Mágica, de esa manera es que puedo describir estas últimas horas que disfruté a su lado. Su cabello descansaba en mi brazo, liso con unas ligeras ondas al final, se veía tan frágil a mi lado, estaba débil, sin embargo, la belleza siempre sería un atributo únicamente suyo.
¿Superarla? Creo que jamás podré lograrlo. Nadie me hace sentir como Patrice.
Pero mis padres son prioridad, mi mamá sufre de un cáncer que le consumió la vida y mi padre está pasando por una inconsolable depresión.
Miré el reloj, eran las seis de la mañana. Patrice, dormía en mi pecho cubierta con una de las sabanas que ocultaba el antiguo piano de mi abuelo, estábamos en el suelo, debía despertarla porque no aguantaría la vergüenza si Elizabeth nos encontraba en estos términos.
—Linda—la sacudí un poco—Patrice, mi cielo—besé su frente.
Abrió los ojos y juro que ni los ángeles podían igualar su belleza.
—Que preciosa eres, debería ser un delito verte—sonreí—Alteras el orden público.
—Exagerado—dijo para luego darme un pequeño beso en la mejilla.
Nos levantamos y vestimos con rapidez para estar en la cocina antes de que Elizabeth bajara junto a Tommy. Brad ya estaba en la otra dimensión, yo era el único que faltaba.
Al mediodía el área de investigación científica de la nación tocó la puerta para pedir mi retiro inmediato.
—No, no tú no te vas—grito Patrice tirando de mi camisa.
—Cariño, por favor no hagas esto más difícil—dijo Elizabeth.
Entre pequeños besos con sabor a lágrimas le prometí que jamás en lo que me quedaba de vida la olvidaría.
—Llévame contigo—susurró con su melodiosa voz, quebrada.
—Si tan solo pudieras cruzar—dejé otro beso en sus labios, mentón y frente—Adiós mi tentación prohibida.
Uno de los guardias la separó literalmente de mis brazos a fuerza bruta y me llevaron hasta una camioneta negra. Llegó el momento de ser lo suficientemente fuerte para volver a presenciar el proceso de su olvido.
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Tentación Prohibida.
Misterio / SuspensoElla lucía débil ante cualquiera, sus ojos grandes y brillantes dejaban ver en su alma el sufrimiento que la atormentaba a diario, los problemas se acercaban con cada respiración que daba, indefensa ante un mundo lleno de mentiras y daños Patrice Ha...