—Creí que no ibas a aparecer, como los magos sois unos cagados sin vuestras varitas —Valery sonríe complacida.
—Tú también eres una maga —Contesto a su absurdo comentario. Y solamente le estoy diciendo la verdad, una verdad que parece que le ha sentado fatal.
—¡A mi no me llamas eso! —Grita totalmente alterada.
Veo como Valery alza su puño para golpearme, pero antes de darme cuenta Rachel se coloca delante de mi y recibe el golpe en un lado de la cara, haciendo que caiga al suelo de la fuerza con la que le ha dado.
—¡Rachel! —Exclamo agachándome al lado de ésta—. ¿Estás bien?, ¿Te duele mucho?
—Estoy bien, tranquila —Responde mirando a la chica que la ha golpeado.
Ambas miramos a Valery con la misma rabia. No queda nada de ella, está totalmente fuera de si. Es un ser humano sin sentimientos, es como un robot programado para destruir todo lo que tenga que ver con la magia. Siento mucha lástima por ella, y por todos los de nuestra especie. Jamás deberíamos acabar de ese modo. No puedo odiarla, ya que ella no tiene ni idea de lo que está haciendo porque no queda nada de Valery dentro de ese cuerpo.
Agarro del brazo a Rachel y la levanto con cuidado del suelo. Se queda junto a mi mientras la rubia no aparta la mirada de nosotras.
—No quería darte a ti. No haberte puesto en medio —Dice Valery encogiéndose de hombros—. De todos modos seguiré a lo mío, pon la carita maga.
Sin darme tiempo a contestar Valery vuelve a alzar su puño hacia mi. El reflejo de ver el puño acercándose a mi cara hace que cierre los ojos inconscientemente.
No siento ningún tipo de dolor. ¿Ya me ha dado?, no he sentido absolutamente nada. Abro los ojos para comprobar si estoy tirada en el suelo, pero habría sentido el impacto, en cambio no ha sido así. Veo a Valery en frente moviendo los puños contra mi, pero no me da ninguno, ni si quiera pasan por mi lado, simplemente se quedan frente a mi cara.
—¿Que ocurre? —Pregunta Valery mirando sus manos—. No puedo darle, es como si... —Hace una breve pausa y me mira—. Como si hubiera un muro entre nosotras.
—¿Como?, eso es imposible —Añade su amiga.
—No es imposible... —Responde Valery—. Es magia.
—Magia... —Escucho susurrar a Rachel.
—Tenemos que decírselo a Kenna —Termina de hablar la rubia. Ella y su amiga salen a paso rápido hacia el ascensor.
Comienzo a ponerme nerviosa ante su comentario. No pueden decirle que he usado magia, me matará si se entera. Aunque no he sido consciente de que he usado magia, ni si quiera sé como lo he hecho, y además sin la necesidad de la varita, es imposible. No voy a permitir que me delaten, jamás, tengo que mantenerme con vida hasta el final. Respiro profundamente mirando seria y fijamente a Valery.
—¡Valery! —Exclamo para llamar la atención de ésta. Una vez conseguida, continuo—. Como digas algo, te mataré.
Noto cierto pánico en su mirada. Las puertas del ascensor se cierran y me quedo a solas con Rachel, quien sigue aún atónita por lo que acaba de presenciar. La verdad que no entiendo nada de lo que ha pasado, espero que ella sepa qué es y me lo explique.
Después de una tarde de duro entrenamiento en el patio de la parte trasera de Transcore hemos ido a ducharnos, para ir aseadas a cenar. En toda la tarde no me ha vuelto a pasar, no he vuelto a usar esa magia tan extraña que jamás había experimentado. En las clases había aprendido defensa, pero en todas se requería el uso de la varita, y ningún hechizo era tan intenso como ésta clase de magia que he usado hoy, involuntariamente pero la he usado.
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Ebrisia
Science FictionEbrisia, un país donde está terminantemente prohibida la magia, debido a eso cada mes cuarenta niños son llevados a un lugar donde los convertirán en soldados anti-magia. Cuando Jane Polski, una maga de dieciséis años, es elegida para ir a ese lugar...