Siento pánico al escuchar la mala noticia. Sabía que en algunas pruebas se siente dolor, pero no quiero sentir el doble. El dolor es algo que odio sentir, sea físicamente o mentalmente, no me gusta sentir dolor, no puedo.
—Tienes que ayudarme. Cambia los resultados, tienes que decirles que han sido normales.—Digo nerviosa sin apartar la mirada de la mujer.
—No puedo.—Mira la pantalla del ordenador por unos segundos y vuelve a fijar su mirada en mi.—Te han estado vigilando mientras hacías la prueba, han visto lo que hacías, no les puedo mentir, lo siento.
Me quedo totalmente inmóvil mirando fijamente al suelo. No sé si podré soportar todo lo que me viene encima, tanto sufrimiento es imposible de soportar, por muy fuerte que sea el dolor es el dolor, y es igual para todo el mundo, duele lo mismo, solo que algunas personas saben llevarlo mejor, pero yo no. Necesito encontrar un modo de poder soportar el dolor, tengo que buscar una manera de hacerme más fuerte tanto mentalmente como físicamente. De repente la puerta trasera se abre, la mujer y yo miramos hacia ella y ahí está Kenna Hansmith, mirándonos a ambas.
—Vamos, es hora de que salgas de aquí.—Dice Kenna mirándome a mi, y se queda esperando en la puerta.
Obedezco y me levanto del taburete donde me encontraba sentada hace unos segundos. Camino hacia la puerta. Antes de salir de la sala miro hacia atrás, veo como la mujer me mira y por su mirada noto tristeza en ella. Kenna coloca su mano en mi espalda haciendo que me de prisa en salir. Salgo por la puerta pasando al lado de ella, quien la cierra tras mi salida, y camina detrás de mi hasta llegar a la salida que lleva a la parte de fuera. Ambas salimos al exterior, y Kenna se adelanta a mi paso. Me fijo en que de nuevo me encuentro en el mismo sitio de antes. La nave sigue estando aparcada frente a las salas donde hemos tenido que hacer la prueba de conocimiento, solo que tiene la puerta abierta.
—Sube, algunos de tus compañeros ya están arriba y tenemos que irnos.—Sigo a Kenna hasta subir a la nave.
Dentro de la nave busco a alguien de la misma Clipta que yo entre los niños que se encuentran sentados en sus sitios. La mayoría de ellos son mayores, de la misma edad que yo o un año menos. Miro hacia los asientos donde hemos venido antes sentados Matt y yo, por suerte él está sentado ahí, mirando por la ventana. Camino hacia los asientos y me siento al lado de él.
—Matt.—Digo mirándolo para llamar su atención. Éste me escucha y me mira.
—¿Qué tal la prueba?—Dice clavando su mirada en mi.
¿Le cuento la verdad?, él no tiene por qué saber lo que he hecho ahí dentro, pero quizá sea el único que pueda ayudarme a conseguir hacerme más fuerte. Es el único en quien siento que puedo confiar de todos los que estamos ahora mismo aquí. Le contaré la verdad, veré si puedo pedirle ayuda.
—La prueba la he hecho bien, pero...—Antes de terminar la frase éste me interrumpe.
—Pero has usado la varita como arma.
—Así es. Por eso me han dicho que subirán mis dosis diarias, y la potencia de las pruebas.—Matt suspira y aparta su mirada de mi para clavarla en Kenna.
—Eres poco lista si has elegido la varita como arma. ¿No ves donde estamos?, esa prueba la hacen para saber quien puede suponer una amenaza para ellos. De esa forma les suben las dosis y la potencia para conseguir eliminarlos cuanto antes, mira quizá salgas de aquí antes del año.
—He elegido la varita porque es lo único que sé usar, y porque no quiero esconder lo que soy.—Siento rabia después de escuchar lo que me ha dicho.—No te preocupes, buscaré la forma de poder soportarlo mejor.
ESTÁS LEYENDO
Ebrisia
Science FictionEbrisia, un país donde está terminantemente prohibida la magia, debido a eso cada mes cuarenta niños son llevados a un lugar donde los convertirán en soldados anti-magia. Cuando Jane Polski, una maga de dieciséis años, es elegida para ir a ese lugar...