Me despierto tras una larga noche de vigilancia en la enfermería. Anoche me quedé despierta más de media noche para cuidar de mi compañera que dormía tranquilamente sobre la camilla. Alzo la vista y la encuentro mirándome, sonriendo, mientras agarra mi mano.
—Buenos días —me saluda mientras me incorporo en la silla.
Sin contestarla me abalanzo sobre ella para abrazarla con fuerza. En el momento que la vi allí tendida en el suelo creí que la había perdido y que tendría que pasar el resto de los meses sin ella, sin su apoyo que es de lo más importante para mi. Pero por suerte no había resultado demasiado grave el ataque y Rachel sigue viva y recuperada.
—Oh Rachel, creí que te perdía —digo entre sollozos.
—Tranquila estoy bien
La enfermera entra en la enfermería y se acerca hasta nosotras. Le entrega un vaso con un líquido rosado a mi amiga para que lo tome y nos avisa de que podemos volver a nuestro dormitorio. Ayudo a mi compañera a levantarse y juntas salimos de la enfermería.
Una vez que llegamos al dormitorio le pido a Rachel que se quede en la cama a descansar y que hoy no vaya a ninguna de las pruebas que tenemos. Ella asiente y se mete en la cama mientras que yo me cambio el uniforme y me pongo una chaqueta para ir a la prueba de armas. Me recojo el pelo en una coleta y tras despedirme de mi amiga salgo de la habitación.
Entro a la sala que me corresponde y me encuentro con todas las chicas de mi grupo preparadas para comenzar el entrenamiento con las armas. Me acerco hasta ellas sin hacer ruido mientras Cotton Hansmith explica como debemos utilizar el arco. Me quedo mirándolo mientras pienso en el día de ayer.
¿Qué haría si Rachel no estuviera aquí? Sinceramente es algo que no he pensado en ningún momento. Seguramente me acercaría más a los chicos e intentaría apoyarme en ellos aunque no pueda estar con ellos más tiempo del que me gustaría.
Cotton reparte un arco para cada una, y una vez que nos lo entrega nos envía a la zona de tiro. Me coloco en la posición correspondida y cojo una flecha de la bolsa. Nunca antes había tenido un arco entre mis manos, es la primera vez que cojo uno y no tengo ni la más remota idea de cómo se utiliza. Decido mirar a mis compañeros, que algunos ya han empezado con el tiro, y cómo no... el blanco vuelven a ser unos muñecos que representan a los magos. No entiendo cómo muchos de estos jóvenes son capaces de disparar contra los de su especie, mucho menos los recién llegados como yo que aún tienen las ideas claras y nadie les ha lavado el cerebro. ¿Será que imaginan que disparan a los culpables de todo esto?, ¿Quizás al Gobernante Hans? Eso podría ser una buena idea, y a lo mejor me ayudaría a sobrellevar esto, pero no puedo, sé lo que representan los muñecos y por más que quiera no lo puedo olvidar.
Intento negarme a hacer el primer tiro, pero entonces veo a Cotton acercarse a nuestro lado. Como antes de cada prueba, intento recordar porqué debería hacer esto y no resistirme, para sobrevivir. Pero eso no significa que no pueda jugar un poco. Coloco la flecha en el lugar que le corresponde del arco, y estiro de la cuerda a la vez que agarro el extremo de la flecha, y fijo la mirada en el pecho del muñeco. Al soltar la cuerda la flecha sale disparada hacia el blanco, que por suerte, da en el lado del corazón. Me giro para ver el rostro de Cotton, que parece totalmente sorprendido y a la vez asustado. Le dedico una amplia sonrisa, no para fardar de mi buen tiro, si no para hacerle ver que a la hora de disparar esa flecha pensaba en él como mi blanco.
—Bien hecho, señorita Polski.
Son las únicas palabras que salen de su boca antes de alejarse de mi.
Durante las próximas dos horas solo había lanzado dos o tres tiros más, no quería hacer aquello pero no podía poner resistencia y tampoco podía no hacer nada, así que hice la mitad.
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Ebrisia
Science FictionEbrisia, un país donde está terminantemente prohibida la magia, debido a eso cada mes cuarenta niños son llevados a un lugar donde los convertirán en soldados anti-magia. Cuando Jane Polski, una maga de dieciséis años, es elegida para ir a ese lugar...