Dejé caer mis pies sobre el suelo de la habitación, caminé varios pasos adelante y volteé para asegurarme de que Tommy seguía dormido. Salí por la puerta, escuchando la fuerte tormenta que caía sobre nuestras calles, el cielo delataba que no iba a ceder luz por unas cuantas horas. Fui a la pequeña cocina para prepararme algo de té, no podía conciliar el sueño, desde hace semanas me había costado dormir en vista de los seguidos problemas que comenzaban a torturarme, entre ellos: la renta, cuentas que se acumularon desde la muerte de nuestros padres, el robo de sus ahorros por unos supuestos parientes lejanos y la desaparición de mi tío Frank.
Suspiré pasándome las manos por el cabello.
— ¿Patrice?—escuché la inocente voz de mi hermano—¿Por qué te fuiste?
—Ya regreso cariño.
El asintió pero aun así se quedó parado frente a mí con los ojos bien abiertos intentando aguantar el sueño.
—Puedes adelantarte sin mí—dije.
Sacudió la cabeza mientras sus rulos dorados se movían en varias direcciones dándome a entender que no lo haría. Apagué la cocina debido a que el té comenzaba a hervir, iba a dejarlo reposar hasta que pudiese tomarlo.
Miré a Tommy quien se le cerraban sus pequeños ojos involuntariamente, lo agarré entre brazos, él reposó su rostro de mi hombro, lo llevé a la cama y me senté a su lado acariciando su mejilla, minutos luego ya había caído en los brazos de Morfeo, de esa manera pude ir a la cocina para servirme la infusión que había preparado. Hacía un frío insoportable que me llegaba a los huesos.
La vivienda pertenecía al tío Frank, él nos recibió luego de que tuviéramos que vender nuestra casa para podernos mantener, y pagar la educación de mi hermano, yo intentaba encontrar trabajo en la ciudad, lo cual se me dificultaba un poco debido a que muchos de ellos pedían experiencia, algo de lo que yo carecía, aparte se trataba de una ciudad muy pequeña y las opciones eran escasas. Abandoné la universidad hace aproximadamente dos meses para hacerme cargo de Tommy, mi hermano de seis años, ya que Frank trabajaba a las afueras de Longsivoll, por lo tanto su tiempo para cuidarlo era totalmente nulo, ofreció buscar a una niñera, a lo que yo me negué, dado a que según mi opinión nuestro tío ya hacía demasiado manteniéndonos aquí y cubriendo todos los gastos. Hace unas semanas que fue a trabajar y no ha regresado, lo estuve llamando a su celular pero aparece fuera de servicio, les comenté a las autoridades pero no me han dado ninguna información al respecto, la comida se acababa y no contábamos con un sustento económico adicional aparte de él para poder adquirir comida. En pocas palabras, estábamos en aprietos, a mí me quedaba algo de dinero en el banco de lo que vendimos, sin embargo, no nos duraría por mucho si Frank no aparecía.
Dejé la taza vacía en el lavavajillas para acto seguido dirigirme a la habitación donde dormíamos Tommy y yo, escuché un fuerte estruendo originado por un trueno que me dejó la piel de gallina. Tommy comenzó a gritar mi nombre, corrí a su dirección y no lo vi en la cama, intenté encender la luz pero por lo visto el bombillo se había quemado, o simplemente se fue a causa de la tormenta. Empecé a llamarlo y divisé una silueta salir por debajo de la cama, pude reconocer su cabeza menuda cuando el cielo se alumbro por un relámpago, caminé hacia él y me abrazo con todas sus fuerzas, nos fuimos a la cama e intentamos dormir, pero para mí fue claramente imposible, sentía una presión en el pecho sin dejar de pensar en todo lo que se avecinaba, no quería ser negativa pero se me era algo complicado luego de que tantas cosas desastrosas sucedieran una detrás de la otra. Nos merecíamos un descanso, simplemente lo necesitábamos. Finalmente mis parpados cayeron poco a poco hasta que todo se tornó de un color negro y de esta manera entré en un profundo sueño.
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Tentación Prohibida.
Misterio / SuspensoElla lucía débil ante cualquiera, sus ojos grandes y brillantes dejaban ver en su alma el sufrimiento que la atormentaba a diario, los problemas se acercaban con cada respiración que daba, indefensa ante un mundo lleno de mentiras y daños Patrice Ha...