Felicidad

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Desperté y me espanté, no sabía en donde estaba. Me moví un poco y escuché que alguien se quejaba en mi oído. Mire y tenía unos brazos rodeándome, bajé más la vista y noté que estaba desnuda. Madre mía, sentí mi sonrojo subir muy rápido al mismo tiempo que una enorme sonrisa aparecía en mi cara.
Yo le había dicho claramente a Eric que me hiciera el amor... ¡Estoy loquísima! Calis la loca apareció, madre mía. Intenté levantarme pero un dolor cruzó por mis caderas haciendo que cayera en el suelo causando un gran estruendo.

-¡Calis! ¡¿Qué te pasó?! ¡¿Estas bien?!.- Gritó Eric levantándose desnudo todo alarmado. Yo solo pude gemir del dolor, en verdad me había dolido. Joderrrr...

- Maldición pero que buen golpe me di, pero estoy bie...- Volteé a verlo pero me arrepentí. Dios mío ¿por qué tenía que tener un cuerpazo?... ok eso lo agradezco pero ah... Al parecer se dió cuenta de lo que pensaba porque sonrió. Yo me sonrojé como loca y desvié la mirada.

- ¿Te gusta lo que ves? Porque estas muy callada, amor.- Dios mío... si será...

- No lo sé, podría estar mejor...- Sonreí picaramente. Eric me levantó cargandome y me soltó en la cama.

- Te traeré algo para que desayunes.- Sonrió con ternura hacia mi.

- No te preocupes, yo te ayu...- pero en el momento en que intenté levantarme olvidé el dolor y me volví a caer solo que esta vez en la cama.

- ¿Te duele algo, amor?.

- Cállate James..., sólo ve por el desayuno aquí te espero.- Dije completamente malhumorada tapandome con las sábanas. Solo escuché una risita tierna de parte de él. Sonreí por debajo de las sábanas. Ayer había sido increíble, la mejor experiencia de mi vida. Sabía que ahora estaba muchisimo más enamorada de él.

- Aquí esta su desayuno, my lady.- Salí de entre las sábanas sonriendo. Frente a mi estaba una charola con dos tazas de leche con chocolate y dos cupcakes.

- Graciassss.- Olvidé que estaba completamente desnuda, y sonreí al ver que Eric me escaneaba completamente. Me sonrojé pero se me ocurrió una idea brillante.

- Eric...¿Te gusta lo que ves?.- Él sonrió abiertamente.

- Completamente, es la vista más hermosa que jamás había visto.- Me sonrojé mucho más. Maldición, me la regresó.

- Por eso te amo, me das lucha, cariño.- Reí junto con él. Eric se subió a la cama, se sentó junto a mi y me recostó en su pecho mientras me rodeaba con sus brazos y tomaba su cupcake con una gran sonrisa.

- Vaya que alivio, creí que solo me amabas por mi cuerpo.- Dijo Eric cuando comencé a acariciar sus brazos.

- Creo que me voy más por tu cuerpo.- ambos reímos y nos besamos con ternura.

Más tarde, después de hacer el amor otra vez, salimos a pasear, ambos tomados de la mano súper felices. Compramos más chocolate caliente de un Starbucks, nos sentamos en un sillón rojo haciéndonos arrumacos tan lindos que creí morir de felicidad. Pasábamos a cada tienda jugando con la ropa juguetes y demás. Adoraba cuando yo le ponía una prenda de mujer encima y él se hacia el interesado al igual que él hacía lo mismo conmigo. No sabía que podíamos llegar a compartir todo esto tan feliz y juntos.

Llegó un momento en el que ambos estábamos cansados que decidimos sentarnos en una banca por un parque. Eric fue por helado para ambos, yo quería ir con él pero decía eso de: ¨Calista Vincent... te vas a lastimar¨ y cosas así. Sinceramente adoraba cuando hacía eso, se pone muy lindo y... ¡Pero buenooooo que venota tan romanticona tengo el día de hoy!. Jaja...lo vale.

Del odio al amor hay un solo paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora