No podía hacer más que aceptarlo,ya sabía que esa sería su contestación, lo sabía, solo quería poner las cosas en claro y punto. Sonreí y asentí, al parecer eso lo descolocó.
-Ya sabía que me contestarías de ese modo, de todos modos...¿Quién sería yo si no supiera que contestarías? .- volví a sonreír.- Sonaste súper mamón, pero que va, ¿quién me manda a enamorarme de alguien como tú?.- reí nerviosamente. Maldición, me conocía y sabía que después de la risa nerviosa seguiría el enojo y finalmente el llanto.
-Calis, yo...- lo interrumpí, no quería escuchar más.
- Te estas poniendo rojo.- dije burlándome.
- No me lo estas poniéndo fácil, Calis.- contestó riéndose.
- Pero por supuesto que no te lo voy a poner fácil, no soy como las demás que se ponen a llorar solo porque las rechazaron.- reí más nerviosa.-...Supongo que perdí la apuesta, en fin.
- ¿Apuesta? .- preguntó algo triste.- No, no la perdiste, ganaste Calis.
- Ja ja, no, no la gané...- Mi barbilla comenzó a temblar, si no me iba de ahí lo pagaría.
- ¿Me esperarías un momento?, voy por mi mochila.
- Si claro, adelante...- Eric se dió la media vuelta corriendo hacia su mochila. Yo agarré mis cosas y me fuí de ahí. No quería verlo, no quería darle el placer de que me viera llorar. Estaba enojada conmigo misma, ¿cómo pude caer con alguien así?. Esta vez, estaba decidida a acabar con esa estupidez. No quería nada con él ya.
Me recargué en una pared, escurriéndome en ella. Me sente abrazando mis rodillas. Unas lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas. Estaba muy enojada conmigo y con Eric. En verdad era un idiota.
Si no paraba de llorar, el llanto seguiría y no sería bueno que me vieran llorar. Si algo no me a gustado es que me vean llorar. Hundí mi cabeza en mis piernas, llorando en silencio.- ¡¿Alguien a visto a Calista?!.- Gritó a lo lejos Eric. Me sobresalté, volteé a ver hacia la dirección en dondes gritaba y ahí lo vi, desconcertado buscándome. ¿Para qué me busca? ¿para burlarse de mí?.
Nuestras miradas conectaron, fingí estar bien sólo viéndolo, pero una lágrima traicionera corrió por mi mejilla haciendo que Eric pusiera una cara triste. Eric se encaminó hacia donde estaba yo. Me levanté de golpe y antes de que pudiera ponerse a correr en mi dirección, la campana sonó anunciando el fin del día. Mucha gente salió corriendo y riéndose. Eric luchaba por abrirse camino, yo lo miré con frialdad y me fuí de ahí. Escuché cómo Eric me llamaba, pero de verdad no estaba de humor. Supongo que nadie estaría de humor si te han rechazado hace 5 minutos.
Le envié un mensaje a Rebe diciéndole que la veía en la parada del autobús. Si no se apuraba, me encontraría con Eric y si me entablaba una conversación, ardería Troya.
Rebe, t espero en la parada.
Después de 2 minutos respondió.
Sip.
-Oh, ¿Calista?.- Llamó una voz femenina. Alcé la mirada y vi a la novia de Eric, Valeria.
-Oh, hola Valeria.- se sentía incómodo.
-¿Has visto a Eric?.- Una lágrima corrió por mi mejilla.- ¡¿Qué pasó?!.
- Oh, nada, nada disculpa, solo... E-Eric, está por allá, por los clubs.-señalé.
- Gracias....Calista, ¿que te pasó?.
- Nada, yo...- ¿Que digo?.- ..Fuí rechazada.- ¡Guau!, ¡pero que sinceridad!.
ESTÁS LEYENDO
Del odio al amor hay un solo paso.
Literatura Feminina¡Hola! Mi nombre es Calista, un nombre raro lo sé pero que tiene un lindo significado. Tengo 16 años y apenas voy entrando en preparatoria. Mi vida da un giro brusco cuando aparece él, me refiero a Eric James, 17 años, cabello rubio, ojos azules con...