Desperté por el olor del café, hace años que no lo olía, me puse mis zapatos y rápido baje con Sarvus a mi lado.
- Hey - salude a Sam - Puedo tomar un poco? -
- Claro - me paso una taza y se fue al sillón, me quede parada un momento mas tomando la deliciosa bebida. - No vienes? - camine hacia el sillón y me senté junto a el. - Quieres ver una película y después salir a pasearlo? - señaló al cachorro.
- Claro -
Después de la película que habíamos visto la noche anterior, solo quedaban películas extremadamente viejas.
- Que te parece esta? - le enseñe una donde en la portada una pareja se estaba besando, el chico cargaba a la chica.
- Diario de una pasión. - leyó Sam. - Se ve empalagosa. -
- Esta y la siguiente ves que veamos una película será de Star Wars. -
- No hagas esa cara. - se tapo los ojos mientras yo concentrada seguía con mi tarea de hacer cara de perrito triste.
- Por favor - pedí una vez mas.
Asintió y la pusimos en el DVD.
Después de un rato de ver la película mis ojos parecían mares.
- No llores. - pero de mis ojos seguían las lagrimas. - Es falso. -
Me levante del sillón y fui a la cocina.
- Voy a preparar huevos con tocino, quieres? - le pregunte a Sam desde la cocina mientras sollozaba un poco.
- Si! -
El olor del tocino hizo que se me hiciera agua la boca, sin embargo espere a que todo estuviera listo para desayunar con Sam.
- Toma - le entregue su plato y me senté junto a el de nuevo.
Después de desayunar, pudimos conocernos mejor, al parecer sus padres están en Alexandria pero el quizo irse a vivir solo.
Me di una rápida ducha en mi cuarto y me vestí lista para el recorrido que haría con Sam por el lugar.
- Lista? - parecía emocionado
- Claro. - salimos con Sarvus amarrado a la correa y caminamos a el parque donde había visto a Carl, Thiago y Sebastian el día anterior.
Al parecer Sebastián se había vuelto muy independiente, ya no estaba con nadie y salía solo al bosque.
Mientras caminábamos por las solitarias calles de Alexandria con un olor extraño pero hogareño pude visualizar a lo lejos una silueta, alto y un sombrero adornaba su cabeza, segundos después a su lado apareció otra silueta que lo tomo de la mano.
- Sam podemos irnos? - le pregunte mientras levantaba a Sarvus del suelo y daba la vuelta.
- Es por el? -
Asentí apenada y baje la cabeza.
- No estoy lista para enfrentarlo con la perra a su lado. -
- No estas sola, estoy aquí. - haciendo caso omiso a mi pregunta me tomo de la mano y camino hacia la pareja jalándome.
- Sígueme la corriente. - me pego a su cuerpo y pasamos junto a ellos, por un segundo creí que todo se había acabado, pero no.
- Sam!!! Amigo! - le llamo Carl. - Quieres hacer algo? - Sam levanto la vista sonriendo y se puso enfrente de el, me abrazo de la cintura.
Carl al ver esto bajo la mirada hacia donde había puesto su mano y entrecerró un poco los ojos.
- Al parecer estas ocupado. -
- De hecho, Carl, estoy mas que ocupado, Chris es nueva y estoy mostrándole el lugar. - un poco hipócrita levanto la mirada y me miro. - Te lo presento, Amor el es Carl. -
Al decirme Amor Carl abrió los ojos asintió y se fue dejándonos solos.
- Viste su cara? - le pregunte riendo.
Me sonrió y seguimos caminando por Alexandria sin soltarnos.
Pasaron horas pero parecieron minutos.
- Tu eres nueva, eres....? - una señora ya un poco vieja con Maggie detrás se nos acerco.
- Christina Pierre. -
- Christina, entonces eres la que llegó ayer con el chico, se llamaba....trent? -
- Tyler. - la corregí.
- Claro, Tyler, ya te tengo un trabajo, Glenn me dijo que el fue tu profesor de tiro, no es así? -
- Si -
- Serás acompañante en el grupo de municiones con Rick, Michonne, Daryl, Glenn, Carl, Sam, y Merle. -
Al escuchar su nombre me puse nerviosa y me paralice por unos segundos, sin embargo asentí.
- Yo voy a estar ahí. - me susurro Sam.
Regresamos a la casa en silencio, tenía un nudo en la garganta, acaso el siempre va a estar ahí?
- Estas bien? - había escuchado esa pregunta unas 15 veces salir de la boca de Sam.
- Si Sam, voy a mi cuarto. - subí las escaleras dejando al perro al cuidado de Sam y me acosté en la cama.
Carl. Ese nombre me había hartado. Lo iba a sacar de mi cabeza costase lo que costase.
Decidida baje las escaleras y me senté junto a Sam.
Tome su afilada cara y lo bese sin darme cuenta, sin sentir, solo lo bese.
- Ayúdame. - le dije rápido.

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Walkers
Fiksi PenggemarUn grito agudo que me recordaba el primer día de la invasión cada vez que trataba de cerrar mis ojos me mantenía alerta cuidando de mi hermano, Sebastián, tiene tan solo 10 años y es lo único que me queda, cuando él nació yo tenía 5 años y mi padre...