Cap. 15

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Desperté por el olor del café, hace años que no lo olía, me puse mis zapatos y rápido baje con Sarvus a mi lado.

- Hey - salude a Sam - Puedo tomar un poco? -

- Claro - me paso una taza y se fue al sillón, me quede parada un momento mas tomando la deliciosa bebida. - No vienes? - camine hacia el sillón y me senté junto a el. - Quieres ver una película y después salir a pasearlo? - señaló al cachorro.

- Claro -

Después de la película que habíamos visto la noche anterior, solo quedaban películas extremadamente viejas.

- Que te parece esta? - le enseñe una donde en la portada una pareja se estaba besando, el chico cargaba a la chica.

- Diario de una pasión. - leyó Sam. - Se ve empalagosa. -

- Esta y la siguiente ves que veamos una película será de Star Wars. -

- No hagas esa cara. - se tapo los ojos mientras yo concentrada seguía con mi tarea de hacer cara de perrito triste.

- Por favor - pedí una vez mas.

Asintió y la pusimos en el DVD.

Después de un rato de ver la película mis ojos parecían mares.

- No llores. - pero de mis ojos seguían las lagrimas. - Es falso. -

Me levante del sillón y fui a la cocina.

- Voy a preparar huevos con tocino, quieres? - le pregunte a Sam desde la cocina mientras sollozaba un poco.

- Si! -

El olor del tocino hizo que se me hiciera agua la boca, sin embargo espere a que todo estuviera listo para desayunar con Sam.

- Toma - le entregue su plato y me senté junto a el de nuevo.

Después de desayunar, pudimos conocernos mejor, al parecer sus padres están en Alexandria pero el quizo irse a vivir solo.

Me di una rápida ducha en mi cuarto y me vestí lista para el recorrido que haría con Sam por el lugar.

- Lista? - parecía emocionado

- Claro. - salimos con Sarvus amarrado a la correa y caminamos a el parque donde había visto a Carl, Thiago y Sebastian el día anterior.

Al parecer Sebastián se había vuelto muy independiente, ya no estaba con nadie y salía solo al bosque.

Mientras caminábamos por las solitarias calles de Alexandria con un olor extraño pero hogareño pude visualizar a lo lejos una silueta, alto y un sombrero adornaba su cabeza, segundos después a su lado apareció otra silueta que lo tomo de la mano.

- Sam podemos irnos? - le pregunte mientras levantaba a Sarvus del suelo y daba la vuelta.

- Es por el? -

Asentí apenada y baje la cabeza.

- No estoy lista para enfrentarlo con la perra a su lado. -

- No estas sola, estoy aquí. - haciendo caso omiso a mi pregunta me tomo de la mano y camino hacia la pareja jalándome.

- Sígueme la corriente. - me pego a su cuerpo y pasamos junto a ellos, por un segundo creí que todo se había acabado, pero no.

- Sam!!! Amigo! - le llamo Carl. - Quieres hacer algo? - Sam levanto la vista sonriendo y se puso enfrente de el, me abrazo de la cintura.

Carl al ver esto bajo la mirada hacia donde había puesto su mano y entrecerró un poco los ojos.

- Al parecer estas ocupado. -

- De hecho, Carl, estoy mas que ocupado, Chris es nueva y estoy mostrándole el lugar. - un poco hipócrita levanto la mirada y me miro. - Te lo presento, Amor el es Carl. -

Al decirme Amor Carl abrió los ojos asintió y se fue dejándonos solos.

- Viste su cara? - le pregunte riendo.

Me sonrió y seguimos caminando por Alexandria sin soltarnos.

Pasaron horas pero parecieron minutos.

- Tu eres nueva, eres....? - una señora ya un poco vieja con Maggie detrás se nos acerco.

- Christina Pierre. -

- Christina, entonces eres la que llegó ayer con el chico, se llamaba....trent? -

- Tyler. - la corregí.

- Claro, Tyler, ya te tengo un trabajo, Glenn me dijo que el fue tu profesor de tiro, no es así? -

- Si -

- Serás acompañante en el grupo de municiones con Rick, Michonne, Daryl, Glenn, Carl, Sam, y Merle. -

Al escuchar su nombre me puse nerviosa y me paralice por unos segundos, sin embargo asentí.

- Yo voy a estar ahí. - me susurro Sam.

Regresamos a la casa en silencio, tenía un nudo en la garganta, acaso el siempre va a estar ahí?

- Estas bien? - había escuchado esa pregunta unas 15 veces salir de la boca de Sam.

- Si Sam, voy a mi cuarto. - subí las escaleras dejando al perro al cuidado de Sam y me acosté en la cama.

Carl. Ese nombre me había hartado. Lo iba a sacar de mi cabeza costase lo que costase.

Decidida baje las escaleras y me senté junto a Sam.

Tome su afilada cara y lo bese sin darme cuenta, sin sentir, solo lo bese.

- Ayúdame. - le dije rápido.

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