete y lavó el vaso para después subir a su recámara pero al parecer la vida no quería que estuviera encerrada en su recámara muriéndose de depresión pues el timbre retumbó en toda la casa.

Seguro Mario olvido sus llaves》pensó Rachel mientras caminaba a la puerta.

Se arregló la blusa antes de abrir la puerta, al levantar la mirada sus ojos casi se salen de órbita. Aquellos ojos provocaban algo dentro de ella, sus ojos se llenaron de lágrimas. Intentó cerrar la puerta pero al intentarlo ya era demasiado tarde porque él ya se encontraba dentro de la casa.

N/A:

HALLO SWEETIES!

Lo sé, lo sé. Dije que no demoraría en subir, pero lo hice. Ok no lo volveré a hacer! Espero que hayan disfrutado el capítulo que escribí con todo mi amor para ustedes.

¿quien creen que sea?

Nos leemos pronto

Las amo

Dios me las bendiga

Pd: BESOS DE CHOCOLATE POR PARTE DE MARCO, KEVIN, MARIO Y SU BELLÍSIMA ESCRITORA!

Vendetta | Marco Reus | | EDITANDO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora