✘Capítulo 15|| "Muy pequeño para la novocaina."

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Llévate la sensación interna. Una migraña amarga y dulce en mi cabeza es como un dolor de muelas en mi mente. No puedo soportar sentirlo más. Drena la presión de la hinchazón y de esta sensación abrumadora. Dame un largo beso de buenas noches y todo va a estar bien. Dime que no sentiré nada y dame Novocaina*.-Give me novacaine; Green Day.

Un día después.

Interrumpiéndola en sus tareas, Anne se introdujo en la habitación de su hija, angustiada.

-¿Gemma? ¿Dónde está Harry?

Sin desviar la vista de su ordenador, la joven respondió.

-Si no está ni en el patio, ni en el living, ni en la cocina, busca en la puerta principal-Anne frunció el ceño-. ¿Qué sucede, mamá?

-¿Por qué estaría en la puerta principal?

-Esperando a Louis...

Alejándose de dicha habitación, Anne se encaminó nerviosa a donde su hija le había indicado buscando al menor de la familia. Apenas le había visto a la hora de su respectivo almuerzo, y que él desapareciera no era una sorpresa, pero una sorpresa era no encontrarlo donde solía estar.

Con sus pasos acelerados caminó hacia la puerta principal de la casa. Intentó mirar a través de la ventana a un lado, pero no encontró a nadie, por lo cual se decidió a abrir con delicadeza la puerta frente a sí.

Sentado en forma de indio, el pequeño Harry se encontraba justo frente a la puerta recargando el leve peso de su cuerpo sobre esta. Al sentir la misma ser abierta, giró su cabeza hacia atrás y su mirada se encontró con la de su madre aliviada. Él simplemente se mostró indiferente, como con todos. Como con todos excepto con Louis.

-Hazz...-le susurró su madre a la vez que se sentaba a su lado-. Louis no vendrá hoy, príncipe. ¿Qué haces esperándolo?

Harry tardó varios segundos en responder.

-Lou prometió volver por mi, mamá.

✫ º*· ✫ º*·

Aun eran las dos de la tarde de aquél día y Louis continuaba arropado entre las sábanas y gruesas mantas de su cama. Mark no estaba en casa, se había marchado temprano al trabajo. Jay, por su parte, toda la jornada de aquel día se encontraría dentro de las dimensiones de su casa.

No estaba seguro de lo que fuera a hacer a esas alturas. Apenas había logrado levantarse para saciar sus ansias de ir al baño, y le resultó difícil hacerlo de una forma en la que su madre no sospechara de su presencia. Era obvio que sabía que él se encontraba en la casa, pero lo que no quería Louis, era estar realmente presente en ella. Deseaba estar aislado, que nadie se preocupara por él en ese instante, y que, para sus mejores deseos, poder tener un día tranquilo, totalmente solo, aunque sea dentro de las cuatro paredes de tu habitación.

En ese momento, en el que mas estaba anhelando tener un día en paz, los pasos de su madre se hicieron escuchar a lo largo de la escalera. Maldijo para sí mismo y se ocultó lo más que pudo debajo de las mantas de su cama. Pero en el instante en el que pedía que Johannah no entrara en su habitación, su cuerpo dio el presente dentro de su cuarto.

Johannah permaneció en silencio por unos largos segundos, pero sus pasos se hicieron escuchar con nitidez dentro de aquella pequeña habitación. Louis se impacientó, solo suplicó en silencio que no se repitiera nada de lo ya sucedido. Sin embargo, la mujer no hizo eso. Se sentó a aun lado de su cama, en el borde y apoyó una de sus manos en el pequeño hombro de su hijo, e inevitablemente Louis tembló ante su contacto. En ese instante su madre supo que se encontraba despierto.

El niño con zapatos de tacón~. AU [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora