Espero que dentro de unos años me ría cuando recuerde todos los acontecimientos de estos días, parece mentira con la rapidez que pasaban los hechos y lo inusitados que podían llegar a ser.
En referencia a lo que Dimitri me mostró la noche anterior, luego de que me hiciera una pequeña demostración de lo que era capaz de hacer me sentí demasiado trastornada como para seguir formulándole preguntas, me dijo que era un ser humano normal como todos, con la diferencia que contaba con ciertas habilidades que otros no, a pesar de que estuve poco satisfecha con esa respuesta, decidí no insistir y esperar descansar para que él junto al resto de sus amigos me dieran una explicación más razonable al día siguiente.
—Perderé mi trabajo si no voy—dije—De verdad agradezco lo que han hecho por mí, pero debo regresar.
Cameron evaluó la mirada de todos a su alrededor y se negó ante mis súplicas, ni siquiera tenía que ponerme de ropa aparte del pijama y el uniforme sucio que usé ayer, y no recordaba con claridad que había metido en la mochila que dejé en la camioneta de Dimitri. Gruñí quejándome por la falta de consideración, y con la desfachatez que estas personas me negaban la libertad a mi cotidianidad.
—No es seguro—dijo Laurence—Debes esperar un poco más, nosotros llamamos al comisario para que le avisara al encargado del café. No le dimos mayor información de donde estabas porque ahorita no debes confiar en nadie—sentenció
Me crucé de brazos descontenta, expresé mi profunda discrepancia con la decisión que tomaron aunque no haya ocasionado ninguna alteración en lo ya decretado, por lo que me resigné y me quedé en completo silencio.
Miré a Brad quien jugaba con una pelota lanzándola al aire y atajándola sin prestar mucha atención a nuestra conversación, con cierto recelo comencé a observarlos a todos ¿Tendrían los mismos poderes de Dimitri? Ellos no sabían que él había optado por contarme parte de su realidad, entré en una breve disyuntiva en la que no sabía: si debía preguntarles lo que me faltaba por saber o simplemente cerrar la boca.
—Yo iré a dormir—dijo Cameron restregándose los ojos—¿Ustedes?—preguntó.
Brad siguió en lo suyo como si no lo hubiese escuchado, Laurence le indicó que horas atrás tomó una siesta y Dimitri ya se había retirado a dormir, yo ya lo había hecho en la madrugada, como cualquier ser humano normal, algo de lo que según Dimitri ellos eran y yo claramente no creía. Insisto, y no es por considerarme alguien despectivo, pero que tengan esas supuestas "habilidades" los hace ver como unos fenómenos, aún los demás no mostraban ningún indicio de anormalidad, sin embargo, no me extrañaría que dentro de poco lo exhibieran frente a mis ojos.
Cameron siguió subiendo las escaleras y desapareció adentrándose en el segundo piso.
—¿Tú también levantas cosas sin tocarlas?—solté sin pensar.
Brad detuvo la pelota en su mano reposando su atención en mí, se levantó y ladeó la cabeza vacilando por unos instantes, la tensión aumento a medida que pasaban los segundos al igual que mis nervios. A veces era molesto contar con el don de la imprudencia, supongo que debía tomar unos talleres para aprender a dejar de hablar cuando no era necesario.
—Creo que Patrice sabe más de lo que debería—dijo Brad con una sonrisa maliciosa.
¿Con ellos es que debo quedarme unos días? Lo que dijo Brad lo había interpretado en tono amenazante, era inevitable no atemorizarme con ellos.
—Así es—concordó Laurence.
Di varios pasos hacia atrás como si esperara que alguno de los dos viniese a hacerme daño, Brad soltó una risa por lo bajo proporcionándome escalofríos, no entendía como un niño cerca de los catorce años podía causarme tanto miedo.
—No—respondió Laurence—No todos podemos manipular las mismas habilidades y tampoco con la misma facilidad.
Brad caminó hacia mí acortando la distancia entre ambos, nos quedamos mirando a los ojos y no pude apartarle, era como si él pudiese ver a través de ellos, me sentí débil en ese preciso instante. Una vez más advertí de su estremecedora sonrisa.
—Siéntate—dijo.
A continuación como si no fuera dueña de mis actos caí al suelo cruzando mis piernas, Brad se agachó y se acercó a mi oído.
—Iras a la cocina y me preparas un sándwich, ahora—susurró.
Me levanté y caminé a paso decidido, no tenía idea de donde se encontraba la cocina, no obstante llegué a ella como si alguien hubiese guiando mi camino, era como un títere manipulado por los deseos de Brad, se hizo presente en la cocina al rato, le ofrecí el sándwich y él sonrió satisfecho. Al terminar de comer chasqueó sus dedos, acto que me hizo salir del trance del que había sido esclava.
—¿Podrías explicarme como hiciste eso?—pregunté.
Él se encogió de hombros, bajó del taburete con su actitud acompasada y se retiró dejándome sola en la cocina.
Laurence entró y resopló, se veía exhausta, y no lo la culpaba, yo también lo estaba.
—¿Quién te lo dijo?—preguntó
—Dimitri—respondí—Ayer tuve una extraña alucinación y luego me dijo algunas cosas.
—Alguien igual que nosotros debió habértela ocasionado.
Caminó rodeando la mesa central de la cocina quedando al frente de la ventana cruzada de brazos, algo me decía que debía dejarla sola, por otro lado el pensar que me hallaba indefensa en un hogar lleno de personas con dichas capacidades me hacía sentir insegura, no sabía hasta qué punto podía llegar Dimitri con el poder que tenía y ahora con la sagacidad de lo que también era capaz Brad, era algo totalmente contradictorio a toda tranquilidad teniendo claro que en cualquier momento podría hacer conmigo lo que quisiera.
—Él solo quiso demostrarte lo que puede hacer—dijo Laurence volviéndose hacía mí—Jamás haría algo para hacerte daño, Brad no abusa de ello.
Laurence hablaba como si respondiera a lo que había pensado, eso me hizo llegar a una posible conclusión.
—No me digas que puedes...—dije.
—Sí, a veces es un poco molesto cuando estoy en lugares públicos—sonrió.
Perfecto, ahora no tendría privacidad ni en mis propios pensamientos, el único lugar donde creí que podía estar protegida de cualquier otro, sin ánimos de ofender a nadie. Ahora tendría que tener cuidado con lo que pensara cerca de ella porque lo sabría todo, pensándolo bien, desde el inicio tendría claro todo lo pasaba por mi mente, e inclusive cuando no quise abrazarla al llegar la noche anterior, seguro sabe que me pareció extraña su actitud. ¡Qué vergüenza! ¿Habrá leído todo lo que he dicho? Y ¿Cuándo dije que ellos eran raros o fenómenos? ¡No lo repitas Patrice! Acaso ¿No notas que está escuchando todo lo que estás diciendo?
—Tranquila, entiendo que te parezcamos raros después de todo—dijo
Me di un ligero golpe en la frente con la mano intentando reprimir cualquier pensamiento, le mostré ambos dedos pulgares indicándole que todo estaba bien para así alejarme de la cocina e ir a la habitación donde me estaba quedando, para poder pensar con claridad y sobretodo tranquilidad, supuse que tenía un límite de distancia.
Si deseaba planear un escape ¡No podría hacerlo! Porque Laurence se percataría de ello, o en su defecto Brad me obligaría a regresar. Entonces sino estaba en la ciudad rodeada de psicópatas queriendo asesinarme, me encontraría en una casa llena de seres con destrezas insólitas, y ¿Cómo confiar en ellos? Si podían acabar conmigo cuando y como quisieran.
—Lamento mucho que Dimitri te haya dicho todo esto, eso nos pone a todos en peligro—dijo Laurence haciéndome parar en seco en medio de las escaleras.
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Tentación Prohibida.
Mistero / ThrillerElla lucía débil ante cualquiera, sus ojos grandes y brillantes dejaban ver en su alma el sufrimiento que la atormentaba a diario, los problemas se acercaban con cada respiración que daba, indefensa ante un mundo lleno de mentiras y daños Patrice Ha...