- Ayúdame. - le susurre rápido. - No puedo estar aquí con el. -
- Shh, tranquila. - me acurruqué en su pecho mientras el acariciaba mi cabello.
- Lo siento. - le dije sollozando.
- Esta bien. - asentí mientras me levantaba y tomaba al perro en mis brazos.
- Voy a salir a tomar aire. - él asintió y salí de la casa.
Camine por las calles de Alexandria mientras paseaba al perro, me adentré en uno de los grandes parques que se encontraban por ahí y me senté en el pasto.
- Hola. - una voz llamo mi atención
- Hola Tyler. - lo salude recordando los momentos que tuve con él en la cabaña.
- ¿Por qué tan sola? - acariciaba al perro de arriba a abajo.
- Estoy pensando. - le sonreí y seguí con la mirada en los múltiples árboles.
- ¿Qué te parece este lugar?
- Es bueno.
- Lo sé. - nos pasamos lo que quedaba del día entre risas hasta que él se tuvo que ir.
En el regreso del parque me cruce con Rick pero se veía apurado entonces decidí que no lo detendría.
Antes de subir la escalinata para entrar a la casa sentí que me tocaban el hombro.
- ¿Podemos hablar? - me preguntó.
- Estoy ocupada - le regrese enojada.
- Vamos a hablar. - me ordenó mientras me jalaba la mano para que lo siguiera.
Me solté de su agarre y volví a acercarme a la puerta.
- No me voy a ir sin hablarte. - Sarvus comenzó a gruñirle cuando me agarro de nuevo y me jaló.
- ¡Suéltame Carl! - le grite y se abrió la puerta atrás de mi.
- ¿No la escuchaste? Suéltala. - hablo Sam.
Carl negó me soltó y se fue.
- ¿Estas bien? - no me había dado cuenta que estaba sobando mi hombro.
- Si no es nada. - entre a la casa con el detrás.
Sam se fue enojado a su habitación y entro dando un portazo.
Qué rayos le pasa? Por qué está enojado?
Decidí relajarme por un rato y dejar que se le pasara lo que tenía.
Fui a la cocina por otra taza de café y un plato de cereales.
Lo comí más rápido de lo que alguna vez comí, disfrutando el sabor de cada cosa.
Me senté en el sillón y escondí mi cabeza entre mis rodillas.
Para empezar Sam no tiene razón por la que enojarse y en segundo Carl tampoco tiene razones para hablar, él es muy feliz con su nueva novia, Enid.
Sin darme cuenta ya había soltado una lagrima.
La limpie y subí las escaleras para hablar con Sam.
Toque a su puerta un poco asustada por la reacción que tendría pero no deje que eso me acobardara.
Toque una vez más pero no recibí respuesta, decidí abrir la puerta y me lo encontré de espaldas a la puerta acostado en su cama.
Me acerqué a donde estaba y me senté junto a él, todos sus rasgos eran perfectos, su nariz hacia una combinación perfecta con sus ojos, su pelo castaño resaltaba y la estructura de su mandíbula lo hacía verse aún mejor.
Le acaricie el cabello como lo había hecho esa noche que se quedo dormido en el salón.
Abrió sus pesados párpados y los tallo varias veces antes de mirarme.
- Vete. - al instante evitó mi mirada.
- ¿Qué te pasa? - le escupí las palabras, este se puso de pie y camino hacia el baño de su habitación, se hecho agua en la cara.
- Vete. - me repitió.
Me acerqué a él y me puse a su altura para verlo a los ojos.
- Dime que te pasa. - le ordene.
- ¿Qué me pasa? ¡Es enserio! ¡Dime tu! He tratado de distraerte, no me he enojado cuando me dijiste que me besaste para olvidarlo ¡Pero llegas a la casa con el! - sonreí ante sus celos y lleve una de mis manos a su nuca.
- Tranquilo. - se alejó y se sentó en la cama. - El ya está en el pasado. -
- ¿Por qué estaba aquí? -
- Quería hablar conmigo. -
Le sonreí y pase una de mis manos. Por su nuca una vez más.
Esta vez estaba segura.
¿Carl? ¿Cuál Carl?
Sam.
Sonreí y pose mis labios sobre los suyos, al principio no reacciono pero después se llevó llevar.
Hola!!!! Bueno solo quiero agradecer a los que están leyendo y apoyando la serie, un saludo y un beso!!!! GRACIAS :)
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Walkers
FanfictionUn grito agudo que me recordaba el primer día de la invasión cada vez que trataba de cerrar mis ojos me mantenía alerta cuidando de mi hermano, Sebastián, tiene tan solo 10 años y es lo único que me queda, cuando él nació yo tenía 5 años y mi padre...