The last story.

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Pero bueno, vamos a ver Calista, escoge uno de estos 3 vestidos ya.

Se que se oye estúpido pero, asi estoy ahora mismo. En una decisión tan dificil para ver que vestido me llevaré a la fiesta de Adam. Debo admitir que estoy entusiasmada por bailar con Eric.

Tenía una toalla amarrada a mi cuerpo y otra en mi cabello. Finalmente escogi uno que no era ni tan llamativo ni tan aburrido. Tome la secadora y comencé a secar mi largo y lacio cabello negro. Termine con maquillarme muy poco, para maquillare mucho al menos de mi escuela son para buscar sexo.

Sorprendentemente el resultado me gustó, mis ojos color ambar junto con los ojos ahumados hacian una perfecta combinación. 


Llegué a la fiesta, para mi desgracia Rebe no iría así que practicamente estaría sola. A lo lejos divisé una mesa en donde estaban Vanessa y su novio Luis, los saludé y me senté con ellos. Los tres comenzamos a hablar alegremente. 

-¡Guuauuu!, Calista, pero que hermosa te ves.- Era Gerry.

- Hombre pues muchas gracias.- lo saludé de beso.- Aunque creo que exageras.

- Pues no exagero digo.- tomó mi mano y haciendose para atrás examinandome de arriba a abajo.- piernas de infarto mas cuerpo de infarto dan perfecta combinación.- Otra vez los colores subieron de golpe.

-Er, vale gracias...- Al poco tiempo Gerry se fue y yo me senté. Volteé a ver a la entrada par ver si podía ver a Eric. No había rastro alguno de él.

Pasó una hora y no llegaba. Me levanté para ir por un vaso de soda. Estaba esperando a servirme ya que un chico al frente mío se estaba sirviendo. Yo no dejaba de ver a la puerta.

-¿Me darías permiso?.- dijo una voz masculina al frente.

- Oh, claro, disculpa.- alcé la mirada y se trataba del chico que se estaba sirviendo refresco. No pude evitar examinarlo, alto, delgado, ojos azules con gris, piel blanca y cabello negro denso y sedoso. Nos volteamos a ver por unos instantes, luego se fue. Lo seguí con la mirada, estaba a unas cuantas mesas de la mía. Como era de esperarse, todas las lagartonas fueron a por él, pero él increiblemente las evitaba. Tomé mi refresco y me fuí a sentar.

 Seguía viendo hacia la puerta, habían pasado más de dos horas y nada. Decidí ir hacia la entrada, necesitaba aire fresco y necesitaba fumar un poco.

Afuera hacia frío, era entrada la noche y estaba lloviendo. Mientras le daba una aspirada a mi cigarro electrónico, veía hacia la puerta, con la esperanza de ver a Eric llegando.

-....Claro...tú le crees de que sólo iría por ti...-susurré.

-¿Así que esperabas a alguien?.- Casi se me cae mi cigarro electrónico.- disculpa, no era mi intención asustarte.- era el chico del refresco.

- ¿A no?, bueno lo conseguiste.- respondí de mala gana.

-¿A quién esperabas piernas de infarto?.- eso me molestó.

- A ti te lo voy a decir.- me mofé.

- Si me lo dirás, todas las mujeres quieren contarle sus penas a alguien.

- Pues hay dos diferencias entre yo y todas las demás mujeres, azulejo.

- ¿A si?, ¿cuáles?.

- Primera: No te conozco y segunda: No soy como las demás mujeres. Así que si te vas llendo de aquí, mi niño.

- Vale, vale, una de esas lo podemos solucionar.- dijo viendome a los ojos, yo solo estaba más confundida.- llámame Jeff, si me puedes llamar te doy mi número.- Engreído.- En fin soy Jeff Williams.

Del odio al amor hay un solo paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora