Celosón

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Sinceramente no sé que rayos estoy haciendo, en verdad no sé que carajo estoy haciendo con toda esta situación son Eric. Aunque nos hayamos convencido de seguir adelante todo esto entre nosotros, sinceramente yo sé que algo malo pasará. Yo conozco a Eric como la palma de mi mano y sé que como las chicas se le insinúen él no lo podrá soportar y se irá corriendo tras ellas. Ningún hombre, ni siquiera una mujer, puede soportar estar sin sexo durante mucho tiempo y mucho menos cuando esa persona que casi todos los días ha tenido sexo, uf...ardería si no tiene sexo. Supongo que no hay nada que perder... bueno si hay que perder, para mí. Estoy segura que como terminemos, todas las arpías me van a hacer burla. Joder, da igual, supongo que puedo tontear con él sin llegar tan lejos.

- ¡Hey la pequeña que esta con un café en manos!.- Volteé a ver hacia donde me hablaban.

- ¡Anda ya pues! ¡Pero si es Jeffrey!.- No pude aguantar la risa al ver su cara de mosqueo al decir su nombre completo.

- ¡Pero si es la pequeña gruñona que se sonroja!.

- Vale, me la busqué. ¿Que hay contigo, Jeff?, tenía mucho que no te veía.

- No me digas que ya me extrañabas, preciosa.

- No tanto como tú a mi, precioso.- Ambos nos sostuvimos la mirada y comenzamos a reír.

- Salí unos días del país, fui a Alemania con unos familiares.

- ¡Joder yo quiero ir a Alemania!. ¡Me hubieras dicho! Te habría secuestrado, te habría robado el boleto a Alemania y ahí te dejo.- Él soltó una carcajada.

- Si me hubieras llamado como te dije, te hubiera llevado a Alemania.- Lo vi con grandes ojos.

- ¿Enserio?.

- Sí. De todos modos era una reunión que te hubiera encantado.- Lo vi con curiosidad.- Rock.

- ¡Joder! ¡¿Cómo no te secuestré?!.- Ambos soltamos una carcajada.- Espera...¿Qué mosco te picó?.

- ¿A qué te refieres?.

- Casi nunca, más bien nunca me habías contado algo personal tuyo.

- Ni que fuera tan personal, preciosa.- Nuevamente a reír.
- Hombre pues, ¿cómo estas?.
- Muy bien, preciosa. ¿Que tal tu?.
- Excelente.- Lo vi incómodo.- Uh... ¿Qué pasa?.
- Tienes algo en el cabello, no te muevas.- me quedé tiesa para que quitara lo que tenia en mi cabello. Posó su suave y grande mano en mi mejilla y luego hacia mi oreja. Ambos nos vimos durante minutos, fijamente a los ojos. Se podía sentir un cosquilleo en el aire. Con la otra mano me quitó un papel y lo tiró pero sin dejar de acariciar mi mejilla y mi cabello. Comencé a ponerme nerviosa, cada vez aguantarle la mirada era más duro.
- Calis, quieres...
- ¿Interrumpo algo?.- Ambos volteamos a ver hacia aquella voz que nos interrumpió. Eric. Tenía una cara de mala leche, ¿por qué...?. Oh diablos, esto se ve mal, se malinterpreta. Rápidamente me aparté de Jeff algo incomoda y nerviosa por lo que acababa de pasar.
- ¡Hola... Eric!. ¿Qué haces por aquí?.- Eric se pegó a mi agarrándome de la cintura. Yo lo miré como si le hubiera crecido una segunda cabeza.
- Vine a recoger a mi linda NOVIA para irnos juntos.
- ¿Novia?.- preguntó Jeff. Anda ya pues... Este no entiende que no soy su novia. Más bien somos como... Rollitos salvajes.
- Eric, entiende que... - Pero ni entender ni leches, Eric me atrajo hacia él y me beso muy fuerte que no pude evitar soltar un gruñido de reproche. Jeff se nos quedó viendo curiosamente, sobre todo a mi.
- Hola, mucho gusto, soy Eric, el novio de Calis.- le estrechó la mano a Jeff de forma brusca que hice un gesto de dolor. Jeff se mostró indiferente pero con un brillo en sus ojos.
- ¡Vaya un placer, Eric el novio de Calis! Es un nombre raro "Eric el novio de Calis". Yo soy Jeff, el "amigo" de Calis. Aunque claro, mi nombre solo es Jeff.- el gesto de Eric se descompuso.
- Vaya, pero que humor tan bueno. - agregó Eric.
- Aunque, que yo recuerde, esa pequeña preciosa de ahí no mencionó tener novio, ¿no será que...?.
- Esa información no es de tú incumbencia, Jefferson. Y esa pequeña preciosa es mía. - Joder, lo llamó Jefferson. Un momento, yo no soy suya.
- ¡Ya basta!.- ambos se me quedaron viendo algo desconcertados.
- Punto número uno: Ya te expliqué lo que somos tú y yo. Si no quieres, lárgate de aquí.
Punto número dos: Jeff, no es de tu puñetera incumbencia mis relaciones o lo que sea.
Punto número tres: Yo no soy de nadie.
Ahora, si no les importa yo me voy de aquí.
Salí hecha una furia por el numerito que me acababa de hacer Eric. Alguien me detuvo por el brazo, creí que era Eric pero al voltearme vi a Jeff.

Del odio al amor hay un solo paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora