Capítulo 53. Mi dulce veneno

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Capítulo 53. Mi dulce veneno.

Dedicado a @LisaMinaya
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Cogidos de la mano entramos al inmenso gimnasio repleto de estudiantes, unos bailando, otros bebiendo, comiendo o simplemente riendo con sus amigos. Apreté la mano de Justin en señal de apoyo cuando varias miradas se posaron en nosotros, sabía que él estaba o se sentía intimidado por eso quise llegar lo más pronto posible donde había localizado a mis dos amigos.

Al llegar, Carly me abrazó excesivamente emocionada, a Nathan le di un beso en la mejilla para luego volver a mi lugar y dejar que Justin los saludara.

Cogí dos vasos con ponche dentro, uno de ellos se lo di a mi pareja. Estuvimos hablando los cuatro un rato hasta que Nathan llevó a Carly a bailar, yo los miré sonriendo cuando se despidieron. Agaché mi cabeza mirando mis dedos. Me sobresalte cuando el chico de mi lado me quitó el vaso de la mano y lo puso encima de la mesa.

-¡Eh, me estaba bebiendo eso!.- le dije divertida. Agarró mi mano y me llevó a la pista junto con todos, en ese momento la canción Yeah! de Usher sonó mientras todos movían su cuerpo al compás de la música. Justin me abrazó por la cintura y comenzó a moverse, olvidándome de todo, empecé a mover mis caderas. El aliento fresco de Justin chocaba con mi cuello enviando millones de corrientes eléctricas por todo mi cuerpo, mis piernas flaqueaban. Las luces de colores se escapaban de los focos alumbrando el gimnasio. El calor a nuestros cuerpos llegó pronto, me giré sin dejar de bailar, coloqué una de mis manos en la nuca de Justin acercándome más a él a ser posible.

Estuvimos así dos o tres canciones, después de la última decidimos descansar un poco, nos servimos otra bebida cuando Nathan y Carly aparecieron uniéndose a nosotros. Estuvimos riendo y hablando de temas sin sentido.

- Mira quién viene .- susurró mi mejor amiga en mi oido privando a los chicos de enterarse. Gire mi cabeza poniendo los ojos en la chica que venía con apenas ropa hacia nosotros. Llevaba una falda negra demasiado corta para mi gusto y un top blanco que a más de un hombre de aquí le había dado paso a la imaginación. Verónica era vulgar y no cambiaría.

- Hola amigas .- gritó poniendo una mano sobre el hombro de mi pareja. Algo en mi se despertó, y no era nada bueno, sólo deseaba que esa furcia quitara las manos de él. Carly la miraba con asco y es que no me extrañaba. - ¿ Cómo estas Justin?.- sonrió coqueta, frunci el ceño confusa, ¿como sabía quien era él?

- Bien .- le sonrió. Mi molestia era mucho más mayor ahora, me giré y comencé a caminar hacia el exterior dejando atrás a los demás probablemente confusos.
El aire frío de la noche me puso el vello de punta en cuánto tocó mi piel, sinceramente no me importaba, prefería estar aquí que viendo como Verónica se lanzaba a Justin.

Una mano se posó en mi hombro desnudo.

-¿Que ocurre?.-

- Nada .- rió levemente.

- Es obvio que si .-

- Ella no me cae bien, simple .-

- ¿Puedes mirarme al menos?.- me gire encarandolo pero me arrepentí, en seguida unos nervios incontrolables se apoderaron de mi. Nos mirábamos a los ojos si eso era algo que me encantaba , pero que a la vez me intimidaba muchísimo .- Dentro de poco pondrán la canción lenta y creó que sería lo mejor ir y demostrarles a todos lo bien que me has enseñado a bailar.- me guiñó un ojo y tras cogerme de la mano caminamos al interior de nuevo. Para mi suerte Verónica se había ido y podía seguir disfrutando de mi noche. Como Justin había dicho, iban a poner una lenta dentro de poco, cuando la pusieron, todas las parejas se movieron al centro, incluyéndonos a Justin y a mi. Sus brazos rodearon mi cintura mientras que los míos lo hicieron alrededor de su cuello. Una vez más, como siempre cuando estaba con él, parecía que existiéramos el y yo sólos, mirándonos a los ojos, dejándonos llevar por la música que se colaba por nuestros oídos. Él se fue acercando lentamente hasta que junte mis labios con los suyos eliminado toda distancia entre nosotros. Cada sensación , cada sentimiento que producía en mi era nuevo, jamás había experimentado todo esto que me estaba pasando con él. El problema era que no sabía si era correspondido o si yo sólo era un juego para él . Separándonos por falta de aire sonreímos mientras seguíamos moviéndonos al compás de la música.

El Territorio De La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora